Los responsables prefieren San Vicente ante la negativa de Guarido a presidir el acto de homenaje al obispo
Por primera vez en varios años, el Ayuntamiento no acogerá los actos oficiales de la festividad de La Concha. Es una decisión que ha tomado la propia cofradía, según coinciden el equipo de Gobierno municipal y los propios organizadores. Según todas las fuentes, el Ayuntamiento accedió a ceder el Salón de Plenos para la celebración de los actos oficiales, que este año tienen como elemento central la imposición de la Medalla de Hermano de Honor al obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán. Sin embargo, a la vez que se daba el visto bueno al uso de las instalaciones municipales se comunicó a la cofradía que el alcalde, Francisco Guarido, no presidiría el acto -algo que habitualmente han hecho los máximos regidores municipales-. La cofradía, «al entender que el uso del Ayuntamiento no tiene sentido sin estar el alcalde presente en el acto», ha decidido renunciar y realizar los actos oficiales en la iglesia de San Vicente.
El presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de la Concha, Florián Ferrero, argumenta que «se trata de un acto conjunto entre Ayuntamiento y cofradía, no es lógico que presida la celebración el presidente de la cofradía cuando el acto se realiza en el Ayuntamiento». Ferrero asegura que, tradicionalmente, era el alcalde o alcaldesa quien se encargaba de recibir a los invitados a las puertas del Ayuntamiento y quien daba el discurso inaugural del acto, «además de que entregaba el diploma de honor. Si falta el representante de una de las dos instituciones no es normal hacerlo precisamente en esa sede», argumenta Ferrero. «Dejamos para años sucesivos la decisión definitiva sobre si el acto debe realizarse en el Ayuntamiento en ausencia del alcalde», apunta la cofradía. La hermandad «lamenta el intercambio de declaraciones» políticas surgidas en torno a este asunto.
Mientras, Guarido intenta frenar la polémica y asegura que «en ningún momento se ha puesto impedimento alguno a la celebración de los actos en el Ayuntamiento». Otra cosa es, argumenta el equipo de Gobierno, «que en coherencia con su programa electoral, el alcalde y los concejales de Izquierda Unida no participarían en dichos eventos». El Ayuntamiento, «como no puede ser de otra forma», respeta la decisión de la cofradía de decir «no» al Salón de Plenos para realizar los actos en la iglesia de San Vicente. «El actual equipo municipal es consciente de que la Casa Consistorial es un edificio público que puede ser usado por los diversos colectivos sociales de la ciudad y por el resto de concejales, pero también debe entenderse coherente la no presencia del alcalde en los actos de índole religiosa».
Aunque el alcalde manifestó su negativa a participar en el acto, el equipo de Gobierno estaría representado por Antidio Fagúndez, primer teniente de alcalde. Es el propio socialista el que confirma que esta era la idea y asegura que «hace aproximadamente dos semanas nos dicen que han cambiado de idea y que renuncian al Ayuntamiento».
La crítica política a esta situación ha llegado de la mano del Partido Popular. La oposición a Guarido ve «un desprecio para todos los zamoranos y para su patrona» en el hecho de que Guarido haya renunciado a presidir los actos oficiales. La máxima representante de los populares en el ámbito municipal, Clara San Damián, ha argumentado que, «sin entrar a valorar las creencias religiosas de cada uno, en este caso se trata de un reconocimiento que desde la Cofradía de La Concha se realiza a colectivos o personas que han destacado por su apoyo a la misma». El Partido Popular también se pregunta «si la actitud que va a adoptar el alcalde de la ciudad en este tipo de actos va a ser siempre la misma y si va a dejar de participar en los actos tradicionales de la ciudad». Guarido ya ha apuntado en repetidas ocasiones que, salvo novedad, no participará en acto religioso alguno.
La portavoz municipal de los populares «insiste en que el alcalde de la ciudad es el alcalde de todos los zamoranos y que, por tanto, se debe a todos, también a aquellos con los que no concuerda en sus ideas religiosas, y debe representarlos en ceremonias tan arraigadas en Zamora como es la imposición de la Medalla de Hermano de Honor de La Concha».
