El número de enlaces alcanza en la región un mínimo histórico, mientras siguen al alza las uniones de parejas del mismo sexo
Los riojanos cada vez se casan menos, y cuando lo hacen optan preferentemente por la vía civil dejando de lado el boato de las iglesias. Ese es el cuadro general de situación de las uniones matrimoniales en la comunidad autónoma que, a tenor de las cifras recogidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desvela un cambio de tendencia histórico.
El primer punto de inflexión reside en el mismo número de enlaces. Después de que en el 2004 se alcanzase una cifra récord de matrimonios, el índice ha ido cayendo paulatinamente. Los 1.477 enlaces registrados entonces fueron cayendo ejercicio tras ejercicio hasta que el año pasado tocaron suelo con 1.218, una cantidad desconocida hasta ahora y que supera el mínimo histórico que hasta ahora representaban los 1.295 contabilizados en 1999.
Donde también se denota un llamativo giro de costumbres es en el procedimiento que las parejas riojanas prefieren para sellar su relación. Así como el matrimonio religioso era el que históricamente había prevalecido, el año pasado fueron por primera vez los enlaces exclusivamente civiles los que más predominaron. De los 1.218 matrimonios consumados, 619 (casi el 51%) se hicieron lejos del altar, una posibilidad por la que sí optaron los 599 restantes con una abrumadora mayoría de católicos y, excepcionalmente, de otras creencias.
También aquí se aprecia cómo los enlaces religiosos van perdiendo progresivamente terreno en los últimos tiempos en la región. Hace sólo un lustro, el 62% de las parejas dio el 'sí quiero' frente a un sacerdote. El ratio cayó al 57% un año más tarde, se redujo al 56% el siguiente, retrocedió hasta el 54% en el 2008 y el año pasado ya supusieron menos de la mitad de los matrimonios en ese escenario de descenso general de las uniones de cualquier tipo.
Cada vez más tarde
No son los únicos cambios de calado operados en la sociedad riojana en este terreno. La estadística del INE confirma también que los riojanos que se casan prefieren hacerlo cada vez más tarde. La edad de los contrayentes ha aumentado prácticamente dos años en sólo un lustro. Mientras en el 2002 los novios rondaban como media los 31,31 cuando daban el paso para sellar su relación, en el 2008 la edad ascendía ya a los 33,22. Con una peculiaridad añadida: son los varones los que más demoran su compromiso y no es hasta pasados los 34 cuando se casan mientras en el caso de las riojanas tienen, por término medio, 31,81.
Otro rasgo destacado es el repunte que experimentan los matrimonios entre personas del mismo sexo en la comunidad autónoma. La uniones de este tipo contabilizadas el pasado año llegaron a 17, once de ellas entre varones y seis protagonizadas por mujeres. Siendo todavía una cifra residual en el total de los matrimonios (representan el 1,4% de los 1.218), el número de este tipo de enlaces alcanzó el año pasado un máximo histórico que hasta ahora se situaba en los 12 contabilizados en el 2006, un año después de la aprobación de la Ley de matrimonio homosexual en España. La diferencia respecto a entonces estriba en el que la cantidad total de enlaces en La Rioja (1.385) era sensiblemente superior a la actual. En el 2007 se contabilizaron 8, doce meses después se cifraron en 9 y el pasado ejercicio la cantidad prácticamente se duplicó.