El purpurado añadió al respecto que "en un contexto en el que no se respeta la verdad y se emplean acusaciones injustas, sin responsabilidad en las palabras, es difícil ser periodista católico, porque éste debe respetar por una parte la verdad y, por otra parte, la persona". "De ahí la preocupación que tiene ahora la Iglesia por formar buenos periodistas que sean, al mismo tiempo, ejemplares cristianos", subrayó.
En esta línea, el cardenal, que ha sugerido a la Universidad Católica San Vicente Mártir la necesidad de crear una facultad de Comunicación, insistió en que los medios de comunicación "deberían tener un papel importante en ayuda de la educación; sin embargo, con frecuencia, transmiten modos de conducta que obstaculizan la correcta educación".
Esta situación "exige de los padres un gran esfuerzo y una guía para que los hijos puedan ser críticos frente a esas actitudes y sepan usar los medios de comunicación", precisó el cardenal Grocholewski, quien advirtió también cómo "algunos medios, como internet mal usados pueden deformar la personalidad".
Además, consideró que la educación "es una tarea compleja que requiere una colaboración de muchos elementos: familia, escuela, parroquia, medios de comunicación, diversas asociaciones. Todos en su modo educan. Y la educación es eficaz si todos ellos están de acuerdo y están en sintonía. Si no están en sintonía, resulta muy difícil educar", defendió el prefecto de la Congregación para la Educación católica.
Según el purpurado, "el relativismo destruye el fundamento de la educación" y puso como ejemplo que "si no hay una verdad cierta, si todo está permitido, si no hay un bien claro, un chico será héroe porque escribe en las paredes en la escuela, o porque consume drogas". Todo ello tiene como consecuencia que "los docentes están cada vez más desorientados y desmotivados en su propio trabajo".
Ante esta situación, el cardenal Grocholewski animó a los educadores a contrarrestar el desánimo causado por la dificultad de formar en valores morales a los jóvenes que llegan a la escuela "con el ejemplo personal propio". Para los educadores "la cuestión fundamental es dar testimonio con su propia vida".
Principios éticos
Así, el purpurado se preguntó "cómo va a enseñar deontología jurídica en una facultad de Derecho un profesor que todo el mundo sabe que es un abogado deshonesto, ya que enn su enseñanza no habrá credibilidad". Igualmente, planteó cómo va a enseñar deontología médica en una facultad de Medicina uno que todo el mundo sabe que no "respeta" esos principios éticos". Y todo ello "se aplica también a la enseñanza religiosa, porque implica a toda la persona humana", sentenció.
El cardenal Grocholewski ha insistido en que "es muy importante la coherencia del docente. Debe ser un ejemplo de vida, no sólo de palabra, ante los escolares" y ha recordado el caso del papa Juan Pablo II, "el entusiasmo que suscitó y su muerte que admiró a todo el mundo, por su propio ejemplo de vida cristiana". Según el purpurado polaco, "tanto en su pontificado de 27 años como en los momentos más difíciles de sufrimiento de su muerte, fue un ejemplo de vida cristiana", y ha añadido que "vale mucho más el ejemplo personal que las palabras".
El prefecto de la Congregación Vaticana para la Educación Católica, que inauguró el I Congreso Internacional de Educación Católica para el siglo XXI celebrado la semana pasada en Valencia, ha advertido que "la cuestión de la educación es fundamental no sólo para el futuro de la Iglesia sino del mundo" y consideró el congreso, organizado por la Universidad Católica San Vicente Mártir, como "muy importante para el bien de la sociedad"