Una Carta de derechos y deberes laicos colgará en todos los centros públicos
La Carta del Laicismo, una declaración de principios y derechos y deberes republicanos, democráticos e igualitarios, compuesta por 15 “mandamientos”, cuelga desde hoy en lugar bien visible en las más de 55.000 escuelas públicas francesas, aunque los 8.800 centros privados y concertados –que albergan a dos millones de alumnos- han quedado eximidos de exhibirla. La declaración, que se expondrá desde primaria hasta bachillerato junto al lema de la República (Libertad, Igualdad, Fraternidad) y la Declaración de los Derechos Humanos y del Ciudadano, es una de las novedades que aporta la “refundación de la escuela republicana”, la ambiciosa reforma educativa impulsada por François Hollande, elaborada por el ministro Vincent Peillon y aprobada por la ley del pasado 8 de julio.
El objetivo de la Carta es reforzar la enseñanza del laicismo y la promoción de la igualdad entre alumnas y alumnos. Pero el texto, que subraya en su artículo 14 la prohibición de portar prendas o distintivos religiosos “de forma ostensible”, ha suscitado las críticas de algunos sectores de la comunidad islámica, que reúne a seis millones de personas en Francia.
“Demasiada gente tiene una representación errónea del laicismo”, ha replicado esta mañana el ministro Vincent Peillon al presentar la Carta ante la prensa; “para algunos alumnos, el laicismo es hoy antes que nada una prohibición, una amenaza, cuando es justamente lo contrario. En nuestra tradición, el laicismo es lo que permite a cada uno construir su propia libertad respetando la de los demás”.
Los alumnos no pueden portar signos que ostensiblemente su pertenencia religiosa
La Carta empieza afirmando en su artículo primero que Francia es una república “indivisible, democrática, social y laica”, que “asegura la igualdad ante la ley de todos sus ciudadanos”, y “respeta todas las creencias”. El artículo 2 explica que “la República laica organiza la separación entre religión y Estado” y recuerda: “No existe una religión de Estado”. El tercero establece que el laicismo “garantiza la libertad de conciencia”: “Cada uno es libre de creer o de no creer, y puede expresar libremente sus convicciones”, reza.
El sexto mandamiento recuerda que el laicismo en la escuela “ofrece a los alumnos las condiciones para forjar su personalidad, ejercer su libre arbitrio y aprender ciudadanía”, y que les “protege de todo proselitismo y toda presión que les impida hacer su libre elección”. El séptimo asegura a todos los estudiantes “el acceso a una cultura común y compartida”.
La Carta del Laicismo garantiza además “la libertad de expresión de los alumnos” (artículo 8), el “rechazo de todas las violencias y las discriminaciones” y “la igualdad entre niñas y niños” (artículo 9), pero también obliga al personal escolar a “transmitir a los alumnos el sentido y los valores del laicismo” (artículo 10).
Los musulmanes creen que se “lanza una mirada oblicua sobre su religión"
Los artículos 12, 13 y 14 recuerdan a los estudiantes los límites de su libertad: no pueden “contestar los contenidos de lo que se les enseña”, ni “exhibir ostensiblemente símbolos o prendas religiosos”, ni faltar a las clases “alegando motivos religiosos o políticos”. El más polémico es el artículo 14, que afirma: “En los centros públicos, las reglas de vida en los diferentes espacios (…) respetan el laicismo. Está prohibido portar signos o prendas con las que los alumnos manifiesten ostensiblemente su pertenencia religiosa”.
El presidente del Consejo francés del Culto Musulmán, Dalil Boubakeur, ha dicho que el artículo “se refiere al islam y “lanza una mirada oblicua sobre la religión musulmana”, y ha expresado su temor a que los musulmanes de Francia se sientan “estigmatizados”. Al ser preguntado por la presunta islamofobia de ese artículo, que permitirá portar símbolos discretos como el crucifijo o la kipá pero no el velo islámico, el ministro socialista ha descartado que se refiera a una religión concreta. “Se equivocarían profundamente”, ha dicho Peillon, “el laicismo no se refiere a una religión en particular porque precisamente las pone a todas en situación de igualdad. En la escuela de la República no se reciben pequeños musulmanes, pequeños judíos, pequeños protestantes o pequeños agnósticos, se recibe a alumnos de la República”.
Para dar el pistoletazo de salida a la aplicación de la Carta, Peillon ha acudido hoy a una escuela de la región de París junto a, entre otros, la ministra de los Derechos de las Mujeres y portavoz del Gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, y el exfutbolista del Barcelona Lilian Thuram, presidente de la Fundación Educación contra el Racismo.
Las primeras críticas de educadores y padres han incidido en que el texto no aborda las cuestiones prácticas relacionadas con el respeto del laicismo, como los menús de los comedores y las celebraciones religiosas.
Charte de la laïcité á l`école – Carta de la laicidad en la escuela
Peillon presenta la Carta del Laicismo en la apertura del curso. / BERTRAND GUAY (AFP)
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