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«Elijo esto y quiero que se respete»

Salima bint Benaisa, una mujer de origen marroquí de apenas 35 años, abre las puertas de su intimidad permitiendo que se le acompañe en uno de los momentos más decisivos de su vida. Hoy saldrá por primera vez por las calles de Madrid con niqab.

Son las horas previas y permite que se le fotografíe, con discreción en lo que será el antes y el después. Con delicadeza, plancha su primer traje, regalo de una amiga. Después, se dispone a rezar y emprender un nuevo camino. En unas horas, dejará de mostrar en el espacio público esa belleza tan característica de las mujeres rifeñas y emprenderá un cambio hacia la libertad, como lo define ella.

¿Qué siente ahora?

Emoción… Me hace mucha ilusión imaginarme cómo voy a estar en la calle, que se me vea. Que existo, que estoy ahí, que tapada o sin tapar, soy una mujer igual que las demás y que también participo en y de la sociedad. Puedo ir por donde quiera, hacer lo mismo que una que no esté tapada como yo…

¿Qué representa para usted el niqab?

Supone la pureza de una persona, porque te muestra a tí misma tal y como eres. Creo que al ponerme el niqab, me voy a sentir más protegida en mí misma, más libre conmigo misma e incluso más respetada porque ya no sentiré las miradas agresivas de los hombres, que a veces te desnudan. Para mí, niqab es libertad.

¿Quiere proteger su belleza?

Yo quiero empezar una forma de vida más pura, hacerlo de la mejor manera posible. Es como si la belleza mandase en una misma. Si tú te quieres a ti misma, no necesitas enseñar nada. Ahora valoro más mi interior que mi exterior, por eso no tengo miedo a taparme. Soy muy celosa de mí misma. Me gusto, es así… No quiero gustarle más a alguien que no sea yo misma o mi pareja. Es como si ya me molestasen las miradas de la gente, me molesta más que si me miran con maldad o con rechazo.

Entonces es como si la mujer tuviese que «sacrificarse» tapándose porque el hombre es incapaz de contener sus instintos…

Yo no lo veo así, la verdad. El hombre y la mujer son dos seres iguales y ambos tienen que bajar la mirada. Hubo un día que me sentí acosada con las miradas, pero no le voy a echar la culpa a la gente porque me mire, más bien me responsabilizo a mí porque voy de una manera que no es la adecuada. Si uno hace las cosas correctas, se siente cómoda y así hace sentir cómoda a la otra persona. Yo soy responsable de mis actos, habrá gente que irá como le de la gana por las calles y yo no le digo nada.
Es como protegerme a mí misma, es mi identidad… Y me siento bien, sin tener que echar la culpa a nadie. Porque el islam está por los dos lados, bajas la mirada tú y la baja él. Tampoco voy a decir que si los hombres no se tapan voy a poder mirar… No miro porque no me llaman la atención ¡y punto!

¿Para usted es un precepto religioso el uso del niqab?

Esto es una vestimenta, no tiene nada que ver con religión. Lo que el Corán dice de taparnos los pechos y la cabeza tampoco tiene nada que ver con taparse la cara. Una es libre de taparse la cara o no, pero tampoco hay que ponerles etiquetas al Corán o a la Sunna. No hay dichos del Profeta diciendo que las mujeres se tienen que poner el niqab como prenda, yo no lo encontré… Igual están interpretando alguna aleya del Corán a la manera que ellos quieren, no lo sé… Ya sabemos que hay muchas desviaciones en este sentido, ramas de interpretación…

Entonces ¿es una cuestión más de tradición o cultura?

Yo provengo de un pueblo cercano a Nador. Antiguamente, hasta hace unas décadas, ya existía una vestimenta similar, no se llama niqab, es el lizaam que es una tela que tapa la boca y la nariz, dejando al descubierto los ojos. Pero en vez de utilizarse con estos trajes de ahora, que vienen más de los países árabes, se utilizaba con la chilaba marroquí y el pañuelo de la cabeza. Con la modernidad desapareció.

A partir de 2005, empezaron a aparecer en Marruecos mujeres que se tapaban la cara y a vestirse de un solo color, oscuro. Lo que hoy en día vemos con una mujer niqabi. Al principio llamaba la atención y fue a partir de ahí cuando se empezó a conocer el nombre de niqab, que venía de los países árabes (del Golfo), que así es como se tienen que vestir las mujeres para no enseñar y no tener formas. Y la verdad, quienes han empezado a usar el niqab en Nador son chicas jóvenes porque es mucho más cómodo, sin andar mirando qué conjunta con qué, ni estar cambiándose de ropa continuamente, ni gastando un dinero que no hay en diferentes prendas… Es como si se recuperase una tradición que ya existía antes, pero con influencias de fuera.

¿Está relacionado a alguna ideología política?

Yo creo que más que estar asociado a una ideología religiosa o política, está más asociado a una moda. Al menos en la gente que yo conozco, lo usa porque le gusta y por comodidad.

No voy a negar que habrá gente que igual lo usa porque son más estrictos, no quiero decir radicalismo y asociar el niqab con radical, pero al ver que en los países árabes lo llevan se piensa que eso es más propio del islam…

¿Le gustaría trabajar fuera de casa o cree que no debe hacerlo?

Sí, pero aquí no. No por mí, sino por el Estado, por la sociedad… El rechazo es cada vez más grande. Lo que se está viendo es que no hay trabajo para la gente tapada, hay un poco de discriminación en eso. Si vas con escote, encuentras trabajo seguro, si vas tapada se te cierran todas las puertas… Pero tampoco quiero hacerme ver en esa situación, si me sale bien, si no también, pero sintiéndome orgullosa con lo que yo hago.

¿En qué cree que va a cambiar su vida?

No creo que mi vida personal vaya a cambiar mucho. Mi pareja aceptó el pañuelo, seguramente aceptará el niqab porque todo lo hacemos consensuado, no hay obligaciones. En mi casa se llega a un acuerdo por las dos partes y se hace lo que es cómodo para los dos.

En la calle yo creo que la gente lo va a ver como lo vio él con el pañuelo. Antes iba sin el pañuelo, ahora con él y con el niqab, ya se verá… hay de todo. No me preocupa. Estoy dispuesta a aceptar las críticas. En el fondo, me da igual porque es mi elección, mi decisión y mi forma de ser. Es mi identidad. Si respeto a alguien que piensa y viste diferente ¿por qué no me va a respetar a mí?

¿Qué opina de las prohibiciones del uso del niqab?

Me parece muy bien la decisión del Tribunal Supremo porque se respeta la vestimenta de una, porque así tienen que ser los países, basados en la libertad. Igual que en mi país no se está obligando a llevar el pañuelo, es un país libre donde la gente se viste como quiere. Hay que abrir un poco más de mente, y que nos acepten como personas normales. Ser consciente de que hay una persona debajo de esa vestimenta, que no nos rechacen antes de conocernos, porque yo tampoco voy a rechazar a nadie vestido de otra manera. Elijo esto y quiero que se respete.

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