El ministro Jorge Fernández Díaz asegura que aunque el fin sea bueno, «no es adecuado» recibir ese tipo de ayudas para sufragar los gastos de la patrona
No habrá más ayudas del burdel de Tudela para la Virgen del Pilar. Al ministro de Interior Jorge Fernández Díaz se le ha torcido el gesto esta mañana en Vitoria cuando ha tenido que reconocer que «es inadecuado» que una prostíbulo financie los actos de la patrona de la Guardia Civil, y más cuando se trata de la Virgen del Pilar, aunque como ha acabado aceptando «el fin sea bueno». El ministro dijo haber conocido por la prensa que «un local de ese tipo» había sufragado con parte del margen de explotación del negocio, los gastos de la celebración de la festividad de la patrona de la Guardia Civil en el cuartel de Tudela. El nombre del club es Eros.
El Observatorio Contra la Corrupción (OCC) presentó la denuncia en la Secretaría de Estado de Seguridad hace unos días, y en el escrito sus miembros precisan que el dueño de este club de alterne, ubicado en el Polígono Industrial Las Labradas de Tudela, «profesa amistad» con el capitán jefe de la Compañía de la Guardia Civil de la capital ribera. Incluso, agrega el observatorio, este capitán de la Guardia Civil «presumiblemente asistió a la fiesta de aniversario del club de alterne, al haber sido invitado por el dueño del mismo». El OCC pide a la Secretaría de Estado que realice una «exhaustiva investigación» y se sancione al capitán «si de ello se derivare responsabilidad disciplinaria», así como a cualquier otro miembro de la Guardia Civil «que pudieran estar involucrados en la presunta irregularidad».
Interior ha certificado que no se aceptará ese tipo de dinero, pero nadie ha hablado de devolver lo recibido a su legítimo propietario, las mujeres del club. Jorge Fernández Díaz, ha asegurado esta mañana que, con independencia de que «la finalidad sea buena», no le parece «lo más adecuado» que un club de alterne haya podido sufragar los gastos de la festividad de la patrona de la Guardia Civil, la Virgen del Pilar, en el cuartel de Tudela (Navarra), por lo que ha asegurado que este tipo de aportaciones «no se van a aceptar». El ministro ha manifestado que, si se han producido esas donaciones, no le parece «lo más adecuado» que, «sin perjuicio de que la finalidad sea buena, esas donaciones se hagan desde un local de esas características». Por ese motivo, ha asegurado que «no se van a aceptar» este tipo de donaciones, aunque «el fin perseguido sea bueno». «No se puede aceptar y no se van a aceptar», ha insistido el ministro del Interior.
Amaiur ya ha llevado el caso al Parlamento, según informaFrancesco Manetto. El diputado de la formación abertzale Sabino Cuadra ha registrado en el Congreso una batería de preguntas escritas al Gobierno para conocer si es cierto que los gastos de celebración de la festividad de la patrona de la Guardia Civil en el cuartel de Tudela han sido sufragados por un club de alterne de la zona. “Caso de ser así”, pregunta Cuadra, “¿cuántas veces se ha producido este hecho y a cuánto asciende el importe total de los gastos abonados por el club de alterne?”. Además, el parlamentario cuestiona al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, sobre “la existencia de alguna otra celebración, gasto o servicio de cualquier tipo que haya sido prestado o abonado al personal del cuartel con cargo al citado club”. Cuadra se interesa también por “si el citado club forma parte de alguna de las redes desarticuladas por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria por haber venido practicando un fraude fiscal continuado durante estos últimos años”. Según Amaiur, lo ocurrido puede “constituir un delito de cohecho contemplado en el artículo 149 del Código Penal”.
Poco después la Comandancia de la Guardia Civil en Navarra ha ordenado que «cesen de inmediato» ese tipo de ayudas económicas. Fuentes de la Comndancia han señalado que ayer, cuando se tuvo conocimiento del hecho denunciado, se abrió una investigación interna para determinar «si fruto de estas prácticas se había producido algún tipo de ilegalidad o trato de favor con el empresario aludido, extremo que se dio por descartado». «No obstante -han añadido las mismas fuentes- se ha ordenado que dichas prácticas cesen de inmediato al considerarse inadecuadas desde el punto de vista ético».
La Operación Carioca contra el tráfico de mujeres y el proxenetismo también descubrió un caso parecido en la ciudad de Lugo. El principal imputado (de los más de 130) que tiene este caso, el temido José Manuel García Adán, jefe de varios burdeles, mantenía tan excelente relación con las fuerzas policiales que, según el sumario, llegó a financiar el equipo de fútbol sala que montaron varios policías nacionales, y las carreras de un agente local aficionado al motociclismo.
Los investigadores no lo llegaron a confirmar, pero siempre sospecharon que el proxeneta, dueño de los clubes Queen’s y Colina, también había subvencionado alguna celebración oficial de los cuerpos de seguridad, lo mismo que había hecho con fiestas patronales en algún municipio en los alrededores de Lugo. En la comisaría de policía, varios agentes acordaron crear un equipo de fútbol sala y no solo lo lograron, sino que ganaron alguna competición y colocaron orgullosos los trofeos en las oficinas. Pero participar en torneos era cada vez más caro, y Adán, amigo de muchos agentes (clientes y en algunos casos también colaboradores o socios ahora imputados de la trama de prostitución), se ofreció para cubrir los gastos.
Los investigadores (Policía Judicial de la Guardia Civil) llegaron a confirmar una primera aportación de 800 euros y creen que luego hubo más. También descubrieron que el equipo a punto estuvo de rotular las camisetas con el logotipo de uno de los prostíbulos, pero que al final los jugadores acordaron quedarse con las que ya usaban porque necesitaban ahorrar para costear las competiciones. El club Colina, el menor de los dos que regentaba Adán, también patrocinó generosamente la Kawasaki de un guardia civil que corría por toda España con su moto.
Otro de los proxenetas de la ‘trama Carioca’, Marcos Grandío, al frente del club Eros de Lugo, llegó supuestamente a financiar veladas de boxeo con motivo de las fiestas municipales de San Froilán. Según el relato de varios testigos del caso, las trabajadoras de su local ‘amenizaban’ los descansos entre asaltos subiéndose al cuadrilátero.