Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

«La educación debe seguir siendo pública y laica»: Margo Glantz

La académica y escritora destacó el valor de recibir un doctorado honoris causa de una institución que mantiene el espíritu de estas dos grandes conquistas mexicanas del siglo XIX.

Margo Glantz tuvo cuidado en dejar en claro la importancia de recibir un doctorado honoris causa por parte de una universidad pública y laica en un momento en que estos dos valores nacionales parecieran estarse perdiendo.

“Hay que incrementar la educación popular (pública) y fomentar el laicismo en un momento en que estamos en gran peligro de perder estas dos grandes conquistas del siglo pasado ahora que estamos celebrando centenarios”, dijo. “Que México siga siendo un país donde la educación siga siendo pública y laica.”

Glantz, escritora e investigadora, bien sabe lo que es llevar los colores de la universidad pública. Cincuenta años como profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM lo avalan. Hija de inmigrantes ucranianos, a principios de los años cuarenta era estudiante de bachillerato en el Colegio de San Ildefonso, la Escuela Nacional Preparatoria No. 1 y para finales de los años cincuenta ya era catedrática de la Máxima Casa de Estudios de México.

“Yo inicié en ese maravilloso edificio de San Ildefonso con los frescos de Orozco y otros pintores. Éramos una ciudad mucho más pequeña con un campus que no estaba concentrado en un lugar como ahora en Ciudad Universitaria. Nos desplazábamos de un lugar a otro”, rememora la escritora.

“Al lado de la Preparatoria Nacional estaba Derecho; Ciencias Políticas todavía no existía. La Facultad de Filosofía y Letras, a la cual entré después, estaba alojada en un edificio colonial maravilloso que es Mascarones. Era una ciudad pequeña y parecía que el país iba para adelante. Era un país que iba hacia el futuro con gran ímpetu. Eso duró mucho tiempo.”

Glantz recordó también los tiempos negros de la Universidad Nacional Autónoma de México y en que una huelga provocó la salida del rector Ignacio Chávez en 1966. Antes de eso –piensa– la UNAM era connotada como una de las mejores del mundo pero posteriormente ha vivido un proceso de deterioro manejado por fuerzas exteriores.

“Yo apoyo las huelgas estudiantiles pero a veces son huelgas que están manejadas de una manera muy turbia e hicieron caer a un rector tan extraordinario como el doctor Chávez.

“Eso fue un ataque directo a la educación pública porque no conviene que la educación pública se siga manteniendo. Pero hemos visto cómo, a pesar de muchas cosas, la UNAM y las universidades públicas de todo el país se siguen manteniendo”, explicó.

Es por esto que recibir el doctorado honoris causa representa, aparte de un reconocimiento a toda su carrera, un reconocimiento a la universidad pública y laica.

La escritora ve un país en que las autoridades eclesiásticas están tomando un papel político muy relevante y negativo. Un país que peleó durante el siglo XIX hasta llegar a la Guerra de Reforma y la Constitución de 1957, una constitución laica, la separación de la Iglesia y el Estado.

“A partir de Salinas –en realidad– y ahora con el panismo el laicismo corre peligro”, advirtió.

Glantz citó un reciente artículo de Fernando del Paso en La Jornada, en la que el escritor marca la diferencia entre pecado y delito ya que la Iglesia puede detectar en la confesión lo que es un pecado pero no puede definir lo que es un delito.

“La Iglesia está tratando de intervenir en cosas que son del derecho civil y no del derecho eclesiástico. La gente puede ser católica, judía o protestante, eso es una cosa personal. Hacer que el Estado se vuela religioso es gravísimo”.

Ante una sociedad tan convulsionada Glantz se manifestó en contra de la llamada “literatura comprometida” y a favor de una que maneje sus propias reglas aunque siempre habrá escritores comprometidos y que lo demuestran como Del Paso, Monsiváis o Poniatowska.

“Había otras gentes, como Tito Monterroso (guatemalteco), que eran definitivamente de izquierda y nunca dejó de serlo pero que no participaba políticamente en su escritura. En la escritura uno puede hacer miles de cosas, no necesariamente comprometerse políticamente”, explicó.

MARGO GLANTZ
(Ciudad de México, 1930)
Es escritora, ensayista, crítica literaria y académica. Estudió Letras Inglesas, Letras Hispánicas e Historia del Arte con especialidad en Historia del Teatro en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 1953 ingresó a la Universidad de la Sorbona donde cursó el doctorado en Letras Hispánicas.

De vuelta en México ingresó como profesora a la UNAM donde se ha mantenido por más de cincuenta años en la Facultad de Filosofía y Letras, en la Escuela Nacional Preparatoria, en el Centro Universitario de Teatro y en la Escuela de Teatro de Bellas Artes de la UNAM, entre otras.

En 1978 edita su primer libro de ficción: Las mil y una calorías, novela dietética, a las que seguirían obras como Las genealogías, Apariciones, El rastro o Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador.

En 1989 fue nombrada miembro del Sistema Nacional de Investigadores. En 1991 obtuvo el Premio Universidad Nacional que otorga la UNAM y en 1994 se le otorgó el cargo de Profesora Emérita de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En octubre de 1995 fue elegida miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua. En 2004 le fue otorgado el Premio Nacional de Lingüística y Literatura, el mismo año le fue otorgada la distinción de Investigadora Emérita del Sistema Nacional de Investigadores.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share