La inmatriculación de la Catedral del Buen Pastor fue solicitada por el Obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla en el año 2012 y él mismo hizo de notario público, gracias a la reforma de la Ley Hipotecaria de 1998,registrando la Iglesia Católica la propiedad del edificio y del suelo. Sin embargo: “Iglesia y Ayuntamiento firmaron en 1887 un acuerdo por el cual el Consistorio cedía un terreno al Obispado para que este pudiese construir una iglesia. En el acuerdo quedaba claro que el terreno es municipal y que, en el supuesto de que la Iglesia abandonase el uso, volvería a ser propiedad del Ayuntamiento”.
La inmatriculación de la Catedral del Buen Pastor fue solicitada por el Obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla en el año 2012 y él mismo hizo de notario público, gracias a la reforma de la Ley Hipotecaria de 1998,registrando la Iglesia Católica la propiedad del edificio y del suelo. Sin embargo: “Iglesia y Ayuntamiento firmaron en 1887 un acuerdo por el cual el Consistorio cedía un terreno al Obispado para que este pudiese construir una iglesia. En el acuerdo quedaba claro que el terreno es municipal y que, en el supuesto de que la Iglesia abandonase el uso, volvería a ser propiedad del Ayuntamiento”
Punto primero de la nota publicada el 22-01-2016 por el Obispado de Bilbao con el título: “Sobre las inmatriculaciones de la Iglesia en Bizkaia” (primera inscripción en el registro de la propiedad de una finca):
1.- La propiedad de los bienes. Al igual que el resto de personas físicas y jurídicas, la Iglesia tiene derecho a registrar los bienes de los que es propietaria. La inscripción en el registro tiene carácter voluntario y no convierte en propietario al titular del bien registrado: “Inscribo porque soy propietario, no me convierto en propietario porque inscriba (…). La Iglesia no se está apropiando de nada que no sea de su propiedad”.
La página web de la “Iglesia Navarra, arzobispo de Pamplona y Tudela”, da una explicación de los hechos históricos: “Durante siglos, el Pueblo de Dios fue construyendo lugares de culto, templos, parroquias o basílicas (…). Entonces no se cuestionaba la propiedad de los templos, los edificios y las tierras (primera mentira). Parecía evidente a quién pertenecía la catedral de Burgos, el monasterio de Montserrat o una pequeña ermita “perdida” de cualquier pueblo de España (segunda mentira).
(…) La Iglesia ha inmatriculado los bienes que durante siglos el pueblo “católico” ha construido y confiado a la Iglesia para que ésta pudiera realizar su labor (tercera mentira): el anuncio del Evangelio (apostolado), la celebración de la fe (culto) y el ejercicio de la caridad (servicio). Los bienes de la Iglesia se destinan precisamente a estos fines. Ha inmatriculado (la Iglesia Católica) también otros bienes recibidos a través de legados y herencias, que han sido destinados, de un modo u otro a los mismos fines (cuarta mentira).Para inmatricular un bien en el Registro de la Propiedad es necesario acreditar el título de propiedad, o bien realizar un expediente de dominio, o bien mediante certificación (quinta mentira o media verdad).
Así lo han podido hacer las instituciones de la Iglesia hasta el año 2015, con aquellos bienes que posee y mantiene desde tiempo inmemorial (sexta mentira y…sigue la web)…
Todas la mentiras en la de la “Iglesia Navarra”: Inmatriculaciones de la Iglesia ¿un privilegio?
Las inmatriculaciones de bienes públicos
Las las inmatriculaciones de las ermitas, cementerios, humilladeros e iglesias de uso eclesial por la Iglesia Católica, así como otros bienes inmuebles adyacentes de toda la Nabarra sur pirenaica, se instauraron en el año 1946, en plena dictadura.
La jerarquía católica, era un pilar esencial del régimen fascista de Francisco Franco (después llamado, significativamente, nacional-catolicismo), por lo que recibió este privilegio, supuestamente, como compensación histórica por las desamortizaciones del siglo XIX de los ministros españoles Mendizabal y Mandoz y de la Segunda República española de Niceto Alcalá Zamora (1931).
Pero, lejos de recuperar lo que fue suyo, aprovechó para la inmatriculación de bienes cuya propiedad (la nuda propiedad) jamás le perteneció como vamos a ver (solo el usufructo y no en todos los casos).
