«Dentro de la metamorfosis del terrorismo, la mujer va a adquirir un papel más significado y ha cobrado relevancia en el adoctrinamiento», alerta un experto.
«No hay un único perfil de la mujer en la yihad, hay algunas que son explotadas sexualmente, pero hay mujeres que se determinan en la acción», sentencia.
Cerca de 100 personas han viajado desde España a lugares de conflicto para hacer la yihad, de las cuales un 20% son mujeres, según el Ministerio de Interior.
Madres que envían a sus hijos a combatir a Siria, jóvenes dedicadas a la captación de otras chicas para Estado Islámico o incluso menores de edad que mienten a sus padres siguiendo la promesa de convertirse en «guerreras yihadistas». Esta es la realidad de las últimas operaciones policiales en las que ellas han pasado de jugar un papel testimonial a ser un elemento clave en el engranaje yihadista.
«El último caso se detectó esta semana en la operación de los Mossos d’Esquadra en la que fueron detenidas 11 personas en Cataluña. Entre ellas, otra vez, había una mujer. «Dentro de la metamorfosis dinámica del fenómeno terrorista la mujer va a ir adquiriendo un papel más significado y en el peor de los aspectos, es decir, que las veremos incorporarse a las funciones violentas. Cada vez se detecta un peso específico mayor en este fenómeno», indica en declaraciones el experto en movimientos terroristas Chema Gil.
El también analista Carlos Echeverría advierte de que «la amenaza crece exponencialmente y eso se refleja también en la presencia de la mujer«. «No olvidemos que en lo que respecta al Estado Islámico su vocación es crear un califato y en el que evidentemete si lo consiguen, que esperemos que no, habrá una cotidianidad, una vida ciudadana y social que incluirá a las mujeres», añade.
«Combate ideológico»
Son numerosos los casos de operaciones policiales recientes que han tenido la presencia de mujeres como fue el caso de Samira Yerou, una marroquí residente en España que fue interceptada en Turquía el mes pasado cuando trataba de adentrarse en Siria con su hijo de tres años. Fue devuelta por las autoridades turcas y detenida a su llegada en el aeropuerto de El Prat de Barcelona. El padre del menor, residente en España, había denunciado la desaparición del niño.
«El telón de fondo que no hay que perder de vista es que muchas mujeres que dan este paso, muchas voluntariamente, lo dan hacía algo que para nosotros es retrogrado, pero que para ellas es encontrarse con el verdadero Islam, por eso es tan importante el combate ideológico», opina Echeverría.
«¿Cómo tiene que ser el carácter de una mujer que ya ha perdido un hijo en Siria y está dispuesta a enviar a otros dos?», se pregunta Gil Garre en alusión a la madre de familia detenida el pasado 31 de enero y ahora en prisión por planificar el alistamiento de sus dos hijos de 16 años en las filas de uno de los grupos que operan en Siria al servicio del Estado Islámico. «Sus motivaciones a veces son más profundas que las de ellos. Las que actúan con un papel relevante son absolutamente ideologizadas«, explica.
Las mujeres también han cobrado una especial relevancia en el campo del adoctrinamiento y el proselitismo. «Tienen una gran capacidad de convencer algunas de ellas», según dice Echeverría, que se remite al ejemplo de la marroquí Fatiha Mejati, un referente en el mundo salafista principalmente por su proliferación de mensajes en las redes sociales. Vivió en el Afganistán de los talibanes hasta la intervención americana y ahora se encuentra en Siria, según anunció ella misma en Twitter. Su marido y uno de sus hijos murieron combatiendo para Al Qaeda.
Perfiles yihadistas en las redes
Gil Garre lleva años monitorizando perfiles yihadistas en las redes sociales: «la mujer actúa en la redes sociales como un objeto dinamizador y llegan a ponerse con perfiles de chicos para hacer las captaciones. Tienen un papel más activo de lo que nos creemos».
El 16 de diciembre de 2014 la Policía Nacional y la DGST de Marruecos detuvieron a una célula yihadista de captación integrada por seis personas de las cuales cuatro eran mujeres. Se dedicaban básicamente a la captación de mujeres para integrar las filas de Estado Islámico. Las principales herramientas que utilizaban eran las redes sociales y los foros privados de WhatsApp.
Comenzaban seduciéndolas denunciando la «crisis de valores en occidente» y cuando pasaban los filtros correspondientes se las invitaba a «pasar a la acción». Le prometían una vida idílica como «verdaderas guerreras yihadistas» o como esposas de algún muyahidin. Y bajo esas promesas son muchas las que emprendieron un viaje con destino dudoso.
Arrepentimiento y rehabilitación
El pasado mes de enero una joven ceutí de 18 años fue detenida en Turquía poco antes de ser trasladada a Siria. Días antes había dicho en casa que iba a hacer unas compras a Marruecos. «Quienes abrazan el yihadismo salafista abrazan una versión rigorista del islam que relega a la mujer dentro de esa dimensión conservadora«, avisa Echeverría. De hecho, aquella joven ceutí no tardó en darse cuenta de su error y tuvo tiempo de escribir con su móvil mensajes de auxilio a un familiar al poco de llegar a Turquía.
Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, llegó incluso a pedir que la detuviese la policía si era necesario, pero no quería seguir adelante con su aventura a pesar de que a su llegara a España le puede esperar una condena por terrorismo. Según relataba la chica en esas comunicaciones, sus captores le informaron nada más llegar de que le iban a retirar el móvil y que, desde entonces, iba a tener que vestir siempre con nikab, un velo que les cubre el rostro.
El arrepentimiento es una tónica general de muchos de las cerca de 100 personas según datos de Interior que han viajado desde España a lugares de conflicto para hacer la yihad (de las cuales un 20% son mujeres), según las fuentes consultadas. Estas mismas fuentes aseguran que cuando se producen procesos de ‘adoctrinamiento express’ (pueden durar apenas semanas), la ideologización es endeble y las dudas aparecen en cuanto se producen los primeros contratiempos.
Esta circunstancia facilita los procesos de rehabilitación, según estas mismas fuentes. Es el caso de dos menores de edad que fueron detenidas cuando trataban de fugarse a Siria ocultándoselo también a sus padres. Ambas se encuentran recluidas en el Centro de Menores Teresa de Calcuta de Madrid donde responden positivamente al trabajo que se hace con ellas.
«Las mujeres pueden ser y ya lo han sido combatientes, aunque esto es minoritario o excepcional. Yihadistas mujeres ha habido en Irak durante la década pasada. Es siempre un papel marginal que es el que le asigna el liderazgo yihadista», asegura Echeverría.
Por su parte, Gil Garre afirma que «el número no es que haya crecido exponencialmente» pero destaca que «aquellas que están actuando ponen de manifiesto un papel de compromiso muy potente, a veces más que algunos hombres que van a Siria. «No hay un único perfil de la mujer en la yihad, hay algunas que son explotadas sexualmente, pero hay mujeres que se determinan en la acción», sentencia.