Las urnas han marchitado los brotes laicos de la primavera árabe en Egipto, donde los resultados parciales de las elecciones legislativas confirman una arrolladora victoria de los partidos islamistas:
– “No podemos asegurar que de las elecciones saldrá una parlamento democrático debido a que han ganado quienes han ganado. Muchos temen que un parlamento democrático no dure mucho con los islamistas”, decía un simpatizante del movimiento laico que derrocó a Mubarak.
– “Todo el mundo tiene sus orientaciones políticas. Unos quieren el Islam, los coptos quieren otra cosa… Esta es una verdadera democracia, algo que no hemos tenido en mucho tiempo”, añadía otro con resignación.
La gran sorpresa electoral la han dado los salafistas de Al Nur, segunda fuerza política. Su islamismo radical inquieta a los cristianos coptos, aunque la formación ha tratado de tranquilizarlos.
Los Hermanos Musulmanes, que dicen tener como modelo al islamismo moderado turco, son los grandes vencedores. En bloque, el voto islamista ha obtenido entre el 60% y el 70% de los votos.
Las urnas han dado la espalda a las mujeres, pues ninguna ha sido elegida en primera ronda. La segunda tendrá lugar el lunes y martes próximos. La cita ya no levanta pasiones en la plaza Tahrir de El Cairo, donde muchos de los jóvenes que se jugaron la vida para derrocar a Mubarak sienten que les han robado la revolución.
