«Los científicos de hoy siguen expandiendo sus horizontes y estudiando cada vez más a fondo el universo y la naturaleza. Los físicos nucleares escudriñan el átomo para descubrir mecanismos ocultos, y los astrofísicos se remontan miles de millones de años en la historia para averiguar cómo surgió el universo. Pues bien, algunos piensan que con ese estudio tan profundo de cosas abstractas y hasta invisibles, ya se debería haber podido demostrar la existencia del Dios de la Biblia.»
«Hay científicos y filósofos muy conocidos que llevan este razonamiento un paso más allá. Según el escritor Amir Aczel, promueven “un argumento científico en contra de la existencia de Dios”. Por ejemplo, un físico de fama mundial afirmó que “la ausencia de pruebas que apoyen la existencia de un Dios que juegue un papel significativo en el universo es una prueba irrefutable de que tal dios no existe”. Otros dicen que creer en los actos del Dios de la Biblia es como creer en “magia” y que la ciencia ha de ser liberada de cualquier “entresijo sobrenatural”.
«Ahora bien, nos deberíamos preguntar: ¿ha obtenido la ciencia suficiente información sobre el universo como para llegar a conclusiones tan tajantes? La verdad es que no. Pese a que ha habido tremendos progresos, muchos científicos reconocen que hay interrogantes que no se han resuelto o que jamás se podrán resolver. Steven Weinberg, premio Nobel de Física, dijo: “Nunca llegaremos al fondo de las cosas”. El profesor Martin Rees, astrónomo real de Gran Bretaña, escribió: “Hay cosas que los humanos nunca entenderemos”.
¿Y qué de lo mucho qué si sabemos? Sabemos que una de las proteínas que permiten la obtención de energía en las células es el citocromo C. Esta molécula, que posee un ión de hierro permite transferir electrones en las mitocondrias. Levaduras del pan, ratas, chimpancés, testigos de Jehová y ateos tenemos en nuestras mitocondrias esta proteína. Como todas las proteínas están constituidas por una secuencia de aminoácidos (el citocromo C consta solo de un polipéptido lo que la hace más sencilla). Un creacionista pensaría que esta molécula, tan ampliamente presente en el mundo viviente es exacta entro lo que llamaría «creaciones de dios». No obstante, las secuencias de aminoácidos cambian entre los citocromos C de humanos, monos, lemures, conejos, etc. ¿Por qué?. Bueno, las secuencias de los aminoácidos están determinadas por los genes y los genes que están formados por ADN pasan de generación en generación. En ocasiones, cuando el ADN se duplica para las células hijas, ocurren cambios en las secuencias del ADN. Es decir, ocurren mutaciones. Muchos cambios en los aminoácidos del citocromo C no alteran su funcionamiento, lo que permite que las mutaciones pasen entre los linajes. Pues bien, de los 104 aminoácidos que forman el citocromo C entre humanos y monos rhesus solo hay un aminoácido de diferencia, y entre humanos y caballos las diferencias son ya doce. Una proteína que cambia tan poco, es una proteína con una evolución lenta, pero los cambios entre los diferentes linajes es congruente con el registro fósil y la anatomía comparada. Una prueba molecular de la evolución biológica que los testigos de Jehová niegan.Piense por un momento que un dios omnisapiente creó el citocromo c. ¿Para que rayos poner sus secuencias a variar en un patrón que asemeja el de la descendencia con modificación? ¿No sería más sensato que todos los seres tuvieran la molécula citocromo c con las mismas secuencias si fue creado por un ser diseñador?
«La gravedad nos afecta cada segundo de cada día, y aun así sigue encerrando ciertos misterios. Los físicos no tienen claro cómo la gravedad tira de nosotros cuando saltamos o cómo mantiene a la Luna en su órbita alrededor de la Tierra.»
«Los cosmólogos estiman que un 95% de lo que compone el universo es invisible y no se puede medir con instrumentos científicos. Dividen este componente desconocido en dos categorías: la materia oscura y la energía oscura. ¿En qué consisten? Nadie lo sabe.»
