La ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, considera que la religión no debe computar para nota como ocurre ahora. Celaá, que prefiere hablar de “religiones”, en plural, defendió en una entrevista publicada en eldiario.es que “no deben tener valor académico si es que persisten en el currículo escolar”.
Hay que tener en cuenta que la materia de Religión pasó a tener un valor académico con la reforma educativa impulsada por el ministro José Ignacio Wert, la Lomce. Según datos de la propia Conferencia Episcopal Española, en el curso 2016-2017 eran más de un 62 por ciento los escolares del Estado que escogían esta asignatura, y en Bachillerato, en centros públicos, un 37%, cuando en 2014-2015 la elegían un 23,5% en ese nivel educativo y en institutos de la pública.
La ministra aboga por los “valores éticos” que, sostiene, “son universales y, por lo tanto, todos los alumnos y alumnas tienen que acercarse a la materia de los valores éticos”. No es la primera vez que la que también fue consejera de Educación en Euskadi de 2009 a 2012 propone suprimir la materia de Religión.
En la entrevista concedida al diario digital también alude a otro de los grandes retos que afronta: qué hacer con la Lomce, en general. “No podemos derogarla toda de golpe porque nos quedaríamos sin legislación. Por eso tenemos que ir desactivándola por partes”, explica Celaá, quien considera que “como tenemos que trabajar con urgencia”, se propone iniciar “un diálogo con las comunidades educativas, con los agentes sociales para abordar la cuestión muy rápidamente”.