Las boticas de guardia no dispensarán la pastilla anticonceptiva sin receta
Una de las primeras promesas que hizo la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, al hacerse cargo del departamento se ha encontrado con un inesperado obstáculo. Se trata del anuncio de que la píldora poscoital podrá obtenerse en farmacias sin necesidad de receta -una medida que debe comenzar en septiembre-, y los inconvenientes se desprenden del protocolo que han elaborado la Generalitat de Cataluña y el Consejo de Colegios farmacéuticos de la comunidad.
Dos son los principales obstáculos que se desprenden del documento. El primero, que los farmacéuticos podrán objetar y no vender el fármaco. El texto establece que debe haber un "circuito que permita mantener el derecho de la usuaria a acceder a la anticoncepción de emergencia", pero no dice qué pasa, por ejemplo, si se trata de un pueblo en el que hay una sola botica o a cuántos kilómetros o -más importante aún- tiempo de viaje debe de estar la siguiente, que sí que tendrá que facilitar el fármaco. Eso sí: el boticario podrá objetar, pero deben "evitar que la usuaria se sienta rechazada o juzgada negativamente" por solicitar la píldora.
El otro inconveniente es que los requisitos para facilitar el fármaco son tantos que el mismo protocolo admite que las farmacias de guardia no podrán cumplirlos. Con ello quedan sin atención las mujeres a las que les haya fallado -o no hayan usado- el método anticonceptivo el fin de semana, un importante impedimento ya que el medicamento actúa mejor cuanto antes se tome.
Sanidad lo estudia
El Ministerio de Sanidad se enteró ayer del contenido del acuerdo, y aunque un portavoz afirmó que no esperaban "complicaciones" para implantar la medida, reconoció que debían estudiar el protocolo para ver si afectaba al propósito de la misma, que no es otro que reducir el número de abortos (en 2007 hubo 112.000, de los que 6.000 correspondieron a menores de 18 años. En ese periodo se dispensaron 500.000 píldoras del día siguiente).
La Generalitat, sin embargo, confía en que todo saldrá bien. Sobre todo porque, según la consejera Marina Geli, la inmensa mayoría de los farmacéuticos -hay más de 3.000 establecimientos en la comunidad- no tendrán ningún problema en vender la píldora poscoital. "Creo que la objeción será algo anecdótico", coincidió el presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña, Jordi de Dalmases, que ha firmado el protocolo.
El acuerdo en sí mismo es una muestra de los recelos que todavía levanta este fármaco. Aunque la Organización Mundial de la Salud lo considera "esencial" y "no abortivo", su mecanismo de acción -que incluye impedir que un óvulo fecundado anide en la pared del útero, aunque no lo destruye- hace que sea rechazado por los sectores más conservadores, con la Iglesia católica a la cabeza. De hecho, no existe un texto similar para la dispensación sin receta de ningún otro medicamento, aunque todos tienen efectos secundarios.
También es anómalo el reconocimiento a la objeción de conciencia -que el texto califica de "individual y constitucional"- ya que éste no se encuentra recogido en ninguna ley estatal, y mucho menos en la Constitución, aunque sí haya habido sentencias al respecto (siempre con la salvaguarda de que debe primar el interés de la salud de l paciente) y está en varias ordenaciones autonómicas del sector farmacéutico. En este protocolo, la situación queda reflejada así: "Se ha de garantizar que el tratamiento se da en condiciones adecuadas, tanto por tiempo como por desplazamiento".
Para las que no puedan acceder al medicamento sin receta en su farmacia, quedan los recursos existentes habitualmente: ir a un centro sanitario y que un médico lo recete. Además, en Cataluña (como en Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Navarra, Extremadura, Galicia y Baleares), los servicios facilitan la píldora gratis. En las farmacias costará "entre 18 y 20 euros", según Dalmases.
"El objetivo de todo esto es garantizar el acceso de las mujeres a la píldora con seguridad", explicó ayer el director general de recursos sanitarios de la Generalitat, David Elvira. En su opinión, la posibilidad de adquirir la píldora sin receta no hará crecer demasiado su venta.
Dalmases consideró que la firma del protocolo supone asumir de forma plena la obligatoria atención farmacéutica -que el boticario no sólo venda, sino que controle, aconseje y advierta-, y se une a otros casos de asesoría como el que se da durante las pruebas rápidas de detección del VIH y la dispensación de metadona. "Que no haya receta no significa que no haya control sanitario", detalló.