«Y aún quedan muchos otros misterios científicos sin descifrar. Un famoso neurólogo reconoce: “Nuestra ignorancia supera con creces a nuestro conocimiento. Creo que para un científico, la curiosidad y la capacidad de asombro deben primar sobre el dogmatismo”.
Sin duda que lo que desconocemos es mayor que lo que conocemos. Pero eso no significa que por ello la hipótesis de dios sea correcta. La ciencia no es dogmática. De hecho revisa sus conclusiones una y otra vez. Cuando las explicaciones no concuerdan con los hechos se revisan las explicaciones. Los nuevos enfoques se analizan a la luz de experimentos o nuevas observaciones. Por ejemplo, Einstein afirmó, basado en la teoría de la relatividad, que si un rayo de luz pasa cerca de una gran masa (como el Sol) será atraído por éste y lo desviaría de su trayectoria rectilínea. La desviación calculada daba un ángulo de 1,75 segundos de arco en un rayo que luz que pasar rozando el Sol. La oportunidad para demostrar esto ocurrió con el primer eclipse del siglo XX.
«Sólo las ideas que pasan por rigurosos filtros salen y son criticadas por el resto de la comunidad científica. A veces ocurre que las ideas que son aceptadas por todo el mundo resultan ser erróneas, o al menos parcialmente erróneas, o al menos son reemplazadas por ideas de mayor generalidad. Y, aunque, por supuesto, existen algunas pérdidas personales (vínculos emocionales con la idea de que tú mismo has jugado un papel inventivo), no obstante la ética colectiva es que, cada vez que una idea así es derribada y reemplazada por algo mejor, la misión de la ciencia ha salido beneficiada. En ciencia, ocurre a menudo que los científicos dicen: «¿Sabes?, ése es un gran argumento; yo estaba equivocado.» Y luego cambian su mentalidad y jamás se vuelve a escuchar de sus bocas esa vieja opinión. Realmente hacen eso. No ocurre tan a menudo como debiera, porque los científicos son humanos y el cambio es a veces doloroso. Pero ocurre a diario. No soy capaz de recordar la última vez que pasó algo así en la política o en la religión. Es muy raro que un senador, por ejemplo, responda: «Ése es un buen argumento. Voy a cambiar mi afiliación política.»
«Así que si usted piensa que como la ciencia tiene ya todas las respuestas, se puede dejar de creer en Dios y en la Biblia, recuerde que los científicos, con todos sus potentes instrumentos de investigación, solo han conseguido un conocimiento limitado del mundo que nos rodea. Es interesante lo que comenta la Encyclopedia Britannica al final de un largo artículo sobre la historia y el desarrollo de la astronomía: “Hoy, después de casi cuatro mil años de astronomía, el universo es tan incomprensible para nosotros como lo debió haber sido para los babilonios”. Entonces, ¿qué debemos hacer con los asuntos que la ciencia no ha alcanzado a descifrar? ¿Descartarlos sin más?»
«La Biblia no es un libro científico. Sin embargo, contiene afirmaciones exactas sobre asuntos que podrían interesar a los científicos de hoy. He aquí algunos ejemplos.
Edad del universo y de la Tierra
Los científicos calculan que la Tierra tiene unos 4.000 millones de años y que el origen del universo tuvo lugar entre 13.000 y 14.000 millones de años atrás. La Biblia no pone fecha al origen del universo. Tampoco dice en ninguna parte que la Tierra solo tenga unos pocos miles de años. El primer versículo de la Biblia dice sencillamente: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Así, abre la puerta para que los científicos determinen la edad del universo y la Tierra utilizando leyes y principios probados.»
«La Biblia contiene afirmaciones exactas», en realidad no. La confiabilidad de las explicaciones científicas está dada por la forma como son acordes con los hechos y tiene un fuerte componente matemático. Lejos está la Biblia de ofrecer explicaciones con la rigurosidad propia de la ciencia. He aquí una mentira de los testigos.
«Asi, [La Biblia] abre la puerta para que los científicos determinen la edad del Universo y la Tierra». ¿Perdón? La ciencia no necesita que la Biblia, el Corán o el libro Dianética le abra o le cierre la puerta. En otras palabras, lo que le dicen los testigos al lector es que hay campos que la ciencia puede investigar y otros que no según contradigan o no a la Biblia. Esto es absurdo.
