El proyecto se presentará en el Consejo de Ministros la próxima semana El dictamen advierte de que la prohibición en la calle no tiene fundamento jurídico
«Si se puede impedir de forma total y absoluta que la gente circule desnuda por la calle también se puede prohibir que oculte el rostro». Con este argumento defendió ayer el jefe del grupo parlamentario del Gobierno francés, Jean François Copé, la decisión de sacar adelante la ley contra el uso del burka en todo el espacio público pese al varapalo del Consejo de Estado. La máxima jurisdicción administrativa, cuyo dictamen en este caso no es vinculante, advierte de que una prohibición generalizada carece de un «fundamento jurídico incontestable».
Se trata del segundo dictamen que emite el Consejo de Estado en este mismo sentido. El primero, cuando fue consultado por el primer ministro, François Fillon, y el segundo ahora, con el texto legislativo del Gobierno sobre la mesa. Pero su opinión, que avisa de una posible censura por parte del Constitucional o del Tribunal Europeo en caso de presentarse un recurso, no ha descorazonado al Ejecutivo.
El presidente Nicolas Sarkozy apuesta por la firmeza para atajar un fenómeno aún minoritario –se estima que unas 2.000 musulmanas tilizan este símbolo del integrismo islámico– que juzga discriminatorio para la mujer.
El proyecto que se presentará en el consejo de ministros del próximo miércoles prevé una multa de 150 euros para quien oculte su rostro en el espacio público con la excepción de los policías que deban cubrirse por razones de seguridad o de las personas que lleven una máscara sanitaria por motivos de salud. También se autorizará en manifestaciones artísticas o tradicionales.
El texto crea un nuevo «delito de instigación a ocultar el rostro» mediante el uso de violencia, amenaza o abuso de poder o autoridad. Esta infracción estará penada con un año de prisión y 15.000 euros de multa.
OPOSICIÓN SOCIALISTA / La sintonía exhibida entre el partido del Gobierno y la oposición socialista el martes en el Palamento con la aprobación de una resolución contra el velo integral –declarado contrario a los principios de la República– ya ha quedado atrás. La primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, considera «inoperante» la ley, además de «arriesgada» en el sentido de dificultar la convivencia con la comunidad musulmana, que se opone a la ley por creer que «estigmatiza» el islam. Los socialistas presentarán su propuesta, que acota la prohibición del burka a determinados espacios.
Una posición demasiado tibia a ojos de Fillon, dispuesto a asumir los «riesgos» apuntados por el Consejo de Estado. En el Gobierno se recuerda que este órgano también se opuso a la ley del velo, que prohíbe todo signo religioso en las escuelas y que por ahora no ha sido cuestionada.