Me he levantado con la noticia: Un tipo de 18 años ha ido a un colegio en Conflans-Sainte-Honorine, barrio de París, y le ha cortado la cabeza a un profesor de historia y geografía. El motivo: ese profesor había utilizado caricaturas de Mahoma para un debate en una clase dedicada a la libertad de expresión. Caricaturas publicadas por la revista satírica Charlie Hebdo.
Y ahora se levantará el clamor de los moderados que dicen que esto no tiene nada que ver con el islam. Que el terrorismo no tiene religión ni adjetivos. Que la religión no tiene la culpa de lo que se haga en su nombre.
“No podíamos saberlo. Nunca nos habríamos imaginado algo así. No tenemos nada que ver. Lo sentimos mucho, de verdad”. Estas frases también las he leído hoy. En un editorial firmado por Riss, redactor jefe de Charlie Hebdo, publicado el miércoles pasado. Son frases que han dicho los acusados en el juicio por la masacre de 2105. Están acusados como cómplices del ataque terrorista. Ellos no dispararon. No mataron. No masacraron. Solo eran colegas del asesino, le ayudaban, le facilitaban las cosas, pensaban como él. Eran los moderados.
Y ahora los moderados volverán a decir que cinco años después todavía no podían saberlo, todavía nunca habrían imaginado algo así, todavía creen no tener nada que ver. Condenarán el asesinato de Samuel Paty —así se llamaba el profesor; tenía 47 años— pero todavía se negarán a condenar los motivos del asesinato. Todavía se negarán a condenar el islamismo.
Eso pensaba yo al leer. Me equivoqué. Cinco años después, ante un nuevo asesinato, lo que escriben los moderados es esto:
Asesinan a un profesor por ‘insultar el islam’, y lo que debe reformarse es la ‘civilización occidental’
“Francia está siguiendo un camino de oscuridad. La opresión y brutalización de los musulmanes está completamente fuera de control. Y la terrible violencia parece continuar. Este último asesinato solo llevará a más represión contra los musulmanes. Tal vez los musulmanes franceses deberían emigrar”.
Sí, han leído bien: un islamista asesina a sangre fría a un profesor de historia y geografía y los moderados condenan la opresión ejercida contra los musulmanes.
“La civilización occidental está en crisis y necesita urgentemente una reforma. Ha perdido completamente su brújula moral y ahora solo existe para adorar el materialismo y oprimir a otros. #CharlieHebdo.
Sí, han leído bien: Asesinan a un profesor por haber ‘insultado el islam’, y lo que está en crisis y debe reformarse es la ‘civilización occidental’.
“Las autoridades francesas deben cerrar inmediatamente Charlie Hebdo. Este panfleto racista e islamófobo está destruyendo completamente las relaciones en la comunidad con sus repetidas provocaciones. Gritan ‘Fuego’ en un teatro lleno de gente”
Sí, han leído bien: Un fanático asesino a un profesor por mostrar caricaturas de una revista y los moderados exigen cerrar la revista para no dar motivo a los fanáticos.
Moderados, estoy diciendo. Quizás ustedes piensan que digo mal y el tipo que escribe estos mensajes en Twitter es un maldito fanático. Veamos: se llama Roshan M. Salih, es periodista británico, ha trabajado no solo para medios islamistas como la iraní Press TV o la qatarí Al Jazeera, sino también para la pública Channel 4 y para Discovery Channel. Ahora dirige 5 Pillars, un digital inglés que se presenta con el lema “Lo que piensan los musulmanes”, certificado como prensa fiable por el organismo británico Impress. Este periódico subraya que Charlie Hebdo es “racista e islamófobo”; no en una columna de opinión sino en la noticia que informa sobre el crimen de Conflans.
Ramadan pide una moratoria para lapidaciones y recibe un birrete de Oxford y una faja con la palabra Moderado
El subdirector de 5 Pillars es Dilly Hussain, periodista con blog propio en el Huffington Post inglés y columnista en Middle East Eye, un digital que usted, lectora, si se interesa por temas del Oriente Próximo, habrá consultado con seguridad; lo dirige un periodista que proviene del diario izquierdista británico The Guardian. Dilly Hussain aparece como experto en BBC y escribe para Foreign Policy. Si estos no son los moderados ¿quiénes lo son?
Tecleé “pensador musulmán moderado” en internet: le saldrán multitud de ensayos académicos citando a Tariq Ramadan, profesor en Oxford. Ese mismo señor que en un debate televisado con el presidente francés Sarkozy, preguntado por los castigos corporales de la charia —azotainas, lapidaciones, amputaciones— no era capaz de decir que habría que abolir de una vez para todas tales barbaridades: sugirió “una moratoria”.
