Miles de personas se han concentrando en Madrid para protestar contra la llegada del papa y pedir “menos crucifijos y más trabajo fijo” según el lema de la manifestación.
En una enorme pancarta se podía ver una imagen de Josef Ratzinger enfrentada a la de Stephane Hessel, el padre ideológico del movimiento de los “indignados”. Los asistentes se quejan del gasto público que implica la visita del Pontífice. Consideran que no debe sufragada con el dinero de todos y quieren que Estado y religión sean independientes.
“Tenemos que avanzar hacia el Estado laico, hay que hacer una separación estricta del Estado y de las religiones y los privilegios que tiene la Iglesia católica en España deben ir desapareciendo poco a poco”, dice uno de ellos.
Lo que comenzó como una manifestación pacífica acabó en enfrentamientos. Laicos y católicos se lanzaron gritos en la Puerta del Sol. La policía ha tenido que intervenir para separar a los miembros de ambos colectivos. Una persona con antecedentes ha sido arrestada por lanzar una botella a un agente.
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