La Iglesia Católica de Argentina fue la "más brutal y abiertamente antiobrera" de América Latina y estuvo muy vinculada a las patronales, que a su vez se inspiraron en el fascismo italiano para combatir la organización sindical de comienzos de siglo XIX, según el ensayo "Patrones y obreros-La ofensiva de la clase propietaria 1918-1930", de María Ester Rapalo.
Esta historiadora argentina, en dialogo con ANSA, sostuvo que la Iglesia Católica "tenía a comienzos del siglo XIX una influencia importante en México y Perú a partir de la evangelización de la población indígena durante siglos, pero en ningún país de América Latina consiguió arraigarse en la clase trabajadora".
"Por eso, cuando desembarcaron en Argentina con los Círculos Católicos Obreros, en un primer momento dudaron en adosarle la palabra 'Católicos' para no espantar a los obreros", explicó Rapalo.
Los Círculos Católicos Obreros fueron fundados en Francia en 1870 por el conde de Mun y desembarcaron en Argentina en 1892, inspirados por el sacerdote alemán Federico Grote, para disputar el predominio ideológico de la izquierda entre los trabajadores.
Sectores del empresariado y los Círculos Católicos Obreros actuaron mancomunados y confluyeron en 1905 en la creación de la Sociedad Protectora del Trabajo Libre, germen de la virulenta patronal Asociación del Trabajo de la década del 20.
La Asociación del Trabajo recurrió a las bandas parapoliciales de la Liga Patriótica como brazo armado para romper huelgas, atacar dirigentes sindicales y destrozar los locales de las asociaciones obreras instaladas en las zonas portuarias, recuerda la especialista.
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