Cada uno de los seis días creativos de Génesis pudo haber durado miles de años.
Cuando comenzó el primer día, Dios ya había creado el universo y la Tierra.
Todo parece indicar que los seis días creativos fueron largos períodos de tiempo durante los que Jehová preparó nuestro planeta para ser habitado por el ser humano.
“Hermanos, pueden argumentar lo que quieran, pero cuando alguna cosa llega al sexto piso (de la sede central en Nueva York.), es verdad”.
Curiosamente otros creyentes se oponen con Biblia en mano a que se acepte que la Tierra tiene más de seis mil años. Por ejemplo la señora Elena G. de White cofundadora de otra religión milenarista, el adventismo, afirmó:
«Cuán a menudo se revisan o desechan las supuestas deducciones de la ciencia; con qué prontitud se añaden o quitan millones de años al supuesto periodo de desarrollo de la Tierra; y cómo se contradicen las teorías presentadas por diferentes hombres de ciencia; cuándo se considera esto, ¿consentiremos nosotros, por el privilegio de rastrear nuestra ascendencia a través de gérmenes, moluscos y monos, en desechar esa declaración de la Santa Escritura, tan grandiosa en su sencillez, ‘y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo crió’? ¿Desechamos el informe genealógico más magnífico que cualquiera atesorado en las cortes de los reyes: ‘hijo de Adán, hijo de Dios’?» Educación, pág. 126.
Los creacionistas de Tierra joven (que solo admiten seis mil años) y los Creacionistas de Tierra vieja, como los Testigos de Jehová caen en la falacia de autoridad o ad vericundiam. Al depositar sus confianza en su Biblia, sea cual sea su particular interpretación, cierra los ojos a las evidencias.
Continúan los Testigos de Jehová:
Preparación de la Tierra para la vida humana
En el capítulo 1 de Génesis se describe de manera sencilla el proceso de preparación del planeta para la vida y se utiliza el término díapara marcar las diferentes etapas que llevaron a la aparición de los seres humanos. La Biblia no especifica la duración de cada uno de los seis “días”. Los científicos de hoy pueden estudiar lo que ocurrió en esas etapas y calcular su duración. Pero no hay duda de que cada “día” duró mucho más de veinticuatro horas.
En nuestro Sistema Solar tres planetas empezaron de manera similar: Venus, Tierra y Marte. Venus terminó siendo un infierno por la densa atmósfera que genera un elevadísimo efecto invernadero, Marte llegó a tener agua líquida, pero su atmósfera delgada y la falta de vulcanismo conspiraron para detener el agua líquida en superficie. Entran en juego también otros factores como la forma de la órbita alrededor del Sol que ha sufrido de «estirones» o «acortamientos» con el tiempo. Todo lo anterior es parte de las muchísimas posibilidades en la historia planetaria.
Contamos la historia porque somos, por ahora, el único planeta conocido en el que las condiciones fisicoquímicas para la vida se dieron. De no haberse dado nadie hablaría del presunto hogar creado para los humanos.
La segunda afirmación de los Testigos – y creacionistas en general- es que la Tierra fue hecha para el ser humano. Una revisión a la historia de la vida nos muestra que esto no es cierto.
«Si Pikaia no sobrevive (…), somos barridos de la historia futura: todos nosotros, desde el tiburón al petirrojo y al orangután (…). Y así, si usted quiere formular la pregunta de todos los tiempos (¿por qué existen los seres humanos?), una parte principal de la respuesta (…) debe ser: «Porque Pikaia sobrevivió a la diezmación de Burgess Shale». Esta respuesta no menciona ni una sola ley de la naturaleza; no incorpora afirmación alguna sobre rutas evolutivas previsibles, ningún cálculo de probabilidades basado en reglas generales de anatomía o de ecología. La supervivencia de Pikaia fue una contingencia de la «simple historia». No creo que se pueda dar una respuesta «superior», y no puedo imaginar que ninguna resolución pueda ser más fascinante. Somos la progenie de la historia, y debemos establecer nuestros propios caminos en el más diverso e interesante de los universos concebibles: un universo indiferente a nuestro sufrimiento y que, por lo tanto, nos ofrece la máxima libertad para prosperar, o para fracasar, de la manera que nosotros mismos elijamos” La vida maravillosa.
