El sector móvil de la Policía Nacional, con sede en la capital y establecida en las proximidades de la estación de la avenida de Andaluces, es desde hace unos días ‘Hermano Mayor Honorario’ de la cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Así se materializó en el transcurso de la celebración de la eucaristía que ofrecieron los hermanos de la cofradía y que contó con la presencia del inspector jefe, José Ruiz Jaldo. «Es paranosotros un honor que se haya acordado esta cofradía del servicio que prestamos», indicó a IDEAL poco después de recibir el nombramiento. «Llevamos ya quince años acompañando a la hermanad en su salida procesional del Viernes Santo y es un orgullo pertenecer a la misma», refirió.
El hermano mayor de la cofradía, Óscar Jiménez, habló en términos similares y señaló «que de esta manera formalizamos una relación que ya viene desde hace cinco lustro y con la que estamos muy satisfechos». Acto de entrega del nombramiento en la parroquia de San Juan.
El acto de entrega del nombramiento contó con numerosa participación de hermanos de la cofradía de la parroquia de San Juan de Letrán, presidida por el párroco. También, al terminar la misa, se procedió a la presentación del cartel que edita la cofradía. Se trata de una instantánea realizada por el joven fotógrafo Pablo Cuerva y la presentación corrió a cargo del ex hermano mayor de la cofradía, Antonio Rodríguez Castillo. El presentador recordó el momento en que se realizó la fotografía cuando «en la tarde del pasado Viernes Santo en el que la lluvia sólo nos dejó realizar la salida con la imagen del Cristo y unos pasos del de palio».
Fueron unos minutos de atención y silencio en el que Rodríguez Castillo habló de su llegada a la hermandad, los motivos que lo llevaron a hacerse hermano, la historia El presentador del cartel también habló que «las procesiones convierten los pueblos en un templo» e indicó que «tenemos que ser conscientes de la labor evangelizadora que hacemos en las calles, para llegar a los corazones de quienes las contemplan». Habló del joven autor de la instantánea, Pablo Cuerva, y revivió para los hermanos los momentos de la salida de la hermandad, los nervios del momento y la estación de penitencia que se vive de manera tan intensa a partir de las cuatro de la tarde de cada Viernes Santo.
Aún restaba la parte final del acto, que consistió en un concierto de la banda de cornetas y tambores de Jesús Despojado de sus Vestiduras. Lleno total del presbiterio del templo por el alto número de integrantes de la formación musical, que ofreció la interpretación de cinco marchas procesionales. Sonó el ‘Ave María’, de Giulio Caccini, en una adaptación de Ignacio García; la marcha de Francisco Javier González ‘Pasión, Muerte y Resurrección’; ‘No me abandones’, de Francisco Javier Torres, ‘El Silencio de Tu Alma’, también de Ignacio González, y ‘Preludio’, de Cristóbal López Gandara, estrenada el pasado año.