García-Gasco hizo estas declaraciones a los periodistas en el Vaticano el mismo día en que el Papa Benedicto XVI le nombró cardenal junto a 22 eclesiásticos más, entre los que también figuraban el arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, y el jesuita Urbano Navarrete.
A primera hora de esta tarde, tuvieron lugar las llamadas visitas de cortesía, durante las que los Palacios vaticanos abrieron sus puertas para que los familiares, amigos, autoridades gubernamentales y el público en general pudieran felicitar personalmente a los 23 nuevos purpurados.
Los cardenales españoles se ubicaron en distintos puntos del aula Pablo VI, junto al mexicano Francisco Robles Ortega, el italiano Umberto Betti, el francés André Vingt-Trois y el irlandés Seán Baptist Brady.
A partir de las 16.30 horas empezaron a desfilar por los pasillos vaticanos riadas de gente, entre las que destacaban grupos de sacerdotes y religiosos, aunque también numerosos laicos, entre familiares, amigos, autoridades gubernamentales y fieles de las diócesis de los recién nombrados.
Al acto también acudieron los presidentes autonómicos de Catalunya y Valencia, José Montilla y Francisco Camps, así como los alcaldes de Barcelona y Valencia, Jordi Hereu y Rita Barberà, que felicitaron respectivamente a Sistach y García-Gasco.
Tampoco faltaron los obispos y cardenales españoles que viajaron desde España para participar en la ceremonia de esta mañana, así como otras personalidades de la Iglesia española, como el iniciador del Camino Neocatecumenal, Quico Argüello.
La última cita del día será a las 20.30 en la Embajada de España ante la Santa Sede, donde la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ofrecerá una cena-brindis en honor de los tres nuevos purpurados. Además de su discurso, está previsto que el arzobispo de Valencia pronuncie unas palabras en nombre de los cardenales.