Nunca una escuela del Estado ha de ser un medio ideológico o religioso
El regreso al colegio en Venezuela luego de la aprobación de una polémica ley de educación reaviva el debate latinoamericano sobre el laicismo, una doctrina que según expertos prohíbe inculcar en las aulas creencias religiosas pero también políticas.
El gobierno venezolano sostiene que la nueva ley, promulgada por el presidente Hugo Chávez el 15 de agosto, afirma el concepto laico de la educación porque veda la enseñanza religiosa en horarios normales de clase.
Al mismo tiempo, la ley establece que la "doctrina bolivariana" será la base del currículo en Venezuela, una definición que según sus críticos puede abrir las puertas al adoctrinamiento político de los alumnos.
Los partidarios de la norma rechazan esas acusaciones, pero al estamparle su firma Chávez anunció que se trata de una “ley que abre camino a la educación liberadora” y la vinculó con su programa socialista.
"Todavía hay muchas cadenas que romper, las del coloniaje y atraso cultural, para la revolución profunda, la creación del hombre y mujer nuevos, la revolución socialista", dijo.
La controversia en torno al nuevo modelo educativo de Chávez ha planteado una duda básica: ¿es compatible el laicismo con la promoción en las aulas de un sistema socioeconómico particular?
Desde la cuna
Nunca una escuela del Estado ha de ser un medio ideológico o religioso
Francia es considerada la cuna del laicismo desde que su revolución de 1789 proclamó los principios de esa doctrina y una ley de 1905 consagró la separación entre el Estado y la Iglesia, prohibiendo los símbolos religiosos en escuelas y edificios estatales.
"Nunca una escuela del Estado ha de ser un medio ideológico o religioso", dijo Henri Peña Ruiz, un filósofo del laicismo que en 2003 integró una comisión francesa de "sabios" para reflexionar sobre los principios laicos.
Autor de varios libros sobre el tema, incluido “La emancipación laica: filosofía de la laicidad”, Peña Ruiz sostuvo que “la enseñanza pública es enseñanza, no hay que darle adjetivos: no puede ser capitalista, socialista, religiosa, católica ni atea”.
Durante su diálogo con BBC Mundo, Peña Ruiz aludió a su propia orientación política de izquierda para argumentar contra el uso de las aulas como medio de adoctrinamiento político.
"Incluso cuando uno piensa que una ideología de tipo socialista es buena, el buen medio para hacerlo entender no es coaccionar las conciencias sino permitir a éstas descubrir por ellas mismas el valor de tal o tal sistema", dijo.
Pierre Kahn, un especialista francés en la escuela republicana y autor de un libro titulado "La laicidad", dijo que en las escuelas laicas hay espacio para enseñar sobre política o religión sólo si el Estado "permanece neutro".
"El problema es el mismo, sea la enseñanza de una doctrina política o religiosa: se pueden enseñar como elementos de cultura política o religiosa de la sociedad moderna, pero no como un elemento de creencia", indicó.
Según Kahn, aunque la objetividad en el aula pueda verse comprometida por docentes que dejan traslucir sus ideas personales incluso sin quererlo, la escuela debe bregar por la independencia de la instrucción.
"La escuela como institución no puede tener como objetivo formar para una ideología liberal o capitalista, pero tampoco para el socialismo o el comunismo", dijo.
La escuela como institución no puede tener como objetivo formar para una ideología liberal o capitalista, pero tampoco para el socialismo o el comunismo
A juicio de Kahn, el debate sobre laicismo sigue vigente en América Latina porque se trata de un fenómeno “relativamente nuevo” en esa y otras regiones, como en los países nórdicos o el sur de Europa.
Jean Baubérot, coautor de una Declaración internacional sobre el laicismo, recordó que el respeto de los principios laicos ha llevado a algunos países latinoamericanos “a oponerse a la presión de la Iglesia católica”.
Sociólogo e historiador francés y autor de un libro sobre "Los laicismos en el mundo", Baubérot consideró que la doctrina laica no está necesariamente ligada al sistema socioeconómico capitalista.
Pero advirtió que el laicismo debe tener como fondo un marco de pluralismo de opiniones, donde “la oposición no tenga riesgos de ser llevada a prisión o ver sus libertades restringidas”.
"Podemos hacer una reforma agraria o de los medios de producción con respeto a la libertad política (y) los principios del laicismo", indicó.
Baubérot sostuvo que ese "socialismo democrático" es diferente al comunismo, que tradicionalmente no ha promovido el laicismo “sino el ateísmo de Estado”, lo que implica la supresión de las libertades de expresión y culto.