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Los curas y el obispo, indignados con las restricciones de la Junta para ir a misa

Las iglesias salmantinas vuelven a tener ‘números clausus’. Si hasta ahora el 50% de aforo e incluso el tercio se asumía de manera aceptable por párrocos y feligreses, la nueva medida de limitar a 25 personas, independientemente del aforo, vuelve a levantar la indignación tanto entre los párrocos como los Obispados de Salamanca y Ciudad Rodrigo que han participado en una respuesta unitaria de todas las diócesis de Castilla y León, situación poco habitual a la hora de hacer reivindicaciones.

Se da la circunstancia de que tanto Salamanca como Valladolid ya sufrieron esta restricción de 25 personas en el mes de septiembre. Al igual que entonces, Castilla y León es la única Comunidad que impone estos criterios en lugares de culto, independientemente del aforo. De hecho, en otras comunidades como Castilla La Mancha tuvieron que rectificar debido a la acción de los tribunales. Los recursos de Abogados Cristianos fueron rechazados por el Tribunal Superior de Justicia en septiembre y por ello el colectivo ha apuntado a recurrir la norma ante el Supremo, incluso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo para evitar que se conculque un derecho fundamental.

En aquellos templos más grandes de la capital es donde se producen las situaciones más extrañas para los párrocos. Es el caso de María Auxiliadora que con un tercio de aforo estaban acudiendo entre 800 y 1.000 personas divididas en las siete misas que había en domingo. “El lunes solo pudieron entrar los 25 que nos dejan y la mayoría de la iglesia estaba completamente vacía”, explica el salesiano responsable del templo. Ni siquiera se han formado colas. Una vez que se completa el cupo es el propio sacerdote el que comunica a los feligreses que esperen a la siguiente eucaristía.

La situación se vuelve aún más rocambolesca en lugares como la Catedral Nueva, con capacidad para 1.400 personas. Las parroquias de San Martín, San Sebastián y La Purísima incidieron en la ausencia de contagios y el especial cuidado sobre los mayores. “No es de sentido común que iglesias de 20.000 metros cúbicos de capacidad y con buena ventilación tengan el mismo aforo que una iglesia pequeña”, insisten los sacerdotes que piden la retirada de una norma “abusiva y discriminatoria”. Aunque, eso sí, recuerdan que la acatarán.

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