Izquierda Unida de Noreña, con su portavoz municipal, René Coviella, al frente, retó este fin de semana a la alcaldesa, la independiente Amparo Antuña, a llevar a los tribunales su moción para el impulso de la laicidad en el concejo aprobada en el último pleno con el apoyo del PSOE y Conceyu Abiertu, después de que la regidora mostrase su intención de no ejecutar su contenido.
La formación asegura que «no tiene sentido» que la regidora manifieste públicamente que incumplirá un acuerdo plenario, ya que, según el grupo municipal de IU, esa acción choca con la normativa en vigor, que señala que «los acuerdos plenarios deben ser ejecutados», al mismo tiempo que recuerda que el texto cuenta con el respaldo de tres formaciones que recibieron 1.400 votos en las pasadas elecciones municipales. «Se trata de la mayoría absoluta de los votantes», destacan.
Del mismo modo, puntualiza que la moción aprobada no impide a ningún concejal ni trabajador público municipal asistir a actos religiosos como entierros o procesiones, siempre que lo haga a título personal. A este respecto, matizan que los ediles no deberían de acudir a los mismos como cargo público ni ocupar un lugar destacado ni reservado por el mero hecho de ostentar dicho cargo, y recuerdan que el respeto a la religión en sus diferentes confesiones está reconocido en el propio texto aprobado por el Pleno, por lo que niegan que con el mismo se esté violando «ninguna conciencia religiosa particular».
Por otra parte, Izquierda Unida acusa al gobierno local de IPÑ y Foro de tratar de buscar polémica a raíz de la moción con el único fin de desviar la atención sobre lo que considera son «hechos más preocupantes» derivados de su gestión al frente del consistorio, como la pérdida del plan de empleo y la demora en la colocación de un semáforo en el cruce de Ferrera, así como las dudas sobre la financiación del nuevo campo de fútbol de césped artificial.