En el año 1998, el sucesor del dictador, otro ferviente católico y presidente del nuevo régimen, José María Aznar, avaló estas apropiaciones indebidas del erario público y facilitó las inmatriculaciones. La nueva ley hipotecaria de 1998, permitía a la Iglesia Católica registrar propiedades a su nombre sin título alguno y sin necesidad de acreditar el uso (según establece la ley antideshaucios, más conocida como “ley de ocupación”), siendo suficiente tan solo la firma de sus obispos en representación notarial del Estado español (¡!).
Es por tanto, un enriquecimiento injusto (carencia de una razón jurídica para el incremento patrimonial), en un Estado supuestamente laico desde 1978, el cual perjudica y empobrece a toda la sociedad, el verdadero propietario de muchos de esos bienes inmatriculados por la Iglesia Católica como vamos a ver.
Esta ley, tuvo que ser derogada en el año 2015, pero no se han corregido los perjuicios manifiestos causados, ni anulado provisionalmente todas las inmatriculaciones que no tengan un título de propiedad.
Además, la Iglesia Católica, como el resto de las confesiones religiosas, está exenta de pagar el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), incluso sobre los numerosos bienes inmuebles no dedicados al culto.
Contando solo desde el año 1978, en Alta Nabarra se estima que son más de 5.000 los bienes inmatriculados por la Iglesia Católica(unos 2.645 registros) y en la Nabarra Occidental 530, de las cuales 387 eran de Gipuzkoa, 74 de Bizkaia y 69 de Alaba. Desde 1998 son 88 las propiedades inmatriculadas en la “CC.AA. de Euskadi”.
“Hay casos especialmente llamativos como sendas fincas registradas recientemente en dos pueblos alaveses, Ribera y Villamardones, deshabitados desde hace años y el récord lo tiene la Iglesia en Eskoriaza con un total de 46 inmatriculaciones, entre ellas, una finca en el barrio de Apozaga que ocupa el campo de fútbol del pueblo”. En la misma zona del río Deba, se han inmatriculado numerosos bienes inmuebles, en Oñati (21), Bergara (19), Aretxabaleta (17) o Arrasate-Mondragón (20).
La nueva propiedad eclesiástica más llamativa de Bizkaia, hay que buscarla en el monte Oiz, ya que el terreno del pico fue inmatriculado y es por tanto propiedad de la diócesis de Bilbao desde 1980.
Los últimos bienes inmatriculados en la Nabarra Occidental, estaban en los municipios de: Ayala, Amurrio, Llodio, Okondo, Urkabustaiz, Valdegobia, Bernedo, Lantziego, Ribera Alta, Iruña de Oka, Armiñón, Lantarón, Vitoria-Gasteiz, Alegría-Dulantzi, Kanpetzu, Iruraiz-Gauna, Bergara, Donostia-San Sebastián, Mutriku, Tolosa, Bedia, Dima, Artzentales, Gordexola, Sopuerta, Barakaldo, Orozko, Bilbao, Gorliz, Elorrio, Elantxobe e Ibarrangelu etc.
[Todo el listado de Bizkaia está al final del artículo y hay un enlace para los otros territorios debido a la enorme cantidad de bienes inmatriculados]La propiedad laica de los bienes eclesiales en Nabarra
El primer historiador bizkaino, el banderizo Lopez García de Salazar, en el libro XXV de “Las Bienandanzas y Fortunas” (1476), confirmaba el hecho de la fundación de iglesias por parte de la corona Nabarra, siendo iglesias de patronazgo (o patronato) laico (o lego), bien realengas (fundadas por el rey) o bien diviseras (fundadas por caballeros o damas).
Estas iglesias de patrón laico, en la documentación de Bizkaia, eran llamados “monasterios”, lo curioso, es que casi todas lo eran. No hay que confundir estos monasterios con las congregaciones de monjes, que no existieron hasta el siglo XIV en Bizkaia, como veremos en otro artículo.
Hablaba Lope García de Salazar, de una primera fase relacionada con la lucha contra el emirato de Córdoba, que correría a cargo de los caballeros, por tanto, alejada de tierras bizkainas, gipuzkoanas, del norte de Alaba y del Pirineo nabarro.
Después vino una segunda fase, donde fue la propia corona nabarra la que fundó los “monasterios”, al aumentar la población y para consolidad su poder e introducir el cristianismo, serían todos los restos románicos que tenemos en la Nabarra Occidental (s. XI-XII), creados dentro del reino de Nabarra.
Solo en una tercera fase la iniciativa vendría del Vaticano o la Iglesia Católica, con el aumento de las villas y la construcción de iglesias en ellas, por tanto, más en los siglos XIII-XIV, dentro ya del estilo gótico, pero con importantes matices en cuanto a su construcción como vamos a ver. La situación fue similar en toda la Nabarra Occidental.
