Es preciso aclarar que estos datos se refieren solo a la iglesia diocesana, sin que se incluyan los datos de las numerosas órdenes, congregaciones y entidades católicas de todo tipo que también forman parte de la estructura de lo que conocemos como Iglesia católica.
En 2015, la institución católica recibió 71 millones de subvenciones públicas, a los que hay que sumar los 218 millones de la asignación directa del IRPF
La Conferencia Episcopal explica que la mayoría de arrendamientos son locales recibidos en herencias, aunque no aclara en cuántos paga el IBI
La Iglesia católica también hace negocios. El clero español declara haber ingresado 208 millones de euros en 2015 provenientes del alquiler de inmuebles, de «actividades económicas», de la prestación de servicios eclesiales y de lo que la jerarquía católica define como «instituciones diocesanas» y que son las aportaciones dinerarias a residencias sacerdotales, parroquias o seminarios.
En todo caso, estas no son las únicas entradas de dinero que declaran los obispos. La memoria incluye también ingresos de 320 millones en colectas, suscripciones y ventas de patrimonio; 218 millones por la asignación en el IRPF; 71 millones en subvenciones públicas; otros 22 millones en rendimientos de capital y otros 23 por ingresos extraordinarios.
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