Rivas acogió este fin de semana la jornada anual de Europa Laica, que este año se centra en la importancia de la educación.
La Asociación Laica de Rivas-Vaciamadrid ha sido la anfitriona de su homólogo estatal y europeo, Europa Laica, que ha celebrado la XVII edición de su jornada laicista. Este 25 de mayo se reunieron activistas de todo el territorio en el Salón de Actos del CERPA, bajo el lema “Educación, laicidad y libertad de conciencia”.
Charo Picó dio comienzo a la jornada, como presidenta de Rivas Laica, recordando el llamado a impulsar el laicismo que se realizó en la anterior ocasión que Rivas acogió estas jornadas. “Rivas ha sido un faro para las organizaciones laicistas”, afirmó Picó, quien agradeció también el trabajo de Europa Laica al sacar a la palestra cuestiones como las inmatriculaciones de la Iglesia o la financiación estatal de las religiones. La presidenta de Rivas Laica recordó el Reglamento de Laicidad local, aprobado en 2018 a propuesta de esta entidad local, y toda la gama de actividades que realizan en Rivas, como la defensa del derecho a una muerte digna o talleres sobre laicismo en los institutos.
En la inauguración participó la alcaldesa, Aída Castillejo, que agradeció a las entidades laicistas que eligieran Rivas para sus jornadas. “Desde los municipios tenemos la capacidad de ensanchar la democracia”, recuerda Castillejo. La alcaldesa contó que hubo hasta seis versiones hasta que consiguieron aprobar el Reglamento de Laicidad, que luego fue imitado por muchos más municipios. “La laicidad no es enemiga de nadie”, ha recordado Castillejo, sino “una aliada para la convivencia en la esfera pública entre iguales”.
“Necesitamos la laicidad en la educación, para sacar a los dogmas de las escuelas”, explicó la vicepresidenta de Europa Laica -Obdulia Díez- que recordó la importancia de acabar con la educación concertada en España, muy ligada a la enseñanza religiosa.
Valores democráticos
Uno de los organizadores, Antonio del Río, moderó una primera conferencia de la jornada sobre la importancia de la educación del alumnado en valores democráticos, de inclusión, diversidad, feminismo y justicia social. “Sumamos la voz (Europa Laica) a las miles de voces que se solidarizan con la población palestina”, leyó de un comunicado de la asociación en referencia al genocidio que está cometiendo Israel en Gaza. “Es importante dejar de apoyar teocracias”, añadió Del Río.
“No se trata solo de dar una educación científica y plural, sino también de superar las discriminaciones y valorar las diferencias”, explicó Antonio del Río poniendo en valor la educación laica, en concreto, la co-educación. A continuación, dió paso a Marina Subirats, experta en la materia.
La catedrática emérita en sociología y ex-directora del Instituto de la Mujer (1993-1996) explicó que es “esencial” que la educación sea laica, para poder abordar la co-educación. Explicó que durante siglos la figura de autoridad y el ejemplo a seguir fue la figura masculina, con un patriarcado que en nuestra cultura occidental se remonta a los mitos griegos. “Si nos vamos a la religión cristiana, ni siquiera tenemos figuras femeninas que sean diosas”, explicó destacando la “docilidad” que el cristianismo pide a las mujeres.
La misoginia, presente en las religiones
Subirats ha explicado cómo la misoginia está presente en las tres grandes religiones abrahámicas (cristianismo, islamismo y judaísmo), donde las mujeres ni siquiera participan de las jerarquías eclesiásticas. “La forma en la que entendemos lo que es ser mujer procede de la socialización”, explica Subirats, basándose en los textos de Simón de Beauvoir y el posterior concepto de “género”.
La mutilación genital es el ejemplo más extremo de cómo se reprime el cuerpo de las mujeres para que asuman su rol como mujeres, pero Subirats cuenta cómo le pusieron una faja con 13 años. “Si tú no te sometes a la norma de género no serás aceptada por la sociedad, la madre transmite eso a sus hijas”, explicó. La académica feminista explicó que la oposición de la Iglesia Católica y del Islam a lo que consideraron “ideología de género” tiene que ver con que el “sexo” se considera algo natural e inmutable, mientras que “la noción de género abre la posibilidad de cambio”.
Subirats ha explicado que la co-educación está incompleta si “las niñas empiezan a jugar al fútbol, entran en el mundo masculino, pero mantenemos un déficit de lo femenino en nuestra sociedad”. Por tanto, defiende que el feminismo debe trabajar por la desaparición de los géneros, especialmente enfocados en la deconstrucción de lo masculino.
Educación pública
La segunda mesa abordó la importancia de “un sistema educativo público” con Almudena Villar (profesora que forma parte de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores de la Enseñanza) y Enrique J. Díez Gutiérrez, profesor de la Universidad de León y prolífico ensayista, con obras como “Pedagogía Antifascista”, “La Historia Silenciada” o “Pedagogía del Decrecimiento”.