[Se puede leer al respecto el artículo sobre la cristianización de Bizkaia por el Estado de Nabarra]Las ermitas donde se realizaban las Juntas Vecinales se hicieron en auzolan (o lorra en Bizkaia), entre todos los vecinos, mediante derramas y el trabajo en común, pero, lo que serán las iglesias parroquiales alrededor de los cuales se crearán las anteiglesias o municipios, requerían de una inversión solo al alcance de unos pocos caballeros o damas, miembros de las principales familias de la comarca.
Las iglesias diviseras por tanto, eran las construidas por caballeros o damas frente a las más abundantes de realengo. En estas últimas, el señor de Bizkaia o el rey de Nabarra (y después el de Castilla), nombraba un patrono o rector entre los nobles de su confianza para que llevasen la “fábrica” o la explotación del conjunto de bienes, así como la recaudación de los impuestos y limosnas de la iglesia.
Los bienes no se limitaban a la iglesia o ermita para el culto, podían abarcar bosques para el carbón, madera para la construcción (edificios, utensilios y barcos), todo tipo de ganado (vacuno y ovino-caprino), frutales, tierras de labranza o seles para el pasto.
En la documentación bizkaína del siglo XI, reinando Sancho Garcés “el de Nájera” (1035-54), ya se habla de la existencia de estos “monasterios”, como el de San Agustín de Etxebarria en 1053 (hoy un barrio de Elorrio), erigida por los condes de Tabira de Durango Munio Sánchez y doña Leguncia de Etxebarria, la cual fue reedificada y ampliada a finales del siglo XV
El patronazgo implicaba además, la recaudación del diezmo y de las primicias, así como el nombramiento de clérigos, siempre entre los naturales de la parroquia.
El diezmo era un impuesto generalizado desde los siglos XI y XII, lo que atrajo el interés de las familias más poderosas de cada comarca, hecho histórico muy relevante y que se aprecia en toda la Nabarra Occidental.
A cambio, el caballero o dama, propietario laico o el patrono en nombre del rey, se ocupaba del mantenimiento de la iglesia y de las necesidades de los clérigos.
Desde el concilio de Letrán del año 1179, se prohibía a los laicos cobrar los diezmos de las iglesias. Después, en el año 1184 el Papa Lucio III, ordenó a los obispos de la provincia tarraconense que no concedieran diezmos a los laicos bajo pena de suspensión de sus funciones.
La cuestión no era sin embargo tan sencilla, ya que, la propia Iglesia Católica que luchaba a finales del siglo XII contra la intromisión de la nobleza en lo que consideraba sus funciones y derechos, era la misma que falsificaba bulas en el siglo anterior a favor de los reyes de Nabarra y Aragón.
Tras la conquista castellana de la Nabarra Occidental (año 1200), Ernesto García Fernández, en su trabajo “La Edad Media: Mitos y Leyendas de la historiografía vasca” comenta: “En las Cortes de Guadalajara de 1390 los prelados se quejaron al rey de que en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya los legos (laicos) llevaban los diezmos y nombraban los clérigos contra derecho y por eso los hidalgos presentaron dicho memorial en dichas Cortes, el cual no es sino una defensa jurídica de sus intereses, sin que se presente prueba documental alguna que certifique el presunto derecho de los hidalgos (…) El rey de Castilla sentenció a favor de los hidalgos -no en vano también se le incluía a él como beneficiario de dichas iglesias-“.
Por tanto, ninguna iglesia, humilladero o ermita, era propiedad de la Iglesia Católica.
Los laicos poseedores de las iglesias
Este tipo de constitución laica fue la habitual en Bizkaia, Gipuzkoa o Alaba en el siglo XI en adelante, frente a las de constitución episcopal, más frecuente según se van creando las villas, según explica Julio Caro Baroja (“Historia del País Vasco Tomo V” pág 211). Pero no era así en todas las villas, en muchas de ellas, sus iglesias también son construcciones laicas.
En su trabajo “Iglesia, religiosidad y sociedad en el País Vasco durante el siglo XIV” (2007), el doctor en historia y especialista en el medievo vasco, Ernesto García Fernández, comentaba que:
“No sólo la nobleza se benefició de este modelo de relaciones socio-religiosas –entre los que hay que incluir de manera particular a los señores de Vizcaya–, sino también los concejos de algunas villas vascas, que dispusieron del patronato pleno o compartido con los clérigos beneficiados de sus respectivas parroquias, algunos conventos (San Francisco de Bermeo -en Bizkaia- y San Juan Bautista de Quejana -en Ayala-), monasterios (San Millán de la Cogolla -en La Rioja-), iglesias colegiales (Santa María de Cenarruza -en Bizkaia-) y la propia monarquía castellana que disfrutaron de prerrogativas similares sobre numerosos monasterios e iglesias parroquiales del País Vasco”.
