'Las religiones en Europa ante el siglo XXI' es el nombre de esta cita interreligiosa organizada por el Grupo de Trabajo Estable de Religiones, que se desarrollará en Barcelona hasta el próximo 12 de diciembre.
En la sesión inaugural, el director general de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia, José María Contreras, ha recordado que hoy mismo se celebran los 60 años de la declaración de los Derechos Humanos, que recoge la libertad de confesión religiosa, y en este sentido ha apuntado que Europa tiene que ser un espacio de convivencia reflejo de ese principio, que también figura en la Constitución española.
En este sentido, Contreras ha apuntado que aunque las confesiones religiosas son vistas por algunos como organizaciones que buscan el poder o persiguen determinados intereses, son agentes sociales capacitados para promover la convivencia.
En este sentido, el presidente de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas, Daniel Rodríguez, ha asegurado que 'laicidad y religión' pueden convivir en paz.
La directora general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Montserrat Coll, ha subrayado que el Gobierno catalán apuesta por un modelo de laicidad y de respeto por la diversidad, sin identificarse con ninguna confesión concreta, y ha recalcado que 'tienen que ser las personas' las que se encarguen de este diálogo interreligioso, aunque la Administración se encargue de crear el marco apropiado.
En representación del cardenal de Barcelona, Ricard Martínez Sistach, que no ha podido asistir al acto por razones de agenda, ha intervenido Antoni Matabosch, quien ha explicado que la Iglesia Católica ha tomado conciencia de la necesidad de profundizar en el diálogo entre confesiones y de apostar por el diálogo.
El director del Instituto Europeo del Mediterráneo, Senén Florensa, que ha ofrecido la conferencia inaugural, ha recordado que los territorios ribereños de este mar han formado un espacio complejo de 'microcosmos diferenciados', donde surgieron las tres principales religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo.
Por ello, este mar ha sido 'epicentro de conflictos' que han acabado perturbando a todo el mundo.
Para Florensa, el fenómeno migratorio, especialmente de la comunidad musulmana, puede ser una 'oportunidad positiva' para Europa, y España en particular, no sólo desde el punto de vista económico, sino desde la diversificación y modernización de la mentalidad, ya que permite recuperar los componentes multiculturales.