El juicio se definió a favor del religioso ya que según los jueces no encontraron pruebas de delito aunque reconocieron que hubo manoseo en contra de una menor
La absolución de un sacerdote acusado de acoso sexual a una joven catequista, tras cuatro años de proceso, provocó toda una reacción en cadena en Paraguay, desde la intervención del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) al apoyo a la denunciante por parte del Ministerio de la Mujer.
Ello después de que el lunes un tribunal de sentencia, resolviera por mayoría absolver a Silvestre Olmedo, acusado de acoso sexual por una joven que se desempeñaba como coordinadora de la Pastoral Juvenil en una iglesia de Limpio, ciudad vecina a Asunción, en la que el religioso ejercía de cura párroco.
Un juicio polémico
En el juicio oral y público, solo uno de los jueces consideró que hubo delito, mientras que los otros dos señalaron que el manoseo en la espalda y pechos de la joven, admitido por el sacerdote en juicio, no configura acoso sexual, delito penado hasta dos años de prisión.
Tras la sentencia absolutoria, que provocó un gran debate este martes en redes y medios de comunicación, el presidente del JEM, el senador Enrique Bachetta, remitió de oficio una nota a la presidenta del tribunal para que remita al organismo que juzga a los magistrados todos los antecedentes de la causa para su estudio.
Al respecto, la defensa de la joven dijo hoy a Efe que se mantendrá a la espera de que el JEM decida, si hay méritos para abrir proceso a los miembros del tribunal.
La justicia en contra
«Si el Jurado (JEM) actúa debería enjuiciar (a los jueces), pero si eso no ocurre vamos a hacer la denuncia porque creemos que hay elementos suficientes para deslindar responsabilidades», afirmó la abogada Mirta Moragas.
La defensa cuestionó además el hecho de que el tribunal haya impuesto costas a su cliente, «como un modo de decirle a ella no solamente no vas a tener justicia, sino te vamos a castigar por haber sostenido tu denuncia durante cuatro años».
Además, Moragas se detuvo en el hecho de que uno de los jueces sostuvo que «no existe el elemento de hostigamiento porque hubo un solo acto de manoseo». ¿»Cuántas veces tiene que manosear a una mujer para considerar eso un hostigamiento sexual«, se preguntó la abogada.
«Vamos a poner todo nuestro esfuerzo para que el tribunal de apelación anule y se haga un nuevo juicio«, reiteró la abogada.
Desata el enojo
El fallo del tribunal provocó una respuesta este martes del Ministerio de la Mujer, que en un comunicado denunció que el acoso sexual en Paraguay «es una realidad que permanece naturalizada e incluso oculta hasta hoy, siendo la concepción cultural uno de los principales elementos que dan lugar a la impunidad y al fomento de estas conductas».
El Ministerio, en nota firmada por su titular, Nilda Romero, se solidarizó además con la denunciante y con «todas las mujeres que sufren cotidianamente todo tipo de violencia». Y reclamó «una justicia que cumpla con la obligación constitucional y convencional de hacer realidad el derecho a la igualdad«.
Los antecedentes del caso señalan que la joven informó de lo ocurrido a la jerarquía católica antes de que presentara una denuncia penal. La investigación interna de la jerarquía concluyó que «existió un gesto indecoroso de materialidad no identificada».