Es decir, dentro de la Guerra de Bandos, el señor de Bizkaia y el rey de Castilla, encontraron en el patronato de las iglesias parroquiales un suculento negocio, así como una forma de pagar lealtades o potenciar la economía de las villas que iban creando, en detrimento, no tanto de los feligreses que apenas notarían la diferencia, sino de la Iglesia Católica, que se quedó sin los diezmos, primicias y sin la explotación de los, en muchas ocasiones, numerosos bienes parroquiales.
Cuando el patroznago dejó de ser tan interesante económicamente, coincidiendo con el desarrollo de las villas y el comercio (siglo XVI en adelante), este patronazgo de legos o laicos, pasó a manos de familias segundonas del municipio que se beneficiaron de este sistema.
Es observable además, cómo en las iglesias durante el servicio religioso, estos señores y sus familias que habían pagado la construcción de la iglesia, ocupaban los puestos más relevantes de las bancadas, junto a otras familias hidalgas o de hijodalgo, que seguramente también aportaron una parte.
En algunos casos, llegaron a tener sus tumbas y lápidas de piedra dentro de las iglesias, o los principales nichos en el cementerio adyacente (extensible a las familias hidalgas más relevantes), por ejemplo, en Andra Mari de Galdakano la familia del mismo nombre, o los Gebara en la Iglesia de San Miguel.
La defensa que los nobles hacían de su derecho a la explotación de las iglesias de la Nabarra Occidental, estaba plenamente justificada delante del señor de Bizkaia y rey de Castilla por ganboínos y oñacinos, además de aceptada por éste:”(…) En 1391 Juan de San Juan de Abendaño, Juan Alonso de Mújica, Gonzalo Gómez de Villela y Juan García de Areilza, caballeros vizcaínos, siendo menor de edad Enrique III, le tomaron juramento en Burgos de que se desplazaría lo antes posible a Vizcaya para jurar sus fueros, privilegios, buenos usos é buenas costumbres, libertades mercedes y tierras, según se acostumbró por los otrosseñores.
Los cuatro caballeros, supuestamente representantes de los intereses de la Tierra Llana (anteiglesias o pueblos, sin amurallar), se preocuparon de recordar al monarca que Vizcaya estaba exenta del pago de tributos a los obispados de Burgos y Calahorra . De esta manera protegían sus derechos de patronazgo” (Ernesto García Fernández -2007-).
En la Crónica de los reyes de Castilla de Pedro López de Ayala (Vitoria 1332- Calahorra 1407), se trata el mismo tema de los monasterios de la Nabarra Occidental, por las fechas en las que está escrita, el momento más importante de esta cuestión, la información de primera mano tiene especial relevancia:
“Señor: así es verdad que de quatrocientos años acá, así que non es memoria de omes en contrario nin por vista nin oído, vos, Señor, en Vizcaya e Guipuzcoa e otros logares, e nosotros e otros Fijosdalgo que aquí non son, levamos siempre los diezmos de tales iglesias como ellos dicen, poniendo en cada iglesia clérigo, e dándole cierto mantenimiento e diezmos señalados al dicho clérigo o clérigos que sirven las tales iglesias”.
