La ambición del Consejo Islámico Superior de la Comunitat Valenciana por transformar la estructura del islam rebasa las fronteras autonómicas. La nueva federación está trabajando, con el beneplácito del Ministerio de Justicia, para remodelar la anquilosada organización estatal de los musulmanes. La Comisión Islámica de España (CIE) mantiene, desde su creación en 1992, una bicefalia compartida por la Feeri y Ucide que se ha revelado inoperativa. Desde hace un lustro, una decena de federaciones islámicas autonómicas han surgido como hongos por todo el país. Su petición de acceder a la comisión estatal ha sido invariablemente bloqueada por las dos grandes federaciones estatales. Pero ahora, media docena de organizaciones se han unido en la Plataforma de Federaciones Musulmanas de España para forzar el cambio. Y como motor de ese embrión revolucionario figura el Ciscova valenciano presidido por Said Ratbi.
Él anuncia que «2010 será el año de la reestructuración de la comunidad musulmana en España». Fuentes del ministerio son más prudentes. Ésa es su intención, remarcan, pero llevan más de un año buscando el acuerdo y todavía no han podido lograr una entente cordiale. Lo que sí reconocen desde el ministerio es que el Ciscova es «la organización más estructurada» de la plataforma alternativa y que «está jugando el papel de tercera fuerza en este proceso».
El poder y el dinero
Sobre esta reestructuración estatal, que se antoja imparable y del que sólo falta por ver la configuración final, el coordinador de Ucideval tiene una visión muy particular. Ihab Fahmy está de acuerdo con que la Comisión Islámica de España «debe cambiar» porque «no representa a todos los musulmanes de España». Pero hace una reflexión: «qué curioso que esto surja poco después de que el Estado empezara a repartir dinero a las entidades islámicas. Al final, todos los desacuerdos tienen que ver con el dinero y el poder», afirma. En concreto, la Fundación Pluralismo y Convivencia reparte subvenciones a las comunidades islámicas desde 2005. Las entidades valencianas más beneficiadas en la última convocatoria estatal fueron, con diferencia, las integradas en Ciscova.