La detención de Ángel Hernández por supuesta investigación de delito de homicidio tras haber ayudado a su mujer María José Carrasco a dejar este mundo de una forma digna, pone en evidencia la imperante necesidad de una Ley de eutanasia y suicido asistido que debe ser promulgada sin más dilación.
El hecho de que tras cuarenta años de democracia este derecho siga sin regularse tiene mucho que ver con la falta de voluntad de fuerzas políticas y las presiones de la Iglesia católica que no solamente pretende imponer su moral privada a toda la sociedad sino que también hace negocios con los cuidados paliativos. Esta misma Iglesia es la que llama, en estas elecciones, a votar a los partidos políticos que no defiendan la eutanasia ni el aborto, intentando, de esta forma, crear bloques políticos fundados en las creencias religiosas.
Desde Europa Laica llamamos a la sociedad a exigir un Estado laico, a promulgar un Ley de Libertad de Conciencia, a la vez que la denuncia y derogación de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, y la legislación derivada, que mantienen los privilegios económicos y fiscales a la Iglesia católica en más de 11.600 millones de euros anuales, además de entrometerse en la moral pública y en controlar una parte importantísima del sistema educativo.
Europa laica muestra su solidaridad con Ángel Hernández y honramos la memoria de María José Carrasco, ambos activistas en defensa de la libertad de conciencia
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