La plataforma recuerda que en la capital hay 1.333 plazas vacantes solo en los centros públicos
La Plataforma de la Escuela Pública, Gratuita y Laica tomó ayer la plaza de San Martín para celebrar su tradicional fiesta. Música, títeres, talleres, bailes y diversión familiar para poner buena cara a los malos tiempos que corren para la enseñanza sufragada con fondos públicos, como lamentan sus portavoces. El horno en el comunidad educativa no está para bollos con la inminente llegada de la reforma impulsada por el Gobierno de la nación a través de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). Hay rechazo y reticencias, pero sobre todo concita incertidumbre.
Las consignas críticas en contra de la norma presidieron los actos festivos en torno a la estatua de Juan Bravo. La plataforma colocó en la diana de sus dardos al ministro de Educación, José Ignacio Wert.
La Escuela Pública –en la que se integran varias organizaciones sindicales, grupos cívicos y la federación de asociaciones de padres Antonio Machado– recuerda con indignación que actualmente existen 1.333 plazas vacantes solo en los centros públicos de la capital segoviana. Mientras, por otro lado, la Administración regional sigue favoreciendo las políticas de conciertos con colegios privados, censura la plataforma. Traducido a términos de «despilfarro», la Junta «derrocha» más de 1,3 millones de euros, aventura la portavoz de la 'marea verde', Belén Calvo. Es cuestión de hacer cuentas y sacar la calculadora.
El coste medio mensual de cada una de las 52 unidades concertadas existentes en Segovia –17 en Secundaria y el resto en Primaria– es de unos 2.000 euros. Si esa cantidad se multiplica por los doce meses, el resultado se eleva hasta el citado desembolso al que ha de hacer frente la Administración regional, mientras subyace una oferta sin cubrir en colegios públicos, censura la representante del colectivo. La plataforma está con la mosca detrás de la oreja por el retraso que este año va a haber en la publicación de los conciertos del curso que viene «para que no haya margen de maniobra».
En cuanto a la Lomce, el colectivo no oculta su incertidumbre por cómo quedará el currículum académico. El curso que viene se implantará la reforma en primero, tercero y quinto de Primaria, pero la forma de materializar los cambios siembra zozobra. Por ejemplo –citó Calvo– «no sabemos las horas de cada asignatura». Esa inquietud se traslada también a los libros de texto y a la «desaparición de ciclos, que puede provocar que un chico tenga seis tutores diferentes o el mismo»
Participantes en la fiesta. / Antonio de Torre
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