«Si dios fuera lo suficientemente potente como para retocar mágicamente con el proceso de la evolución, de manera totalmente indistinguibles las causas de los efectos naturales por qué no iba a ser lo suficientemente potente como para hacer llegar a la humanidad a la existencia de un «zumbido»? Si dios fuera lo suficientemente inteligente como para saber con precisión cómo configurar los parámetros de la existencia para que miles de millones de años más tarde se desarrollase en vida humana consciente – por qué no sería lo suficientemente inteligente como para hacerlo de una manera que evitase la ineficiencia, los horribles procesos violentos a través de los cuales la evolución se ha desarrollado y se continúa desarrollándose?»
La fuerza que sostiene la TierraLa Biblia dice que la Tierra está suspendida en el espacio (Job 26:7). No menciona nada parecido a los populares mitos de la antigüedad que decían que el planeta descansaba sobre los hombros de un gigante o sobre unos elefantes apoyados en una enorme tortuga. Fueron los científicos quienes averiguaron cómo se sostiene la Tierra. Nicolás Copérnico y Johannes Kepler plantearon que los planetas giran alrededor del Sol llevados por una fuerza invisible. Unas décadas más tarde, Isaac Newton demostró que la gravedad controla el movimiento de los objetos en el espacio.
«El día en que Dios les dio la victoria sobre los amorreos, Josué oró a Dios, y delante de todos los israelitas exclamó: «Sol, no te muevas; quédate en Gabaón. y tú, luna, espera en el valle de Aialón.» Josué 10: 12
«Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el Sol; Y éste, como esposo que sale de su tálamo. Se alegra cual gigante para correr el camino.De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.» Salmo 19: 4-6
«El sol sale y el sol se pone, a su lugar se apresura, y de allí vuelve a salir». Eclesiastes 1:5
¿Y qué decir de la historia en la que Satanás lleva a un monte muy alto a Jesús y le muestra todos los reinos de la Tierra? Algo que el autor creyó probable en un mundo plano, porque por más alto que fuese el monte en un mundo esférico sería imposible.
«Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,La Tierra con abismos de agua bajo ella» Mateo 4:8.
«Pusiste la tierra sobre sus bases para que nunca se mueva de su lugar.» Salmo 104: «Cuando tiembla la tierra, con todos sus habitantes,soy yo quien mantiene firmes sus bases.» Salmo 75: 3
«Temblad ante su presencia, toda la tierra; ciertamente el mundo está bien afirmado, será inconmovible». 1 de Crónicas 16: 30
«Y después de estas cosas vi cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre la mar, ni sobre ningún árbol.»
«Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo; Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo;Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;Cuando establecía los cimientos de la tierra.» Proverbios 8: 27-29.
«Porque él [Jehová] la cimentó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos.» Salmo 24:2
«Al que extendió la tierra sobre las aguas, Porque para siempre es su misericordia». Salmo 136: 6
Higiene y sanidad
El libro bíblico de Levítico contiene algunas instrucciones que recibieron los israelitas para evitar epidemias, como poner a los enfermos en cuarentena. Además, la ley de Deuteronomio 23: 12-13 ordenaba a los israelitas salir del campamento para hacer sus necesidades y enterrar los excrementos. Hace tan solo doscientos años que los científicos y médicos comenzaron a adoptar prácticas como estas.
Habló Jehová a Moisés y a Aarón…. Lev 13:1
«Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes.
Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.
Y si en la piel de su cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere más profunda que la piel, ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al llagado por siete días.
Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días.
Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio. Lev 13: 2-7
¿Este es el libro que pretenden que no ha sido derrotado por la ciencia? ¿Y este el dios que quieren que adoremos?
«Toda esta información fue escrita hace muchos siglos. ¿Cómo supieron esto los escritores de la Biblia, cuando los más cultos de su tiempo lo ignoraban? Dios, el autor de la Biblia, responde: “Como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes” (Isáias 55:9).