Las mujeres o damas propietarias de iglesias
El patronato de la iglesias y ermitas no era solo cosa de caballeros, muchos de los templos fueron patrocinados por ricas damas, las cuales destacan en el románico alabés, cuyas esfinges, adornan numerosas iglesias en sus pórticos y arcos, así como en puertas y vanos
Detalle de la portada del siglo XIII de Andra Mari de Galdakano
Serían probablemente la mujer de Sancho de Galdakano (posiblemente de origen alabés) y su hija o hijo, la toca es de hombre según Kosme María de Barañano Letamendia y Fco Javier González de Durana Isusi en “Acerca del arte románico en San Agustín de Etxebarria, Sta María de Galdácano y de Vizcaya en general” (Revista KOBIE nº1 1983), donde además señalan: “El tercero es la cabeza de una mujer con el mismo tipo de gorro y cuello. Encima siete rosetones, a los costados dos especies de espirales. En Puente la Reina hay una cabeza de mujer con tocado pero no propiamente en el capitel, sino debajo de éste, entre la columna y él. En capitel encontramos en la iglesia de Belunza (Alaba) y en la de Marañón (Alta Nabarra, Tierra Estella cerca de Bernedo, Alaba). Este tipo de gorros, o mejor tocas con rizado, que según el P. Flórez se llamaban caramellos (sic) -nosotros pensamos que el caramiello tiene forma de mitra –(…)” Este tipo de gorros estuvieron estuvieron de moda reinando los Teobaldo o Thibalt en Nabarra (de origen francés) y Alfonso X el Sabio (1221-1284) en Castilla y dejaron de usarse al parecer después del de Sancho IV (1284-1295), según Leopoldo Torres Balbás, “aunque la moda provenía de Francia: Camille Eulart, Manuel d’archeologie française”. Más información
Los obispos tenían prohibido entrar en Bizkaia y quizás en Gipuzkoa
Es más, la situación de poder de los Parientes Mayores y del señor de Bizkaia era tal, que los monasterios aragoneses (San Juan de La Peña), castellanos (Monasterio de Oña) y riojanos (San Millán o Nájera), así como sus obispos correspondientes, que reclamaban derechos económico-eclesiales sobre parroquias de Bizkaia, no pudieron ejercerlos. De hechos, los obispos no pudieron pisar tierras bizkaínas hasta comienzos del siglo XVI, lo que es totalmente anómalo.
Tampoco pisaron los obispos las tierras de Gipuzkoa durante los momentos más álgidos de la Guerra de Bandos según queda documentado, pero sí las tierras de Alaba o los señoríos que después la conformaron.
“Al igual que en el Señorío de Bizkaia, en Gipuzkoa, el dominio del obispo sobre las parroquias solía limitarse a la ordenación sacramental de los sacerdotes encargados de la labor pastoral (…). En el arciprestazgo de Léniz (valle del río Deba, tenencia Nabarra de Aitzorrotz), salvados algunos antecedentes aislados, las visitas (del obispo) empiezan a llegar con cierta asiduidad a partir de 1500, mientras que en el arciprestazgo de Gipuzkoa (tenencia Nabarra de Iputz) no se tienen noticias al respecto entre 1302 y 1501” (“De Ipuzkoa a la Hermandad de la villas de Gipuzkoa” José Ángel Lema Pueyo -2017-).
En el Fuero Viejo de Bizkaia del año 1452, el obispo de Bizkaia, el cual residía en La Rioja (en Nájera y después en Calahorra-La Calzada), tenía prohibido entrar en el señorío, es así como los arciprestes eran los verdaderos gobernadores de la iglesia bizkaina para los asuntos del culto, una especie de pequeños obispos.
Dice el Fuero Viejo bizkaíno que incluso se mate a los emisarios del obispo sin que se reciba pena alguna por ello. Este Fuero fue validado después por los reyes de Castilla como señores de Bizkaia:
“227. Otrosí dixieron que, por quanto antiguamente auían de fuero e uso e costumbre que en el dicho Condado non entrase Obispo ni sus vicarios, ni otrosí se publicasen sus cartas desaforadas contra los dichos escuderos e omes buenos de el dicho Condado vizcaínos (…) E otrosí, si alguno o algunos dieren fabor al tal vicario o uicarios, fiscal o fiscales, comissario o comisarios o presentadores de cartas de el dicho Obispo fueren muertos o feridos por algunos de los vizcaynos, por ser quebrantadores del dicho fuero, que los tales non ayanpena alguna, ni los juezes e justiçias puedan prender ni mandar prender ni tomar pesquisa. E en caso que lo fagan que lo tal non uala (valga)”.
El primer obispo en entrar en Bizkaia fue Díaz de Luco de Calahorra en el año 1545, tras promulgarse el Fuero Nuevo en 1526, que anuló ese apartado del Fuero Viejo…y pasar un tiempo más que prudencial por lo que se ve.
Sin embargo, el Fuero nuevo de Bizkaia no acabó con el Patronato laico, ya que decía en la Ley VI de su Título primero:
«Otrosí dijeron, que había de Fuero, uso y costumbres, y por los Reyes de Castilla, como Señores de Vizcaya, les fue siempre guardado, y confirmado, y mandado guardar por privilegio, que todas las tierras, y mercedes, y monasterios, y oficios de Vizcaya su Alteza diese, e hiciese merced de ellas a los caballeros, escuderos, hijosdalgo naturales, y vecinos de Vizcaya, y Encartaciones, y merindad de Durango, y vacando por muerte del uno, hiciese merced de las tales tierras, e mercedes, e monasterios, e oficios a otro natural, e vecino del dicho Señorío, e no a otro alguno…».
