El pasado jueves 25 de octubre fueron rescatados sin vida catorce inmigrantes, al parecer subsaharianos, tras el naufragio de una patera frente a las costas de Marruecos. Entre el viernes y el sábado todos recibieron sepultura después de unos funerales oficiados por varios sacerdotes católicos, a los que asistieron la alcaldesa de Motril y casi todo su equipo de gobierno.
Desde Granada Laica rechazamos estos funerales católicos institucionales de personas cuyas creencias se desconocen. Lo sensato y respetuoso con las víctimas habrían sido unas ceremonias institucionales civiles; los rituales religiosos deben dejarse para los allegados, si así lo estiman conveniente.
Lo ocurrido es un intolerable abuso, desgraciadamente el último que sufren quienes ya han visto truncadas sus esperanzas y su propia vida.