La Junta de Andalucía legalizó el pasado 2 de abril la restauración del órgano del monasterio de Santa Inés, ordenada por las monjas clarisas a principios de 2017 y que fue objeto de una multa inicial de 170.000 euros por dos faltas graves contra la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía que, tras una extraordinaria polémica mediática, quedaría reducida a una falta leve y a 1.710 euros, que donaron finalmente las hermandades del Martes Santo.
La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte multó con esa cantidad a las trece monjas del convento de Santa Inés por restaurar sin su permiso el órgano del templo, obra de Pérez Valladolid en el siglo XVII y considerado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1983.
La Administración autonómica le otorgó esa protección al edificio, situado en la calle Doña María Coronel, pero considera que se extiende a todos los bienes muebles que contiene, el órgano entre ellos.
La Fundación Alqvimia, una entidad sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la restauración del patrimonio organístico andaluz, se llevó el órgano a principios de 2017 y lo devolvió, ya restaurado, antes de la Nochebuena, para que pudiera sonar ese día, como es tradición. Ese instrumento musical inspiró a Gustavo Adolfo Bécquer su famosa obra «Maese Pérez, el organista».
El órgano estaba muy deteriorado y de esos seiscientos tubos apenas sonaba una décima parte. El coste de su restauración, cifrado en unos 150.000 euros, fue sido financiado íntegramente por esta entidad, que ha contado con la colaboración desinteresada de otras fundaciones y de varias personas que han colaborado altruísticamente en la misma, especialmente el prestigioso restaurador Abraham Martínez, y Jorge Anillo, en cuyo taller de Alcalá del Río se restauró durante un año.