Los linajes con patronazgo
Los linajes con patronazgo sobre iglesias son muchos, podríamos decir que todos los principales, como: los Gebara, Lazkano y Balda en Gipuzkoa, los Albiz, Arteaga, Yarza, Ibáñez de Marquina, Marzana, Ibarguen, Zaldibar, Berriz, Legizamon, Ayala, Abendaño, Mezeta, Villela, Mugika, Anuncibai, Butrón e Ibargoen en Bizkaia y Ayala….y, por supuesto, los señores de Bizkaia y reyes de Castilla en esos siglos XIII-XV, los Haro-Trastámara.
El historiador bizkaíno E. Labayru (Batangas en Filipinas 1845-Bilbao 1904) en su “Historia de Bizcaya” (1900), demuestra que en el siglo XIV en Bizkaia, había: “En suma: veintiocho iglesias (28) que pasan por diviseras o fundación particular (…) ante sesenta y una (61) que no tienen ese origen (de realengo), cuatro (4) dudosas y algunas, muy pocas también, de desconocido principio”. Por tanto, al menos 100 iglesias bizkaínas, no han sido de la Iglesia Católica nunca.
Sigue comentando Labayru: “Un buen número de contiendas y litigios se ha evidenciado cuán ilegítimamente arrogaron muchos particulares el título de patronos diviseros, del cual les despojaron la Real Cámara una veces, otras la Cancillería de Valladolid, y algunas la Sagrada Rota (tribunal del Vaticano)”.
La de los Abendaño, era entonces la principal familia bizkaína, descendientes del último de los Gebara tenentes con Nabarra, se trataba de Pedro Ladrón de Gebara (conde de Oñati y tenente de Bizkaia, Gipuzkoa y Alaba).
Uno de sus hijos, será el cabeza de los ganboínos pronabarros en Alaba desde Ullibarri-Ganboa y otro el primer Abendaño alabés, asentados a finales del siglo XII en Puentelatorre en Galdakano antes de recalar en Urkizu (Igorre), acogido el último de ellos siendo un mozo por Sancho de Galdakano, fundador laico de la iglesia Andra Mari de Galdakano
[“Genealogía de los Ayala” Pedro López de Ayala 1371, para más información sobre los Abendaño]Para hacernos una idea de los ingresos que suponían para el patrono laico la explotación de los “monasterios”, podemos ver a finales del siglo XV, el coste del “arrendamiento” de las iglesias por el Señor de Bizkaia y rey de Castilla, y el listado parcial de los patronos, era el siguiente:
Sirva de muestra, la descripción de la riqueza de su propia casa que hace el banderizo muñatón Lope García de Salazar, otra de las grandes familias de Bizkaia y de las principales de las Enkartaciones, la cual nos da una resumen de las fuentes de riqueza de los banderizos y de cómo ejercían el patronato de los “monasterios” o iglesias que podían ser, por lo visto, incluso sobre “parte de las mismas”:
“Iglesias o partes de las mismas (San Vicente de Baracaldo, San Llorente de Virbujillo…), mortuorios (en Sopuerta, Galdames, Somorrostro), alcaldía (de Sopuerta), prebostad (de Portugalete), merindad (de Castro, comprada a Fernando González de la Marca), ferrerías (de Carranza, Arenado, los Vados, Urdudoquieta,…), molinos y aceñas (de Belmonte y otros lugares), manzanales, viñas (de Islares y Castro), solares, casas, torres y palacios (en Islares, Vitoria, Castaños, Valperri…), derechos sobre los puertos (de San Martín, Musques y Ciérvana) y sobre las venas, cuyo precio aumentaron” (A. García Cortázar en “Investigaciones sobre la historia medieval del País Vasco”)
El final del patronato divisero
Todavía en ese siglo XV, las iglesias estaban en manos de las grandes familias bizkaínas, insertas de pleno en las Guerra de Bandos y como compensación de la corona-señor de Bizkaia a sus servicios.
Cuando veamos en otro artículo el caso de Andra Mari de Galdakano a finales del s. XVI, estando ya la Guerra de Bandos tocando a su fin, veremos que la situación había cambiado, y que fueron las familias “segundonas” las que explotaban su “fábrica” o los recursos económicos adjuntos a la misma.
Es más, en el siglo XVII, desde al menos 1648, se pueden encontrar intentos por parte del Señorío de Bizkaia de hacerse con el control de los patronatos de realengo.
En las Juntas Generales, reunidas como era costumbre «so el árbol de la antigua de Gernika día miércoles que se quitan seis días del mes de mayo de mil y seiscientos y quarenta y ocho años», se adoptó el siguiente acuerdo: «Que se suplique a su Magd. que en bacando algunos patronazgos haga merced al Señorío para que mejor pueda acudir a su Real servicio».