Esther Moreno (Europa Laica Madrid) introdujo a los ponentes, declarando que “no podemos pensar que la omisión del término laico no es casual cuando se habla de la lucha de la educación pública”, porque estaríamos obviando la importancia de la Iglesia Católica en el control de la educación privada y concertada.
Almudena Villar empezó su intervención recordando que cinco semanas lectivas junto a otra semana de descanso sería un modelo europeo más operativo y que mejora el rendimiento del profesorado y alumnado, frente a un modelo ligado al “calendario religioso” como el español. En la educación primaria, alerta esta experta, se programan actividades de carácter lúdico-religioso como las fiestas de Navidad. “Cuando lo hago, lo hago con actividades sin connotaciones religiosas”, explica en su caso, muy distinto a los belenes o a la enseñanza de villancicos de carácter católico. Esta profesora recuerda que el alumnado tiene diversidad religiosa y también muchas familias ateas o laicas, que se tienen que enfrentar a la amenaza de segregación si se auto-excluyen de esas actividades.
“Se debe impartir ciencia y no creencia”, manifiesta Villar de forma rotunda, recordando que cualquier persona dispone de templos para ejercer sus creencias religiosas. Al final de su ponencia, recordó la oportunidad perdida que supone que el actual Gobierno de coalición progresista no se haya comprometido con la derogación del Concordato con El Vaticano.
«Guerra ideológica»
Por su parte, Enrique J. Díez planteó que -además de los conflictos en Gaza o El Congo- asistimos a una “guerra ideológica”, que están aplicando las fuerzas reaccionarias de todo el mundo de forma coordinada: Trump en EEUU, Meloni en Italia, Milei en Argentina, Abascal en España, etc. “La educación es el único espacio por donde pasa la mayor parte del tiempo, 10 años, la población”, recuerda este experto para reflexionar sobre que haya jóvenes votando a fuerzas neofascistas. “¿Qué hemos estado haciendo en la escuela pública?”, reflexiona de forma autocrítica.
Este experto ha recordado que en muchas comunidades autónomas la educación concertada o privada supera a la pública. Pero critica también que “conviertan las escuelas en granjas de datos”, con visiones pedagógicas que convierten a los profesores en “embajadores de marca de Google”. Díez recuerda que “los bienes comunes es uno de los últimos rincones a conquistar por el capitalismo”, en referencia a la mercantilización de la educación. “El emprendimiento es la competencia estrella que hasta las profesoras de educación infantil intentan inculcar”, ironiza. De este modo, el alumnado interioriza que las relaciones humanas son relaciones comerciales, basadas en la rentabilidad (como la propia educación, entendida como “inversión”).
Educación como derecho universal
“El otro modelo es el de considerar la educación como un derecho universal”, explica Enrique J. Díez. Frente a la expresión de “libertad de elección”, este docente recuerda que solo la educación pública garantiza la igualdad de oportunidades, por lo que bajo esa “libertad de elección” se esconde el intento egoísta por reproducir las jerarquías sociales y competir con ventaja contra otras familias. En relación a la obligatoriedad, según los Acuerdos con el Vaticano II, de que la religión sea un contenido educativo, denuncia este experto que supone la intromisión de un tercer país en la legislación educativa de España.
Díez denuncia que ya hay sindicatos y partidos de izquierdas comprando un modelo de educación concertada o de “iniciativa social” (que califica de “neolengua”), proponiendo medidas que “pagan” a estos centros concertados por reducir la segregación en la selección de su alumnado, lo que compara con el gasto de armamento como ejemplo de “comprar los marcos de la derecha”. “Nunca hay problema para rescatar bancos, para financiar la Casa Real o para gastos militares”, denuncia Enrique J. Díez para enunciar que “donde se pone el dinero, se pone el corazón”, por lo que haría falta situar la educación como una prioridad absoluta.
Este docente cita a otra profesora para explicar que los centros concertados ya no se eligen por criterios de calidad educativa o religiosos, sino para diferenciarse de la población migrante y de bajo nivel socioeconómico, por un ánimo “aspiracional”. Díez ha recordado cómo las multinacionales son las que están entrando en la formación del profesorado, con iniciativas como el Premio Mundial al Mejor Profesor. “Tenemos que convertir la educación pública en un problema de Estado, no un problema solo de profesores y estudiantes”, ha pedido al público.
Derechos del menor
Por la tarde, José Antonio Naz (coordinador de Andalucía Laica) presentó una mesa sobre los derechos del menor en la educación, que contó con Miguel Ángel Santos (Universidad de Málaga)y M.ª Ángeles Llorente, miembro de los Movimientos de Renovación Pedagógica y 1ª teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Cheste.