Una moratoria para un castigo que lleva cien años desterrado de prácticamente todo el mundo islámico, olvidado e inexistente: hace varias generaciones que nadie en Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Siria, Líbano, Iraq o Jordania ha visto este tipo de castigos en el código penal. Ni nadie pide volver a sacarlo del museo de horrores del pasado. Pregúntele a cualquier marroquí, por barbudo que sea, si estaría dispuesto a cortarle la mano a su primo, si este cometiera un robo.
Pero Tariq Ramadan no puede defender la postura y la vida cotidiana de mil millones de musulmanes. Debe atenerse a la visión de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos, que sí mantienen este tipo de castigos en su jurisprudencia. Es decir, a la visión de un fanatismo inhumano impuesto por los países menos democráticos del planeta. Pero luego pide una moratoria. Y así, amigos, le ponen un birrete de Oxford y una faja con la palabra Moderado.
¿Qué va a ser lo próximo? ¿Llamar cristianos moderados a la Liga Americana Pro Vida porque solo publican nombre, foto y dirección de los ginecólogos a los que otros luego disparan en la puerta de una clínica que hace abortos? Llamar moderado a Kahane Hai, porque solo veneran como santo a Baruch Goldstein, el colono que masacró a 29 civiles en Hebrón, pero no van repitiendo la gesta?
“No podíamos saberlo. Nunca nos habríamos imaginado algo así. No tenemos nada que ver”. Es lo que dijeron altos cargos militares juzgados en Núremberg cuando los jueces les mostraron fotos de los campos de exterminio. Eran nazis moderados.
“Está todo el tiempo metiéndose con el islam; la gente se ofende y no todo el mundo tiene paciencia”
Ahora está ocurriendo. Lleva una década ocurriendo. Lo dije yo mismo con desesperación, cuatro meses antes de la masacre de Charlie Hebdo: “Con el ISIL convertido en pararrayos, ahora los más radicales, los que hace veinte años se habrían encerrado en un manicomio, quedarán de moderados. Lo están ustedes viendo. Y no falta quien aplaude. ¿No tienen ustedes vergüenza?”
Dos años después del atentado que costó la vida a 12 personas, el Ayuntamiento de Barcelona otorgó una subvención de 8.000 euros a la asociación Musulmanes contra la islamofobia (McIslamofobia), una asociación dirigida por el converso español Miguel Ángel Pérez Ramírez y que escribe frases como esta, al referirse a una joven marroquí amenazada de muerte por hacer un chiste: “Habrá recibido insultos porque está todo el tiempo metiéndose con el islam y los musulmanes en general. La gente se ofende y no todo el mundo tiene paciencia o maneras para rebatir las tonterías que dice”.
Esta misma semana, la web de la asociación publicó un extenso artículo sobre “Por qué los musulmanes no pueden aceptar la burla”, en el que se lamentaba que “la resistencia de los musulmanes se ha ido debilitando” y que “con la expansión de las comunidades musulmanas en Occidente, los principios sagrados del Islam se han visto cada vez más amenazados al amparo de la libertad de expresión, como se evidencia en la reciente reedición de las despreciables caricaturas de Charlie Hebdo”.
¿Un musulmán a favor de la libertad de expresión? Un pecador: “Al luchar contra la presentación de los musulmanes como extremistas, los musulmanes están (…) creando una cultura que intenta hacer el Islam aceptable para Occidente, pero a costa de socavar sus enseñanzas, profanar sus principios de fe y rebasar las límites divinos”.
Estos son los moderados. Los que reciben dinero público español y europeo para señalar a quienes son los enemigos del islam. Para que un chaval de 18 años no se equivoque otra vez de edificio cuando vaya con un machete. Por supuesto, desde que salió la noticia del asesinato de Conflans, la cuenta en Twitter de McIslamofobia está quieta. No vayamos a caer en la tentación de condenar el asesinato. Al fin y al cabo, Samuel Paty estaba rebasando los límites divinos y no todo el mundo tiene paciencia.
Y ustedes, si aún saben lo que es tener vergüenza, pueden elegir. Pueden elegir si están a favor de la libertad de expresión o a favor de los límites divinos. Pueden elegir si defender a Charlie Hebdo o defender a los sicarios de los límites divinos.
Porque si usted, lector, elige ser moderado, ya sabe en qué bando está acabando. En su último tuit sobre el asesinato de Samuel Paty, el muy moderado Roshan M. Salih, dejó muy claro lo que piensa del respeto a la ley que respalda las libertades frente al fanatismo, lo que piensa de la tolerancia y la convivencia. Nos aconseja vivamente cerrar la revista Charlie Hebdo, porque, advierte: “La libertad de expresión no merece una guerra civil.”
Ustedes eligen. Vayan con Dios.
Ilya U. Topper