Admite en privado su miedo a que se destapen más escándalos
Aunque la reacción oficial de los Legionarios de Cristo en España ante la iniciativa del Papa de investigar la moral y las finanzas de todos los centros de esta orden religiosa es de "alegría por la confianza demostrada por Roma", en privado, algunos miembros reconocieron ayer que "el escándalo se veía venir" y que "hay que salvar como se pueda a la congregación y a sus obras".
"Los abusos de Marcial Maciel el sacerdote mexicano fundador de la orden son sólo la punta del iceberg de todo lo relacionado con la Legión", aseguró un ex miembro afincado en Irlanda. A principios de este año, se descubrió que Maciel tuvo una hija ilegítima. Eso, junto a las acusaciones de abusos sexuales a menores, le valió la condena del Papa a un retiro silencioso hasta su muerte, hace un año. Los escándalos han sido el detonante para iniciar la investigación.
La postura oficial es de "alegría por la confianza de Roma"
Pese al impacto de la noticia, en la única universidad que los Legionarios tienen en España la Francisco de Vitoria de Madrid no hubo comentarios. Los alumnos que este miércoles por la tarde asistieron a clase aseguraban desconocer la noticia. "No tenía ni idea". "Nadie nos lo ha comentado". "Llevamos todo el día en clase y no hemos seguido las noticias" eran las respuestas más repetidas de los jóvenes, preguntados sobre el hecho de que en breve un grupo de prelados vaya a inspeccionar su centro.
Césped y cruces
La Universidad Francisco de Vitoria está rodeada de césped, una estatua de una virgen, cámaras de seguridad y vigilantes tan trajeados como sus profesores. En los pasillos de sus facultades abundan los carteles religiosos. Anuncian las misiones, el encuentro de familias en Barcelona, la misa de los viernes, y las charlas del Instituto John Henry Newman, que trabaja en la universidad para "poner en contacto la fe cristiana con la inteligencia y el corazón del hombre".
Ningún estudiante reconoce pertenecer a la congregación
En el centro también hay una iglesia, pero los alumnos aseguran que nadie les intenta convencer de nada. En clase tampoco se habla de la nueva ley del aborto, que combate la cúpula eclesiástica. Al menos, así lo asegura un grupo de chicas de quinto de Comunicación Audiovisual que comparte el gusto por una misma estética: gafas de sol negras, zapatillas y vaqueros desgastados. Una estudiante de Periodismo aclara que sólo los legionarios, "los que van a las charlas del Instituto John Henry Newman", pueden saber del anuncio del Papa. Este miércoles nadie reconocía pertenecer a la congregación.