Las medidas excepcionales implementadas para frenar la propagación de la COVID-19 muestran la necesidad de una respuesta colectiva a un problema que afecta a todos los sectores de la sociedad, sin excepciones. En este contexto, la Federación Humanista Europea expresa su preocupación por las prácticas de ciertos grupos religiosos que están poniendo en peligro la salud pública.
Desde que comenzó el brote de coronavirus, hemos sido testigos de cómo algunos grupos católicos continúan abriendo puertas, celebrando servicios y realizando rituales. Peor aún, algunas denominaciones neocatecumenales y evangélicas continúan usando el mismo cáliz para todos los fieles durante los servicios religiosos, y la mayoría de las iglesias ortodoxas persistieron en el rito de besar imágenes religiosas, o incluso administrar la comunión usando cucharas compartidas, antes de que se prohibiera el servicio religioso con el público. Actualmente, hay voces dentro de las iglesias ortodoxas que piden un levantamiento de la prohibición de las ceremonias religiosas públicas para el servicio de Pascua.
La EHF exhorta a los líderes religiosos a respetar las leyes y a las autoridades administrativas a que no hagan ninguna excepción. Patrocinadas por líderes religiosos de alto rango, estas prácticas no solo ponen en riesgo la vida de los fieles que asisten a los servicios, sino también la vida de sus conciudadanos.
La libertad de religión o de creencias es un derecho fundamental de suma importancia. Sin embargo, no puede ser un motivo para interponerse en el camino de la ley y para justificar las reuniones religiosas en curso en tiempos de confinamiento, cuando todas las demás reuniones públicas o privadas están prohibidas.
Por lo tanto, la EHF insta a todas las autoridades religiosas a mostrar respeto y solidaridad a todos los ciudadanos, independientemente de su religión o falta de ella. También hacemos un llamado a todas las autoridades públicas para prevenir nuevas reuniones ilegales y prácticas peligrosas.
Los grupos religiosos deben abstenerse de mantener cualquier práctica religiosa que contravenga las medidas de salud. Las autoridades públicas / estatales deben enjuiciar a cualquier persona o institución que incite a otros a violar la ley o comportarse de una manera que ponga en peligro la salud de los ciudadanos.
También lamentamos las declaraciones de algunos líderes religiosos sobre la naturaleza de la pandemia. La posición de la Iglesia Ortodoxa en Grecia y Serbia es que la infección por Coronavirus no puede ser transmitida por la Sagrada Comunión, una afirmación que es falsa y peligrosa para la salud pública. Las afirmaciones de que Jesús no porta el virus, que la pandemia es un castigo de Dios o que es una conspiración judía son otros ejemplos.
La EHF subraya la importancia de recurrir a la evidencia científica y escuchar a los expertos científicos al abordar el problema. Todos tenemos la responsabilidad colectiva de no contribuir a la difusión de información errónea.