El PP quiere pactar reformas, el PSOE profundizar en la calidad e IU paralizar los conciertos y una escuela laica
Pocas veces un debate sobre el modelo educativo y el futuro de la enseñanza es capaz de arrancar del auditorio aplausos enardecidos y sonoros abucheos. El primer encuentro de los candidatos asturianos al Congreso en las elecciones del 20-N, organizado por el Forum de Administradores de la Educación, lo consiguió. En el aula escalonada del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, que lleva el nombre un insigne investigador y universitario asturiano, Severo Ochoa, y que estaba llena a rebosar, el calor de los discursos superó al del ambiente. Enrique Sostres, de Foro Asturias, se llevó el primer repaso por no comparecer y por no enviar un sustituto. A Mercedes Fernández Cherines , del PP, le pesó demasiado la sombra de Esperanza Aguirre y a Antonio Trevín (PSOE), la gestión de la última legislatura. Sólo Gaspar Llamazares (IU), sin herencias reprochables, arrancó con rapidez el aplauso joven del auditorio.
El PP lleva por bandera “la libertad”, de cátedra, de elección de centro y de modelo pedagógico. Mercedes Fernández cree que la educación necesita una reforma profunda para acercarse a los estándares europeos, con una red de centros de 0 a 3 años fuerte, con una FP adaptada al mercado laboral, y una figura del profesorado valorada. Esta última afirmación le valió el reproche de Trevín, que le recordó que Aguirre había insinuado que los docentes eran unos vagos. El auditorio aplaudió la respuesta y abucheó las políticas educativas madrileñas.
Cherines se fajó de una pregunta directa sobre Madrid, respondiendo que ella es asturiana.
Antonio Trevín prioriza esos aspectos que cita el PP, con la gran diferencia de la libertad de elección de centro, donde el PSOE quiere que la administración organice. Apuesta, en cambio, por firmar ese pacto de Estado que no acaba de cuajar y por trazar puentes entre las opciones educativas, para incrementar las salidas. Difiere de los populares en el diagnóstico. Trevín tiró de cifras para decir que la educación no está tan mal y para rechazar una reforma profunda. Los números le dicen que donde peor está el sistema es en regiones gobernadas por el PP.
A punto estuvo de descarrilar el debate y caer en el puro reproche político cuando Cherines recordó que Zapatero había rechazado en el Congreso la decisión del Gobierno del PP de congelar el sueldo a los funcionarios, en un debate que mantuvo con la propia Mercedes Fernández, pero que lluego les rebajó el sueldo, incluidos los profesores. Esta afirmación suscitó el aplauso de sus seguidores. Trevín tiró de sabiduría popular para recuperar el tono, preguntando si se había convocado el debate para hablar “de pitos o de huevinos”, es decir, para hablar del pasado o del futuro.
El candidato socialista aún tenía un dardo más reservado para el ausente Sostres: la Consejería de Educación está a punto de perder 9 millones de euros procedentes del ministerio, de programas que están paralizados, como son los planes de atención a la diversidad o los de nuevas tecnologías. Parece ser que el Principado no atiende a los requerimientos ministeriales.
Más libre de ataduras se mostró Llamazares que incluso no agotó su tiempo para dejar que el auditorio le preguntara. El candidato de IU marcó un camino recto: el pacto de Estado se ha demostrado que es inviable, así que hay que firmar un acuerdo de mínimos que garantice la estabilidad y priorizar la escuela pública en época de crisis, estableciendo una moratoria para la concertada, que de forma ilegal recibe fondos públicos y dinero privado de fundaciones y familias. Quiere una red de 0 a 3 años educativa y no sólo asistencial, una escuela laica y un plan contra el fracaso escolar que se afronte desde el punto de vista social. Llamazares cree que el PP llama reformas, educativas o no, a lo que en realidad son recortes y privatizaciones.
Gaspar Llamazares, Mercedes Fernández y Antonio Trevín, ayer, antes del debate celebrado en la Universidad de Oviedo. PABLO LORENZANA
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