Comunicado de Europa Laica
17/08/2024
Agosto es el mes en que tradicionalmente se interrumpen muchas actividades, o se reducen todo lo posible, para que la gente pueda disfrutar de vacaciones. La política, por ejemplo. Claro que a veces hay cosas inaplazables y se hacen en agosto: la elección del nuevo president de la Generalitat de Catalunya acaba de ser una de ellas.
Quizá Salvador Illa, el presidente electo, haya sentido que la elección ha estorbado el habitual descanso estival y haya querido restablecer un sentido de la normalidad. Y para ello no se le ha ocurrido nada mejor que mencionar al humanismo cristiano entre los principios que guiarán su política.
En efecto, los candidatos a las elecciones españolas representan ideas furiosamente opuestas, pero repetidamente coinciden en alabar al cristianismo y participar en ceremonias religiosas.
Salvador Illa puede ser tan religioso como desee, desde luego. Como los demás ciudadanos. Pero cuando alguien representa a una comunidad no puede invocar principios de un grupo religioso particular como inspiración para su gobierno.
Europa Laica defiende en agosto lo mismo que el resto del año: la necesidad de separar la gestión de lo común, de toda la ciudadanía, de los principios de grupos religiosos, que únicamente afectan a sus miembros.