Ante el polémico debate que ha suscitado por la propuesta de la lectura de La Biblia en centros de educación pública, el pasado miércoles, la organización Librepensamiento Honduras, presentó un recurso de amparo ante el Poder Judicial, alegando que este proyecto del Congreso, violenta lo dictado en la Constitución.
Se afirma que la laicidad y la aconfesionalidad son principios indisociables de la democracia. Las creencias religiosas se basan en un dogma y su carácter absoluto las hace incompatibles con el librepensamiento, la actitud crítica y el pragmatismo que debe primar en el gobierno moderno.
La organización “Librepensamiento Honduras”, presentó el pasado miércoles, un recurso de amparo ante la Sala de lo Constitucional, contra la moción de ley de dar lectura a La Biblia en los centros públicos del país.
El abogado Mauricio Torres, explicó que la idea de haber presentado el recurso de amparo, responde a la idea de imponer la lectura religiosa en las escuelas. El togado se fundamentó en el artículo 151 de la Constitución que garantiza una educación pública laica.
Argumentó que con esta ley, se busca “el sometimiento a un solo libro” y refirió que por lo general, la mayoría de personas involucradas en las iglesias, rechazan la lectura de otras obras literarias, consumiendo únicamente textos con contenido religioso.
El representante de Librepensamiento, Olvin Almendares, cuestionó que la enseñanza religiosa, corresponde al ámbito personal y familiar, “esto lacera el espíritu de la laicidad, que es el respeto a todos los tipos de creencia”.
La constitución de Honduras establece que es un Estado Laico, y aunque garantiza el derecho de culto, no reconoce ninguna religión como “oficial”. En ese sentido, varios ciudadanos han manifestado que aprobar la ley sería una imposición de creencias.
Según expertos en teología, La Biblia puede llegar a tener más de 30 mil denominaciones, por lo que su lectura en centros educativos, terminaría en una sola “imposición”.
Ante el riesgo de lacerar el principio de Estado Laico, se han tomado declaraciones como las del Papa Francisco, que a pesar de ser una de las figuras religiosas más importantes en el mundo, es un defensor de la separación Iglesia-Estado, “ya que las naciones confesionales terminan mal”.
El pasado 11 de mayo, el diputado del Partido Nacional, Tómas Zambrano, propuso la lectura de “las sagradas escrituras” en las escuelas y colegios públicos, para “educar” y reducir los altos índices de violencia. Cabe destacar que en los últimos ocho años de gobierno “cachureco”, la inversión en materia de seguridad ha sido un tema prioritario, logrando reducir los índices, según datos oficialistas, pero, se mantienen niveles alarmantes de violencia.
En los últimos días, se ha manejado el tema con un debate permanente, incluso se informó que el Congreso Nacional estaría formando mesas de trabajo con representantes de las iglesias, y de las secretarías de Educación y Seguridad.
Se afirma que la laicidad y la aconfesionalidad son principios indisociables de la democracia. Las creencias religiosas se basan en un dogma y su carácter absoluto las hace incompatibles con el librepensamiento, la actitud crítica y el pragmatismo que debe primar en el gobierno moderno.