La Conferencia Episcopal contraataca con esta iniciativa la Ley de la Memoria Histórica
La Iglesia beatificará este otoño en Roma a 498 nuevos "mártires" de la Guerra Civil, justo en el momento en que se debate en el Congreso la Ley de la Memoria Histórica, que propone la reparación de las víctimas del franquismo y de la Guerra Civil. El número de beatificados en esta ocasión equivale prácticamente al de todos los mártires españoles que murieron en el siglo XX y que han sido beatificados hasta hoy, 479. La mayoría de ellos fueron convertidos en beatos por Juan Pablo II. Juan XXIII y Pablo VI se habían negado a hacerlo por no reabrir nuevas heridas.
"Los mártires que murieron perdonando son el mejor aliento para que todos fomentemos el espíritu de reconciliación", dice la Conferencia Episcopal Española en el mensaje Vosotros sois la luz del mundo, con motivo de la beatificación. Una medida que, según explicó ayer el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE), Juan Antonio Martínez Camino, durante una rueda de prensa, "no va contra nadie ni tiene que ver nada con Gobiernos".
Sin embargo, el mensaje de los obispos españoles hace referencia a una Pastoral de noviembre de 2006 muy crítica con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, y que asegura que "la utilización de la memoria histórica, guiada por una mentalidad selectiva, abre de nuevo viejas heridas de la Guerra Civil y aviva sentimientos encontrados que parecían estar superados". Esta beatificación es, para la Conferencia Episcopal, especialmente necesaria "en estos momentos en los que, al tiempo que se difunde la mentalidad laicista, la reconciliación parece amenazada en nuestra sociedad".
La beatificación de los casi 500 mártires –dos obispos, 24 sacerdotes, 462 religiosos, un diácono, un subdiácono, un seminarista y siete laicos– se celebrarán en Roma el próximo otoño, en una ceremonia conjunta y multitudinaria, contrariamente a lo que Benedicto XVI había expresado al inicio de su mandato. El Papa había dicho entonces que estas ceremonias se celebrarían en las propias diócesis. Ésta es, para la Conferencia Episcopal, una "excepción".
Los obispos españoles evitan hablar de mártires de la Guerra Civil. Les denominan, por el contrario, "mártires de la persecución religiosa de los años treinta". Sin embargo, de los 498 fieles que se beatificarán en Roma, sólo dos murieron en 1934, siete en 1937, y 489 durante 1936, año en que empezó la Guerra Civil. Martínez Camino evitó dar el nombre y la condición de los mártires y, ante la pregunta de los medios de comunicación de si algunos de los fieles propuestos forman parte de los represaliados por Franco, el secretario general y portavoz de la CEE no quiso pronunciarse sobre la ideología de los mártires.
La Conferencia Episcopal niega que con estas 498 nuevas beatificaciones se quiera remover el pasado y reabrir viejas heridas, "todo lo contrario, la intención de la Iglesia es promover el espíritu del perdón", según Martínez Camino. "Los mártires están por encima de las trágicas circunstancias que los han llevado a la muerte. Con su beatificación se trata ante todo, de glorificar a Dios por la fe que vence al mundo y que trasciende las oscuridades de la historia y las culpas de los hombres", dicen los obispos. Para el portavoz de la Conferencia Episcopal: "La memoria de los mártires no es para buscar culpas a nadie. Y no es porque no las haya".
Con la beatificación masiva del próximo otoño, la Iglesia española quiere reafirmarse en su idea de que fue "la nación martirial" del siglo XX. Y es que, a esta ceremonia colectiva, hay que añadir que España acapara con 10.000 fieles el catálogo de mártires del siglo XX, encargado por Juan Pablo II, y que aglutina a unos 13.000. El segundo puesto lo ocupa México, con 200 mártires, todos de la guerra de los cristeros.