Naz (Andalucía Laica) recordó que la Carta laicista se aprobó ya en Francia y que la Convención de Derechos de los Niños y las Niñas de la ONU establece “el pleno desarrollo de los menores en libertad”, lo que implica impedir la proliferación de centros con “idearios excluyentes” que tienen contenidos anticientíficos, homófobos y xenófobos.
A continuación, María Angeles Llorente intervino para exponer que “todos los docentes podemos luchar”, lo que para ella implica la defensa de “una escuela que eduque para la emancipación hace consciente a la persona de su realidad”. Solo en la escuela pública existe “pluralismo ideológico, incluso pedagógico, que enseña a vivir en el mundo, diverso como es”, exclamó.
“Hay que educar a todos para convivir a todos, en la pluralidad y el respeto a los derechos humanos, con valores no sexistas y democráticos”, explica Llorente, llamando a tratar a los niños y las niñas “no como cajas vacías”, sino fomentando “el placer de aprender”. Esta docente reivindicó la importancia de un profesorado comprometido que permite a la infancia abrirse a otras influencias más allá de la familiar, frente a “docentes ratones de biblioteca”, lo que ejemplifica con actividades que salen del aula y permiten conocer el mundo. “Sí, la educación es política, y los niños elegirán lo que quieren ser, desde la educación en y para la libertad”, exhortó al público, defendiendo que eso implica que el profesor “comparta el poder, para que en el aula se viva la democracia”.
«Decir no a la burocracia»
Llorente criticó el incumplimiento de los derechos de la infancia, mencionando a distintas ONG internacionales que arrojan datos contundentes al respecto, como UNICEF. “No a las horas extra y reducción de las horas de trabajo” enumeró como demanda que permitiría a los progenitores afrontar en mejor situación para cuidar a sus hijos, frente a la “orfandaz de las pantallas, sin tiempo para jugar con los demás”. Esta docente llama a “decir no” a poner la burocracia y las nuevas tecnologías en el centro de la educación, que necesita de “un currículum contra-hegemónico”.
Cuando se consigue movilizar a las familias por una demanda que luego se consigue, “la protesta es un hecho educativo”, afirma Llorente. Ella critica situaciones de “vulneración del honor” como cuando algunos docentes se burlan de padres o alumnos. Pero frente a esa “minoría”, Llorente es optimista: “en la mayoría de los centros públicos se hace más que bien, con los recursos que disponen”, concluye. La docente reivindica las normativas de convivencia que vinculan a toda la comunidad educativa: familias, docentes y alumnado.
«Las trampas del lenguaje»
Por su parte, Miguel Ángel Santos inició una dinámica y divertida ponencia en la que pidió huir de las trampas del lenguaje educativo y estar más atentos a las necesidades del alumnado. “Esto lo contáis esta noche, que ha venido un catedrático y hemos discutido el concepto de silla”, ha bromeado. Por tanto, si puede darse un debate sobre un significante compartido como “silla”, se pregunta Santos si es posible llegar a un consenso sobre lo que es “educación pública laica de calidad”, que tiene muchas más implicaciones.
Él señala que la educación tiene un componente “crítico” (saber discernir, establecer causas y efectos, etc.) y “ético”, porque “más nos valdría cerrar las escuelas si lo que se aprende sirve para dominar mejor al prójimo”, explicó Santos. Este experto en evaluación duda de que los métodos convencionales permitan consolidar un aprendizaje crítico, pues se limitan a un mero “control”.
Santos reflexionó sobre el alto nivel de formación de los talibanes o de los oligarcas nazis, por lo que hay una insuficiencia en la formación ética de las escuelas. “El problema no es Milei, es que tenga cientos de miles de votos”, considera. “¡70 años de Concordato!”, exclama Miguel Ángel Santos recordando que no existe una escuela laica en España, requisito para anteponer la formación en una ética universal, frente a la moral particular de cada doctrina religiosa.
Frente al ritmo acelerado
“El ritmo que se marca en las escuelas es tan acelerado, que se necesita una segunda escuela en casa”, explica Santos denunciando “la estaca atada al tobillo” que tiene un alumno pobre o con necesidades especiales respecto al resto, pese a un proclamado carácter “inclusivo” de la “carrera” educativa en la que supuestamente hay igualdad de oportunidades.
También reivindicó el valor del ejemplo, porque “aprenden lo que hacemos, más que lo que le decimos”. Por eso, Santos reivindica que la enseñanza tiene que tener siempre un componente de participación. “¿Cómo que no están preparados para participar, si solo se aprende a hacerlo participando?”, se pregunta retóricamente. Este docente llama a explorar fórmulas que hacen “inevitable” la participación, para no conformarse con que unos pocos participen.
En el debate, se puso en valor los Consejos Escolares, frecuentemente infrautilizados para fomentar la participación. Finalmente, el evento fue clausurado con la metáfora de Santos llamando a buscar la “estrella de la felicidad” de cada uno en nuestro interior y unos vídeos de sensibilización elaborados por Europa Laica.