Por ejemplo, en las Juntas Generales del 7 de mayo de 1653, “se solicita para el Señorío el patronazgo de Mallabia”. En este caso se recurre a la Ley 6. del Título 1.° del Fuero nuevo de Bizkaia (1526), para pedir que no le sea concedido el patronato de Mallabia a Don Pedro Ignacio de Alcolazas e Idiáquez, por no ser natural del Señorío, solicitando para el Señorío la merced del mismo en remuneración de los servicios que continuamente presta a S.M.”.
Es decir, fue el Señorío (hoy sería su sucesora la Diputación), quien fue reclamando a la corona el patronazgo de las iglesias bizkaínas y no la Iglesia Católica. Fue un largo proceso que no acabó hasta el siglo XIX, mientras, la corona iba “alquilando” la explotación de las iglesias de realengo por períodos cortos.
El caso de Guipuzcua
En el caso de Gipuzkoa la situación es parecida, casi todas las iglesias, ermitas y humilladeros fueron fundadas por laicos, en auzolan o por un rico potentado.
Antes del siglo XI, solo tenemos constancia documental de la existencia de cuatro iglesias, San Salvador de Olazabal en Altzo (la única en la tenencia nabarra de Iputz, hoy Gipuzkoa), el templo de San Miguel de Haritzeta en Bergara (tenencia de Aitzorrotz), San Andrés de Astigarribia en Mutriku (entonces dentro de la tenencia de Bizkaia), la del Antiguo en el valle y tenencia Hernani-San Sebastián (hoy dentro del término de San Sebastián-Donostia).
Además, gracias a la arqueología, sabemos de otras dos o tres. Santa María la Real de Zarautz, que según las últimas excavaciones sería del siglo IX, por lo que estaríamos ante la más antigua de la tenencia de Iputz y quizás la más antigua de la Edad Media de toda Gipuzkoa.
Santa Elena de Irun tiene restos arqueológicos de época tardo-romana, donde han aparecido numerosas monedas, algunas del tiempo de Guillermo Sancho, conde de Burdeos y duque de Baskonia, por lo que la ermita actual se puede datar, por el momento, desde el siglo X.
Por otro lado, San Martín de Iraurgi en Azkoitia, tiene una necrópolis del siglo VIII, pero son cremaciones, que dudosamente serían cristianas, ya que en esta religión se inhumaban los cuerpos y no hay símbolos cristianos de esa época.
Pero, el desarrollo de las parroquias debió de tomar un impulso decisivo desde fines del siglo XII. Para entonces, la documentación escrita habla de tres nuevos núcleos: los templos donostiarras de Andra Mari de Koruko (hoy basílica) y San Vicente en “lo viejo”, además de la parroquia de Santa Fe de Zaldibia en el Goierri.
“Con todas las cautelas en cuanto a datación relativa a sus inicios, la arqueología da a entender que en una horquilla que iría de 1000 a 1200 ya debían de estar consolidadas -¿siempre con la misma advocación?- San Esteban de Lartaun en Oiartzun, San Pedro de Aia, San Esteban de Laskoain en Tolosa, San Pedro de Iromendi en Bidania, San Miguel de Irura, San Martín de Askizu y San Salvador en Getaria” (“De Ipuzkoa a las Hermandad de las Villas de Guipuzcoa s.VI-XV” J.A. Lema Pueyo -2017-).
Tras la creación de nuevas parroquias durante el siglo XV por la separación de algunas de las entonces existentes al crearse nuevos pueblos, sigue Lema Pueyo explicando:
“De las 125 (parroquias) existentes en el siglo XV, 10 están bajo el patronato de las autoridades de las villas, 26 son gestionadas por las correspondientes comunidades de feligreses, mientras que 63 están en manos de señores laicos -parientes mayores e hidalgos de sus redes clientelares- que ejercen su patronato sobre ellas: cobran sus rentas decimales, dejando unos pobres remanentes para el sustento de los clérigos, eligen al párroco entre personas de su confianza, reservando al obispo sólo su consagración, y se hacen enterrar, con sus familiares, en el templo.
Han conseguido tales prerrogativas por derechos de fundación del templo, por merced de los reyes, por negociación con los vecinos a la hora de fundar una villa, como ocurre en Zumaia, o por simple usurpación bajo amenazas.
