IU y Sorian@s retiran la moción antes de su votación y los grupos municipales abren un tiempo para propiciar un debate más sereno con el que poder explorar una cuestión «muy compleja»
La urgencia mudó a sosiego y la moción presentada por IU y Sorian@s, que pretendía la urgente adhesión de Soria a la red de ciudades laicas, ni siquiera llegó a votación. Esta decisión, que se evidenció en el debate previo a este momento, primó la idea de asumir la apertura de un debate sereno y pausado, con el que poder abordar esta propuesta. Será, sin fecha cierta, más adelante y en el seno de una Comisión creada ex profeso para intentar llevar a buen puerto este fin, a pesar de lo complejo que, en principio, se antoja alcanzar cualquier tipo de acuerdo global, incluso de mínimos.
El asunto quedó enfocado desde la primera intervención tras la lectura de la moción. Jesús de Lózar, de Ciudadanos, solicitó que «vaya a Comisión, porque tiene complejidad y hay temas más importantes para la ciudadanía. Nosotros somos un partido laico. En Soria hay mezcla de tradiciones y religión, algo que exige una reflexión profunda», resumió.
El PP, a través de su portavoz, Adolfo Sainz, aceró el discurso, escenificando un abismo de diferencias en el que incluyó «el respeto al sentimiento religioso mayoritario» y el «legítimo orgullo de la tradición».
Los populares acusaron de que la propuesta banaliza «hasta extremos peligrosos» un debate que, a su juicio, pretende equiparar aconfesionalidad y laicismo. Sainz recordó que ninguna Corporación «ha ignorado el hecho religioso en Soria», rechazando lo que consideró «un intento de pervertir» la actual situación», mediante «un ataque directo a los valores de entendimiento y respeto».
Por su parte el alcalde, Carlos Martínez, tiró de eficacia, certificando la imposibilidad de asumir la literalidad de la moción «porque haría imposible el desarrollo normal de muchos de los festejos de la ciudad».
En el inventario colocó de Navidades a Semana Santa y de San Juan a San Saturio. Lo hizo ligando esta óptica costumbrista a vertientes más directas como la dinamización económica y empresarial o la pujanza cultural. Según su discurso la formulación de la moción haría imposible la iluminación navideña, la colocación del belén o la normal celebración de la Semana Santa y de parte de las fiestas de San Juan.
También reprochó que el articulado presentado impidiera la presencia de concejales en actos que ahora son discrecionales y voluntarios para los ediles «porque aquí no se obliga a nadie a asistir ni a una misa ni a una procesión. Prohibido prohibir», resumió.
Por su parte, Enrique García, de Izquierda Unida, insistió en que la moción estaba formulada «desde el máximo respeto» y orientada a una sociedad cada vez más «multicultural y plural», añadiendo, a pesar de la redacción, que «no queremos eliminar ni San Juan ni San Saturio» y que habían llevado al Pleno palabras pronunciadas por el Papa Francisco «en favor de la laicidad».
En un segundo turno, Martínez hizo referencia, como posible punto de partida para un estudio más pormenorizado de la moción de adhesión a la red de ciudades laicas presentada en Ciudad Rodrigo (Salamanca) en la que se insta al Gobierno y también al Congreso de los Diputados a la adopción de una serie de modificaciones para asuntos concretos «que extralimitan lo que ustedes quieren que se debata hoy -por ayer- aquí», enfatizó el primer edil soriano.
Como primera frontera se habló de «preservar la libertad religiosa de la cuidadanía y también nuestra historia y nuestras tradiciones como parte de la convivencia». De momento, nada concreto y todo por discutir.