«Es uno de los titulares más asequibles y al uso que sobrevuela,con ocasión del magno acontecimiento político- civil y, sobre todo, ‘religioso’ que se prepara para el domingo día 26 por calles y ciudades de España»
«Obispos, curas y movimientos ‘religiosos’, preferentemente de signo ‘conservador’, han tomado a pecho la celebración de la susodicha procesión-manifestación hasta el punto de conferirle a la misma carácter litúrgico y expresión de fe y de fidelidad a la verdadera y única Iglesia»
«Esta manifestación se concreta fundamentalmente en el respeto a la vida -aborto-, perdurabilidad del matrimonio tradicional y en la fiel observancia de la asignatura de la Religión en los centros públicos de educación»
«¿Participarán en ella obispos y curas? ¿Lo harán revestidos de sus atuendos -ornamentos -sagrados, o sin ellos y solo en calidad de creyentes de a pie, católicos, apostólicos y romanos?»
«La Iglesia, precisamente la Iglesia, no está hoy para dar lecciones, menos lo está para hacerlo en procesiones que puedan ser interpretadas como otras tantas manifestaciones de tipo político, con símbolos y eslóganes antisocialistas»
“La Iglesia no está para dar lecciones” es uno de los titulares más asequibles y al uso, que sobrevuela el mundo de la información de gran parte del llamado pueblo de Dios y del otro, con ocasión del magno acontecimiento político- civily, sobre todo, “religioso” que se prepara para el domingo día 26 por calles y ciudades de España , con posibilidades certeras de que llegue a sobrepasar a otros similares en el marco litúrgico hasta a los del “Corpus Christi”…
Por todas partes, grupos, organizaciones jerárquicas o no, NEOS y asimilados, con tambores, trompetas bíblicas, avisos en Hojas Parroquiales y diocesanas, toques de campanas, tímpanos –“instrumentos musicales de percusión”-, acondicionan sus sones para que ningún feligrés -o feligresa- que se precie y crea actuar consecuentemente de cristiano, consiga lugares de privilegio desde los que visiblemente testimoniar la realidad de su fe.
Esta manifestación popular, y sus mandamientos principales en la aludida ocasión, se concreta fundamentalmente en el “respeto a la vida -aborto- , perdurabilidad del matrimonio tradicionaly en la fiel observancia –conservación y dotación profesoral- de la asignatura de la Religión en los centros públicos de educación “, con secuelas idénticas o equivalentes a las de otras docencias.
Obispos, curas y movimientos “religiosos”, preferentemente de signo “conservador”, han tomado a pecho la celebración de la susodicha procesión-manifestación hasta el punto de conferirle a la misma carácter litúrgico y expresión de fe y de fidelidad a la verdadera y única Iglesia.
Y ahora, y como examen de conciencia, un resumen de parte del rosario de estas preguntas:
¿Participarán en ella obispos y curas? ¿Lo harán revestidos de sus atuendos -ornamentos -sagrados, o sin ellos y solo en calidad de creyentes de a pie, católicos, apostólicos y romanos? ¿Se les habrá educado antes a los participantes en tales eventos -“acontecimientos”- que lo del aborto y su ley, es malo -malísimo- y que también lo son las guerras que se dicen “cruzadas” o religiosas, así como las armas que se fabrican con dinero de procedencia también posiblemente eclesiástica, por lo que todo o casi todo resulta ser y estar empecatado, aún con el sello del “Óbolo de san Pedro”’?.
¿Habrá alcanzado, o al menos, rozado la formación- infomación religiosa el grado tan elemental de que, ni todos ni en general, el “matrimonio tradicional” ni era ni es el celebrado “en” la Iglesia, sino el de “por” la Iglesia, y fundamentalmente con conciencia de sacramento? ¿Necesita explicación coherente el hecho de que el divorcio era, y es, más Iglesia , y de la Iglesia, que la “nulidad”(“anulación”) o declaración por parte de los Tribunales Eclesiásticos -la Rota y la Curia-, dictadas las sentencias correspondientes con todas sus consecuencias a favor de la disolución, iniciadas sus resoluciones con la “sacrosanta” y “blasfema” fórmula de “en el nombre de Dios , sin olvidarse del precio -euros o dólares- invertido en la tramitación de los procesos “legales” o no tan “legales”?
¿A qué asignatura se la llama de la “Religión” que se imparte por los profesores, adosado a todos ellos el “Nihil Obstat” o “Visto Bueno””, de los señores obispos del lugar, en conformidad con conceptos “religiosos” que no soportan la teología y la pastoral canonizadas por el Concilio Vaticano II, evangélicamente interpretada a la luz de la catequesis adoctrinadora del papa Francisco? ¿Pero son de verdad “religiosas” la mayoría de las clases de la asignatura de la Religión que avalan los obispos no pocos de ellos en pública y notoria discrepancia con el Vaticano II y con quien fuera el jesuita Bergoglio, por más señas cardenal arzobispo de Buenos Aires y partidario y acérrimo devoto del Club Deportivo San Lorenzo de Almagro, y además de la Virgen Santísima bajo la advocación de “Nuestra Señora de Desatanudos”?
¿Es que acaso aporta legitimidad docente y religiosa la consideración de que cuanto se relaciona con la docencia y la Iglesia depende de la Comisión Episcopal respectiva de la CEE, al frente de la cual es y actúa como presidente el señor obispo de Lugo, de segundo apellido Rouco, con decisivas influencias cardenalicias de uno de los menos adictos al citado concilio y a las orientaciones y comportamientos pastorales del papa Francisco?
Además de que la Iglesia, precisamente la Iglesia, no está hoy para dar lecciones, menos lo está para hacerlo en procesiones que puedan ser interpretadas como otras tantas manifestaciones de tipo político, con símbolos y eslóganes antisocialistas.
¡Que Dios nos coja “confesados” y que todo resulte conforme a las normas y a la leyes que rigen estas y otras concentraciones masivas! .“Acabar como el Rosario de la Aurora” –“mal y en desacuerdo”- es epígrafe a tener en cuenta en actos similares a los aquí diseñados, con el firme convencimiento de que la Iglesia, precisamente la Iglesia, no está hoy para dar lecciones y menos a los adoradores de las siglas de los partidos políticos .
En la solemne descalificación cardenalicia de la LONLOEse afirma beligerantemente que “peor no puede ser, degrada y corre el riesgo de no ser aplicable siempre y en todo solo a una ley, sino a comportamientos que se dicen santos y sagrados”, por lo que tendremos aseguradas para el futuro más procesiones- manifestaciones similares .