Es paradigmático el caso de los Lazcano, quienes para 1450 disponen de nueve parroquias -Aginaga, Ataun, Idiazabal, Lazkao, Mutiloa, Olaberria, Segura, Zaldibia y Zumarraga-“.Por tanto, de las 125 iglesias que había en el siglo XV en Gipuzkoa, al menos 99, no eran propiedad de la Iglesia Católica.
LISTADO DE INMATRICULACIONES
El listado es “eterno”, por lo que solo reproduzco el de Bizkaia y desde 1978 que es el más corto, todas las inmatriculaciones está en la web: Tres inmatriculaciones eclesiales por pueblo, ¿la punta del iceberg? (septiembre de 2018)
“A la espera del listado completo que por primera vez parece dispuesto a hacer público el Gobierno español, diferentes iniciativas han certificado ya en Euskal Herria 1.592 inmatriculaciones de bienes por parte de la Iglesia, casi todas en las últimas décadas. Supone algo más de tres por localidad, casi siempre templos pero también terrenos, fincas”…
Sigue listados en PDF
BIZCAIA
Abanto Zierbena Terreno 11/12/1992
Abanto Zierbena Finca Urbana 18/01/1993
Arrankudiaga Iglesia y Casa Cural 05/11/1986
Arteaga Cementerio 15/07/1983
Arteaga Ermita San Martín 15/07/1983
Arteaga Ermita Santiago 15/07/1983
Arteaga Finca Rústica 15/07/1983
Artzentales Finca Rústica 12/06/2015
Artzentales Iglesia Santa Cruz y Casa Cural 12/06/2015
Atxondo Parroquia y Casa Cural 06/04/1993
Aulesti Cementerio 25/04/1989
Barakaldo Parroquia San José 23/09/1988
Barrika Casa Cural 05/09/1988
Berango Ermita Santa Ana 09/02/1988
Bilbo Parroquia 01/01/1990
Bilbo Parroquia Buen Pastor y Santa Teresa de Jesús 06/04/2006
Busturia Parroquia Asunción Nuestra Señora de Axpe 03/07/1984
Busturia Finca Rústica 03/07/1984
Dima Ermita Santa Apolonia 18/10/1999
Dima Ermita Santa Marina 18/10/1999
Dima Finca Rústica 18/10/1999
Elantxobe Vivienda 13/07/2015
Elorrio Finca Rústica 30/10/2006
Elorrio Finca Rústica 01/12/1999
Ereño Ermita 04/10/1983
Ereño Parroquia San Miguel Arcángel 04/10/1983
Ereño Cementerio 04/10/1983
Ereño Terreno 04/10/1983
Ereño Ermita Santa Catalina 04/10/1983
Etxebarria Parroquia San Andrés 13/05/1981
Etxebarria Cementerio 13/05/1981
Gordexola Casa y finca 12/05/1987
Gordexola Salón parroquial y terreno 02/11/1987
Gordexola Casa Cural 02/11/1987
Gordexola Monte maderable 11/06/2015
Gordexola Finca Rústica 12/05/2015
Gordexola Casa Cural 17/01/1991
Gueñes Finca Rústica 20/09/1996
Gueñes Finca Rústica 20/09/1996
Gueñes Finca Rústica 20/09/1996
Gueñes Finca Rústica 20/09/1996
Gueñes Iglesia San Miguel 20/09/1996
Gueñes Finca Rústica 20/09/1996
Gueñes Iglesia San Pedro 20/09/1996
Ispaster Ermita Santiago apostol 09/08/2006
Iurreta Ermita San Andrés 19/01/1994
Karrantza Harana Terreno 02/07/2003
Leioa Pastizal Askartza 06/03/2008
Markina-Xemein Convento RRPP Carmelitas 26/03/2015
Markina-Xemein Finca Rústica 13/05/1981
Morga Casa Cural 20/10/1989
Morga Ermita Santo Cristo 20/10/1989
Mungia Solar 28/07/1983
Muskiz Parroquia San Julian 22/06/1984
Muskiz Parroquia San Juan Bautista 22/06/1984
Muskiz Parroquia San Nicolás de Bari 22/06/1984
Muskiz Ermita Nuestra Señora del Socorro 22/06/1984
Muskiz Parroquia Nuestra Señora de la Asunción 22/06/1984
Nabarniz Parroquia Santa María de Gorostiza 27/11/1985
Orozko Iglesia San Bartolomé Apostol de Olarte 22/06/2015
Orozko Cementerio San Bartolomé Apostol de Olarte 22/06/2015
Sopuerta Ruinas 02/07/2003 Urduña Casa Cural 08/09/1981
Ziortza-Bolibar Casa 22/06/1991