El debate intelectual se produce en las universidades de Gran Bretaña | La Iglesia defiende que creacionismo y evolucionismo son complementarios | Las iglesias anglicana y católica han sufrido un declive del 27% en asistencia a misa
Doscientos años después de su nacimiento, la teoría de Charles Darwin sobre la evolución de las especies para explicar el origen de la vida goza de más respeto que nunca entre científicos e intelectuales, y soporta las embestidas periódicas de grupos religiosos –sobre todo en Estados Unidos– empeñados en desprestigiarla para justificar sus creencias y aumentar su base electoral e influencia política.
En una cuestión tan intrínseca a la naturaleza humana, es inevitable que exista un intenso debate que tradicionalmente ha enfrentado creacionismo y evolucionismo, pero al que se ha incorporado de modo reciente –en una hábil maniobra de organizaciones interesadas en difundir una explicación religiosa o pseudorreligiosa del origen de la vida– la llamada teoría del diseño inteligente.
Esta teoría no habla estrictamente de un dios, sino de un ser superior con capacidad para concebir y configurar el mundo tal y como lo conocemos. Aunque la primera línea de fuego en esa guerra entre evolucionistas y antievolucionistas está en los estados del Medio Oeste y el cinturón industrial de EE.UU. (como Ohio, donde el voto cristiano fue decisivo en las dos victorias electorales de George Bush), el principal escenario del debate filosófico e intelectual son las universidades y centros de estudios científicos y teológicos de Inglaterra, una sociedad mucho más laica que la norteamericana y donde el enfrentamiento no es ni mucho menos tan venenoso.
"Podría decirse que lo que en Kansas o Pensilvania es casi un combate sucio para que se enseñe el creacionismo en los colegios públicos a pesar del amplísimo apoyo académico a las teorías de Darwin, en el Reino Unido es un pulso entre caballeros de acuerdo a las más estrictas normas del fair play donde ni una parte ni la otra pierde los papeles", dice el profesor de teología Leo Bentley. Un ejemplo es que la campaña humanista con anuncios en el metro de Londres y autobuses de todo el país, bajo el eslogan Dios probablemente no existe, así que no te preocupes y disfruta, se ha desarrollado sin tan siquiera una décima parte de la polémica suscitada en Barcelona.
Ello no quiere decir que no existan opiniones contrarias, como demuestra una encuesta encargada por el think tank religioso Theos con ocasión del 200.º aniversario del nacimiento de Charles Darwin en Shrewsbury, que se celebra hoy, y 150.º aniversario de la publicación de su obra maestra El origen de las especies, efectuada por la firma de sondeos ComRes entre poco más de 2.000 ciudadanos británicos. Los resultados son difíciles de interpretar, por la manera en que se formularon las preguntas y el hecho de que mucha gente diera credibilidad tanto al creacionismocomo a la teoría del diseño inteligente, en vez de escoger entre una y otra.
A lapregunta de "¿a qué atribuye usted el origen y desarrollo de la vida?", un 48% de los encuestados respalda la teoría darwiniana de la evolución, un 22% el creacionismo, un 17% la teoría del diseño inteligente, y el resto dice que no sabe. En cuanto a la pregunta de cuáles de estas explicaciones deberían formar parte del expediente académico de los colegios públicos de Gran Bretaña (con la posibilidad de optar por varias), un 69% dice que el evolucionismo, un 44% que el creacionismo, y un 41% que el diseño inteligente.
Además, un 51% está de acuerdo con la afirmación de que "la evolución por sí misma no es suficiente para explicar las complejas estructuras de algunos seres vivos, y por tanto debe haber sido necesaria la intervención de un diseñador". El problema es que la separación constitucional entre Iglesia y Estado constituye un obstáculo para la difusión de cualquier fe o precepto religioso en las escuelas estatales, y la creación por Dios del mundo en siete días, y de Eva a partir de una costilla de Adán, es uno de los pilares del cristianismo. "Tenemos suerte de que, comparados con EE.UU. y otros países, aquí no existe ningún grupo religioso o cultural de peso que se oponga a la enseñanza de la teoría de la evolución", señala lord Martin Rees, presidente de la Royal Society.
La cuestión en Gran Bretaña no es –como en algunos lugares de EE.UU. bajo presión de la derecha religiosa que contribuyó a auparaBush al poder– si el evolucionismo debería de dejarse de enseñar en los colegios públicos, sino si debería acaso ir acompañado del creacionismo o/y el diseño inteligente. A lo cual dos tercios de los maestros responde que no, y un tercio que sí.
La difusión por 60 escuelas británicas de un DVD creacionista procedente de Estados Unidos ha sembrado la alarma en el gobierno del Labour, que ha exigido su retirada porque ni el creacionismo ni el diseño inteligente son teorías científicas admitidas, y –en palabras del diputado Graham Stringer-"bajo ninguna circunstancia deben ser enseñados a la misma altura que la teoría de la evolución". "La atribución del desarrollo de la vida a una inteligencia superior es un sucedáneo religioso, una manera de envolver de una manera más neutra el concepto básico de que el mundo es obra de Dios", señala el teólogo Alfred Borthwick.
La Iglesia de Inglaterra es la primera que se aleja de las denuncias al darwinismo y quiere aprovechar el aniversario para difundir la noción (igual que el Vaticano) de que evolucionismo y creacionismo no son antagónicos sino complementarios, y la teoría del origen y evolución de las especies es perfectamente compatible con la intervención de Dios. "Dos siglos después de tu nacimiento, te debemos disculpas por haberte malinterpretado y animado a otros aque te malinterpreten", dice un mensaje póstumo a Darwin colocado en la web de la Iglesia anglicana.
La ausencia de un movimiento antievolucionista en Gran Bretaña se explica en el carácter cada vez más laico de la sociedad de este país, donde nueve millones de habitantes (un 15% de la población) son ateos o agnósticos, el grupo más importan después de los cristianos (un 71,8%, pero la gran mayoría de tipo social, es decir, que se definen como tales por tradición o pertenencia a un grupo cultural, pero sin compartir necesariamente los principios de la fe o tener una participación activa en la religión).
Todas las encuestas sobre religiosidad están llenas de contradicciones. Aunque un 75% de los habitantes del Reino Unido se consideran cristianos, musulmanes, judíos, budistas o sijs, al mismo tiempo un 66% afirma "no tener ninguna conexión práctica con la religión o la Iglesia", y menos de la mitad dice creer en Dios. Un sondeo realizado entre niños de nueve y diez años del condado de Cornualles, el más pobre de Inglaterra, concluye que sólo el 19% se ve a sí mismo como "religioso". Desde 1980 hasta ahora, las Iglesias anglicana y católica han sufrido un declive del 27% en asistencia a misa, y la única iglesia institucional que ha registrado un aumento de fieles es la ortodoxa griega y rusa, debido a la inmigración.
Para celebrar el 200.º aniversario del nacimiento de Darwin, mañana se abre al público como museo la casa de Orpington (Kent) donde el científico realizó sus experimentos y elaboró sus teorías, con una detalla explicación de su vida, trabajo y familia. El Museo de Historia Natural le dedica una exposición con el relato del viaje del Beagle,sus escritos personales y la ambientación de los invernaderos donde cultivaba sus orquídeas, y se han organizado congresos en Cambridge, Shrewsbury y otras ciudades.