En la actual circunstancia de encrucijada, incertidumbre y preocupación que experimentamos en nuestra sociedad, Escuelas Católicas (EC)hace un llamamiento a los centros concertados católicos para «defender» unidos la educación católica como bien social, la libertad de enseñanza y el régimen de conciertos.
Durante día y medio más de un centenar de representantes de los titulares de los más de 2.000 centros educativos católicos afiliados a EC se han reunido en Asamblea General, en la casa provincial «Santa Luisa» de las religiosas del Amor de Dios, para evaluar el año anterior, fijar retos y proyectar líneas de acción de futuro.
La actual situación política ha estado muy presente a lo largo de toda la Asamblea, así como el papel de la escuela concertada católica, pero lejos de caer en el pesimismo la escuela católica se ha comprometido a asumir las dificultades y desafíos como oportunidades. Para ello, apuesta por:
1. Seguir dando pasos de mejora de nuestra organización con un mayor sentido de pertenencia y sentido de unidad, al servicio de nuestra identidad y que garantice criterios comunes de actuación en fidelidad a los principios inspiradores con los que se puso en marcha. No hemos de tener miedo a afrontar, con prudencia y al mismo tiempo con decisión, la revisión de estructuras, adecuándolas a la situación actual y en perspectiva de futuro.
2. Ante la situación política y las amenazas de determinados grupos políticos y sociales; sin alarmismos, hemos de hacer un esfuerzo, con acciones concretas, para mentalizar y motivar a todos los educadores y educadoras, familias y miembros de las entidades titulares sobre la importancia de unirnos todos para «defender» desde nuestra identidad y unidad lo que la escuela católica representa como bien social. Seguimos apostando por el valor del principio de libertad de enseñanza y del régimen de conciertos porque beneficia a todos. Es una realidad de la que todos somos corresponsables.
3. Prestar atención a las demandas de las familias que, como hemos visto, señalan preferentemente necesidades que están en la órbita de ese «plus» que nosotros podemos ofrecer, en una manera nueva e integral de comprender la acción pastoral en nuestras escuelas: buen clima social, formación en valores, atención personalizada, ayuda a formular el proyecto de vida. Son ejes en torno a los que poder articular la propuesta evangelizadora y de educación en la fe, en un proyecto educativo-pastoral que sitúe la persona en el centro, en la integridad de todas sus dimensiones.
4. Creemos en una escuela católica que se abre al entorno como centro de animación, de servicios culturales y educativos y como lugar de encuentro de quienes persiguen objetivos análogos. Nos situamos dentro de los nuevos espacios virtuales y culturales, con espíritu crítico y voluntad educativa, promoviendo el trabajo en red. La nueva situación social y religiosa que vivimos nos lleva a considerar el servicio educativo de nuestra escuela que, abierta al diálogo ecuménico e interreligioso, acoge a todos cuantos, respetando nuestra identidad, desean nuestro modelo de educación para sus hijos e hijas. Una escuela católica no sólo para católicos.
5. Somos conscientes de que la misión compartida por quienes desde las diversas vocaciones y responsabilidades estamos comprometidos en nuestras comunidades educativas, es el mejor camino para llegar al ideal de la escuela católica: educar evangelizando y evangelizar educando, armonizando, en una unidad inseparable, el desarrollo humano y el ideal cristiano. Ello hace que la definición del Carácter Propio de cualquier escuela católica, tenga bastante de utopía, de camino abierto, de profecía…que convoca y compromete a todos los miembros de la comunidad educativo-pastoral a conseguirlo. Reconocemos, pues, el valor de la escuela como ambiente donde el Evangelio ilumina la cultura, y se da una eficaz integración entre el proceso educativo y el proceso de evangelización. Esta integración hace de ella una alternativa educativa importante en el actual pluralismo de nuestra sociedad.
6. En nuestros centros cada vez es más frecuente la diversidad social, cultural y religiosa de la que proceden niños y jóvenes. La escuela católica asume esta realidad como oportunidad para el desarrollo de una mentalidad abierta y solidaria, así como para una nueva ciudadanía activa, pacífica y democrática. Abiertos a la realidad europea que constituimos y de la que somos parte, desde Escuelas Católicas apostamos por una manera de vivir y entender el hecho educativo que se hace propuesta de comunión ante el riesgo de tanto individualismo, propuesta de sentido desde el Evangelio ante las corrientes que quieren sacar a Dios de la vida de las personas, y propuesta de inclusión frente a la realidad creciente de exclusión de las personas por diferentes causas.
7. Una mirada a la realidad juvenil, que sufre la gran lacra de la desocupación y el paro, nos lleva a considerar la importancia de ese especial sector de nuestra organización que es la Formación Profesional. Desde ella hacemos la apuesta por una estrecha relación entre Formación y Empleo, de modo que podamos contribuir a la inserción de estos chicos y chicas en la sociedad, labrarse un futuro de esperanza y desarrollarse plenamente como personas felices y comprometidas en la construcción de un sociedad más humana y más justa.
Propuestas de futuro
Por otra parte, en la Asamblea se aprobó el Plan Estratégico de Escuelas Católicas para los próximos cuatros años donde se recogen las directrices prioritarias que servirán para orientar la actuación de las sedes nacional y autonómicas, y que se focalizarán principalmente en: defensa de la libertad de enseñanza y conciertos; mantenimiento del apoyo y servicio a los centros; y aumento del sentido de pertenencia a Escuelas Católicas.
Para ello, se adoptarán líneas de actuación encaminadas a: reforzar la actuación pública en defensa del principio de libertad de enseñanza; potenciar la estrategia de comunicación y hacer más visibles las buenas prácticas; mejorar la autonomía y condiciones económicas de los centros concertados; trabajar por la concertación del Bachillerato, FP y primer ciclo de Infantil; apoyo a los centros con dificultades; reforzar y visibilizar la apertura y disposición de nuestros centros a la inclusión de inmigrantes y alumnos con necesidades educativas especiales; especial atención a los centros que tienen dificultades; promover la colaboración entre la familia y el colegio; intensificar la colaboración con las sedes autonómicas; actuar con criterios de transparencia en todos los niveles; trabajar siempre en comunión con la Iglesia en la tarea de evangelización…
Sobre Escuelas Católicas
Escuelas Católicas es la marca de FERE-CECA, que agrupa a titulares de centros educativos católicos desde 1957, y de Educación y Gestión, organización empresarial de dichos centros desde 1989. Hoy representa a 2.048 centros educativos concertados católicos, a los que pertenecen 1.207.527 alumnos y 100.400 trabajadores, de los que 84.252 son docentes. A su vez, Escuelas Católicas supone el 14,9% del total del sistema educativo y el 59% de la privada concertada, lo que la convierte en la organización más representativa de este sector. Apuesta por la innovación y mantiene una actitud emprendedora para adecuarse a la nueva realidad de los alumnos.