El sector tradicionalista de la Iglesia anglicana lograba ayer su propósito de bloquear el nombramiento de un obispo homosexual. La decisión del comité de nombramientos de la Iglesia, formado entre otros por el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, tomaba esta decisión en un intento de evitar males mayores después de que los evangelistas, aquellos opuestos a la ordenación de mujeres y homosexuales como obispos, hubieran amenazado con llevar a la Iglesia a un cisma si tenía lugar el nombramiento de Jeffrey John como obispo de Southwark.
«Es una noticia dolorosamente decepcionante para Jeffrey, que ha vivido esta semana un exhaustivo análisis sobre su identidad y reputación, y que ha sido atacado una vez más por las fuerzas conservadoras en la Iglesia de un modo que solo puede describirse como venenoso», dijo el reverendo Colin Coward, director del grupo Cambio de Actitud. Este grupo se dedica a promocionar la inclusión plena de lesbianas, homosexuales, bisexuales y personas de transgénero en la Iglesia de Inglaterra y en toda la comunión anglicana, una comunión en la que las cuestiones de la sexualidad han causado profundas divisiones en los últimos años.
Otros grupos liberales de la Iglesia anglicana iban más allá y acusaban a los evangélicos de mostrar rudeza «en su determinación por hacerse con el control de toda la Iglesia».