Acudir a la Iglesia católica para reconciliarse. Esta era la solución que propuso el magistrado de la Audiencia Provincial de Cantabria Esteban Campelo a una pareja que estaba en trámites de separación.
Por este motivo, la comisión disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acordó ayer abrir un expediente disciplinario al juez por cometer una falta grave "al haber proferido expresiones innecesarias en la redacción de dos sentencias", una del 29 de noviembre del 2005 y otra del 16 de enero de este año.
En la primera resolución judicial, en la que Campelo impuso una multa a la mujer por abofetear a su marido, el magistrado incluía tres páginas dedicadas a sermonear a la pareja, animándoles a poner en medio de sus vidas "el espíritu de Jesucristo Resucitado, capaz de llenar el anhelo de vida" que tenían sus corazones. Les aconsejó también acudir a "quien dispone de esa fuerza salvadora, que es la Iglesia católica", y llegó a culpar al "maligno" de intervenir para provocar la ruptura matrimonial.
Una reprimenda al esposo por "irse a beber de otra fuente que estima menos gastada", al irse con una chica más joven por no poder ofrecerle su mujer el sexo que "anhelaba", y la incorporación de referencias al Génesis fueron otros argumentos del juez, que estimaba como "algo bueno y la mejor justicia" dar a la pareja consejos religiosos "como magistrado que aspira a ser cristiano".
Toda esta retahíla de declaraciones llevó al Tribunal Superior de Justicia de Cantabria a remitir las actuaciones al CGPJ "para depurar responsabilidades". Este órgano considera que los sermones del juez son "ajenos y espurios a la objetividad que debe presidir en todo momento la redacción de una sentencia penal".
