El primero de los llamados “banqueros de Dios”, directores del banco Vaticano, oficialmente el Instituto de Obras religiosas (¡!), Marcinkus, responsable del vaciamiento del Banco Ambrosiano, el último de sus escándalos, tuvo que refugiarse en su país, Estados Unidos. El segundo, Calvi, de la logia masónica P2, que huyó con documentos comprometedores, en lo que falsamente se quiso presentar primero como un suicidio, fue colgado por la Mafia en un puente de Londres. El colocado por Benedicto XVI para adecentar el banco, Gotti Tedeschi, del Opus Dei, temiendo ser asesinado, dejó con dos amigos algunas pruebas de los negocios sucios existentes, que acaban de caer en manos de la policía italiana al hacer un registro en su casa por otro motivo. Si el papel de los banqueros está, por demasiadas razones, por los suelos, ¿qué decir de la Banca vaticana, incluso, y más, para quienes creen en Dios, y hasta creen obedecer a Jesús dando más dinero al clero?
La laicidad, por desgracia, no es importante para los partidos políticos · por Ximo Estal Lizondo
Todos los partidos políticos, de todos los espectros ideológicos en sus estatus y en sus actuaciones, el tema…