El obispo Stephan Ackermann, elegido por la Conferencia Episcopal Alemana (CEA) para dirigir la investigación y coordinar la atención a las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos en el país, reconoció ayer que la jerarquía eclesial alemana "ha sido culpable de ocultar y echar tierra sobre los crímen
"Debemos asumirlo con dolor", declaró Ackermann al diario Rhein Zeitung. "Allá donde no ha habido voluntad real de hacer luz y los reos han sido simplemente trasladados (de diócesis), debemos admitir que en toda una serie de casos ha habido ocultamiento".
Ackermann informó además de que la CEA está estudiando la posibilidad de resarcir a las víctimas de los curas pederastas: "No es la cuestión central, pero el problema está obviamente en el aire. He recibido muchas llamadas de víctimas que me dicen que para ellos el dinero no es lo importante. Pero hace falta discutir si damos a las víctimas una indemnización material o inmaterial", manifestó.
Apoyo de Merkel
En el debate abierto tras la aparición de decenas de casos de abusos, la canciller Angela Merkel intervino ayer en el Parlamento y secundó la tesis del Vaticano, según la cual la responsabilidad de la pedofilia no hay que buscarla sólo en la Iglesia, sino en toda la sociedad. "Aunque los primeros casos se hayan descubierto en la Iglesia católica, no tiene sentido concentrarse sólo en un grupo", dijo Merkel. "El drama de los abusos a menores es un crimen abominable que ha sucedido en muchas áreas de la sociedad". La líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) dijo además que la única forma de superar el trauma es "conocer toda la verdad".
Mientras tanto, en Roma, el Papa se dirigió durante una audiencia con peregrinos a los fieles irlandeses. En su discurso, Benedicto XVI anunció que el viernes firmará la pastoral que ha escrito a los obispos irlandeses, y señaló que espera "que sea una ayuda en el proceso de arrepentimiento, curación y renovación".
"Como sabéis", dijo el Papa, "la Iglesia en Irlanda en los últimos meses se ha sido sacudida a causa de la crisis de los abusos de menores. Como prueba de mi profunda preocupación he escrito una carta pastoral sobre esta dolorosa situación. Pido a cada uno de vosotros que la lea con un corazón abierto y en espíritu de fe".