El ministro para la Educación Católica del Vaticano, el cardenal polaco Zenon Grocholewski, se alineó ayer con el sector más conservador del episcopado español, encabezado por los cardenales de Madrid, Toledo y Valencia, Antonio María Rouco, Antonio Cañizares y Agustín García-Gasco, respectivamente, y calificó la objeción a la asignatura de Educación para la Ciudadanía que avalan los purpurados de "necesaria".
En sus declaraciones, formuladas a una revista italiana, Il Consulente Re, a propósito de una pregunta directa sobre el caso español, Grocholewski mantiene que el Estado no tiene derecho a determinar los contenidos éticos que deben enseñarse, sino que debe "respetar el derecho de los padres a determinar la educación ético-religiosa que quieren para sus propios hijos".
El pronunciamiento de Grocholewski, polaco como Juan Pablo II, que le convirtió en cardenal en el 2001, pone de manifiesto que el ala ultraconservadora del episcopado español cuenta con la aquiescencia del Vaticano en la batalla interminable que libran con el Gobierno socialista a cuenta de la nueva asignatura.
Hasta ahora, el eclesiástico de mayor rango de la Santa Sede que se había manifestado al respecto era el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Angelo Amato, durante una visita que realizó a España en julio del 2007, antes de las elecciones de marzo del 2008 que ratificaron a José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno por otros cuatro años.