La consejera de Presidencia, Mabel Deu, ha asistido en Madrid a la reunión del Consejo Asesor de la Fundación Pluralismo y Convivencia.
La consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mabel Deu, quien preside, además, la Fundación Premio Convivencia, ha asistido hoy, en Madrid, a la reunión del Consejo Asesor de la Fundación Pluralismo y Convivencia, encuentro durante el que sus miembros han intercambiado objetivos e iniciativas relacionadas con la gestión de la diversidad religiosa.
Uno de los compromisos adquiridos ha sido la remisión de cuestionarios a los centros educativos para, precisamente, ahondar en el estudio de esa diversidad, la religión y las opciones de los centros educativos, acción que la consejera Deu coordinará con la Dirección Provincial de Educación, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La directora de la Fundación Pluralismo y Convivencia, Rocío López, ha agradecido a la titular de Presidencia y Relaciones Institucionales su colaboración, en particular, y la del Gobierno de Ceuta, en general, en todo lo que concierne a la actividad y objetivos de aquella institución.
Además, durante la cita, la Fundación Pluralismo y Convivencia ha dado cuenta de la actividad de la Subdirección General de Relaciones con las Confesiones y ha presentado las actuaciones previstas en el marco del Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra la Radicalización Violenta y las acciones desarrolladas junto con el Observatorio del Pluralismo Religioso en España.
Además de la consejera de Ceuta, han estado representantes de Castilla La Mancha, Galicia, Aragón, Navarra, La Rioja, Cataluña, Asturias, Madrid, Islas Baleares, Castilla y León, Andalucía y Comunidad Valenciana, así como invitados de la Federación Española de Municipios y Provincias.
La Fundación Pluralismo y Convivencia es una entidad del sector público estatal, creada a propuesta del Ministerio de Justicia por acuerdo de Consejo de Ministros en octubre de 2004 y sus objetivos son, por un lado, promover la libertad religiosa mediante la cooperación con las confesiones minoritarias; y por otro, ser un espacio de investigación, debate y puesta en marcha de las políticas públicas en materia de libertad religiosa y de conciencia. El objetivo último es la normalización del hecho religioso y la creación de un adecuado marco de convivencia.