La cumbre celebrada en el Vaticano sobre abusos a menores, un encuentro que durante cuatro días ha reunido a 190 líderes religiosos para tratar de frenar una de las mayores crisis de la Iglesia moderna, ha dejado mal sabor de boca a las víctimas. Todas las asociaciones consideran que la reunión no ha avanzado en medidas concretas y que el discurso del Papa no estuvo a la altura del momento histórico. Por eso este lunes, en la misma plaza de San Pedro, han presentado un documento con los 21 puntos que, según su larga experiencia en el asunto, la Iglesia debería adoptar para terminar con esta plaga.
La Organización Global de Víctimas de Abusos (ECA) presentó hoy unplan de acción contra la lacra de los clérigos pederastas y obispos encubridores en la Iglesia católica que a su juicio se debería haber adoptado ante la ausencia de respuestas concretas después de la cumbre celebrada en el Vaticano.
El plan está dividido en los tres temas que se abordaron en el Vaticano: responsabilidad, rendición de cuentas y transparencia.
Entre las 21 medidas que lo conforman, la asociación de víctimas exige que el clérigo que es encontrado culpable de cualquier tipo de abuso a menores tenga que ser “inmediatamente expulsado de su cargo y del sacerdocio”, al igual que cualquier miembro de la Iglesia que encubra.
Piden que toda la documentación sobre los casos sea transmitida a las autoridades civiles y en ningún momento pueda ser destruida, así como que se denuncien a las magistraturas nacionales cualquier denuncia reciban de casos de abusos a menores.
Reclaman la anulación del ‘motu propio’ de 2016 de título “Como una madre amorosa” del papa Francisco al considerar que resulta demasiado “blanda” con la responsabilidad de los miembros de la Iglesia.
Otra de las medidas es la de eliminar la inmunidad para los diplomáticos vaticanos y que puedan así ser juzgados en los lugares donde cometen los delitos.
En cuestión de transparencia, exigen la publicación de todos los registros y archivos con los religiosos que han cometido abusos a menores, incluidos los ya apartados o fallecidos.
Exhortan a remover el secreto pontificio respecto a estos casos, entre otras peticiones.
PRESIONAN AL PAPA
Uno de los puntos exige al papa Francisco que sea transparente sobre su propia responsabilidad y que entregue a las autoridades civiles toda la documentación relativa a su papel (cuando era arzobispo de Buenos Aires) de casos como los de Julio César Grassi y Nicola Corradi.
Asimismo exigen transparencia en el caso del obispo argentino Gustavo Zanchetta, titular hasta 2017 de la diócesis de Orán (norte de Argentina), y que está siendo investigado por el Vaticano después de ser acusado de abusos sexuales.
Zanchetta abandonó Argentina y se asentó en España, pero el papa Francisco le llamó para ocupar un puesto como asesor del ente para la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), que gestiona los bienes y propiedades de la Curia Romana.
Hurtado puntualizó que la tolerancia cero que promete la Iglesia tiene que comenzar “con expulsar inmediatamente a quien ha abusado de un niño”.
Explicó que algunas de estas medidas se presentaron en la reunión que mantuvieron con el comité organizador de esta cumbre el pasado miércoles y que “ninguna de ellas se ha incluido en el documento final del Vaticano (el discurso del papa)”.
Hurtado denunció que lo que dijo este domingo el papa Francisco “no es diferente a lo que prometió Juan Pablo II o Benedicto XVI. ¿Por qué nos tenemos que creer que va a suceder ahora?”.
Respecto a la petición de tiempo del Vaticano para elaborar sus propuestas tras la cumbre, Hurtado zanjó: “Se necesita muy poco tiempo para violar a un niño”.