El acto ha sido más emotivo que otros años porque el encargado del descenso ha sustituido a un compañero enfermo de cáncer
A las 14.37, el bombero Bruno David Fernández Martín, de 38 años, ha cumplido con la tradición de bajar el cuadro de la Paloma, como todos los 15 de agosto, ante el fervor de decenas de madrileños que no han tardado en irrumpir en aplausos y vivas hacia la imagen. Este año el acto ha sido más emotivo que en otras ediciones debido a que el bombero que lo ha bajado ha sustituido a otro compañero, Ángel de la Cruz. Este, enfermo de un linfoma, renunció a hacerlo porque no se veía con fuerzas, según ha reconocido al terminar la ceremonia.
Bruno David Fernández ha colocado la escalera de madera sobre la polea y ha empezado a encordar el cuadro pasadas las dos y media de la tarde. Eso sí, antes ha besado el cuadro de la virgen. Lo hacía delante de devotos y de las autoridades municipales, encabezadas por el portavoz Enrique Núñez, entre otros concejales. El bombero ha colocado sendas cuerdas para asegurar el cuadro y ha colocado otra por detrás para bajarlo lentamente. Después se ha subido y lo ha quitado de los soportes. De fondo, el coro cantaba el himno de la Paloma y los asistentes soltaban algún viva a la virgen. El fervor ha hecho que más de un devoto se echara a llorar de la emoción. Justo abajo de la imagen estaba Ángel de la Cruz, apoyando a su compañero.
"He sentido mucho orgullo y mucha satisfacción porque este año yo me he convertido en el cuerpo y en los brazos de Ángel", ha explicado tras la ceremonia Fernández. Este bombero ingresó hace diez años y pertenece al Parque II, el de Manuel Becerra. "Me ha estado dando fuerzas y ánimo, además de mucha tranquilidad, todo el rato. Esto solo ocurre una vez en la vida profesional de un bombero y para mí es muy significativo.
Junto a él estaba De la Cruz, que también se ha mostrado "muy emocionado y con mucho entusiamo". "No siento para nada el haberlo hecho yo porque lo ha hecho otro compañero. Además hay más años", ha destacado el bombero sustituido. A este le detectaron un cáncer linfático hace dos años del que está con tratamiento con radioterapia: "Pienso salir adelante. No va a poder conmigo", ha destacado este funcionario de 53 años y que ingresó hace 21. Trabaja en el Parque V, en Santa María de la Cabeza. Como señal de apoyo, todos sus compañeros lucían en la solapa un lazo violeta rojizo.
El acto de este año ha transcurrido con total normalidad, pese al bochornazo que hacía en la calle y el calor del interior del templo. Tres personas han tenido que ser atendidas por el SAMUR por bajadas de tensión y mareos. La imagen ha quedado expuesta en el altar para que los fieles pudieran besarla.
La situación ha sido totalmente distinta de la vivida en 2012 en la que la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, fue abucheada por los bomberos de Madrid. Tuvo que salir escoltada por un fuerte dispositivo policial. Los bomberos además suspendieron la tradicional exhibición que hacen en el parque de la Puerta de Toledo todas las tardes de los 15 de agosto y abuchearon el paso de la procesión de La Paloma.
Bruno David Fernández, durante la bajada del cuadro. / ÁLVARO GARCÍA
Imagen de la virgen expuesta en el altar. / ÁLVARO GARCÍA
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