La Iglesia católica ha transformado algunos de sus monasterios y edificios históricos en hoteles de cinco estrellas para turistas, lo que le genera al clero millones de dólares en ingresos anuales por concepto de arrendamiento y usufructo de la p
Una de las características y servicios que el turista puede encontrar en dichos hoteles incluyen: baños de mármol, mayordomo 24 horas al día, terraza privada con jacuzzi y vista panorámica, además de habitaciones de más de 100 metros cuadrados, según una investigación de un diario británico.
Algunos de los monasterios construidos hace más de seis siglos y que la Iglesia católica usufructúa se encuentran en países como Perú, España, Francia, Italia y Puerto Rico.
El Hotel Monasterio, localizado a una cuadra de la Plaza de Armas, en pleno centro de Cusco, al sureste de Perú, es un ejemplo de los inmuebles pertenecientes a la Iglesia de Roma y que reciben fuertes sumas de dinero por su arrendamiento. El predio en donde se encuentra era el Seminario de San Antonio Abad, fundado en 1598.
“Es administrado por la empresa hotelera Orient Express, pero como el lugar pertenece al Arzobispado de Cusco, existe un contrato de usufructo por 30 años que estipula que la compañía tiene que pagar un alquiler mensual, según la información proporcionada telefónicamente por el Arzobispado”, informó la BBC.
Además, indicó que se trata de “entidades legales autónomas, las propiedades les pertenecen y pueden hacer lo que quieran con ellas, venderlas o alquilarlas sin tener que informarle a nadie”.
“En muchos casos aprovechan el turismo para obtener dinero, muchos de los recintos tienen muy pocos residentes y otros están cerrados”, agregó.
También destacó que debido a la gran variedad de órdenes y diócesis que existen, “es muy difícil saber cómo son manejadas estas edificaciones eclesiásticas y cuántas funcionan como hoteles de lujo, como posadas mucho más sencillas o tienen fines comerciales”.
Cadena de restaurantes
Además de los hoteles, el Vaticano se lucra con negocios de comida. En el centro de Roma, se encuentra el restaurante L’Eau Vive manejado por las Misioneras de la Inmaculada Concepción.
Los platos, de especialidad francesa, “son buenos, pero costosos. Una comida para cuatro personas con plato principal y vino cuesta alrededor de 200 dólares. El restaurante es parte de una cadena que se encuentra en cinco continentes” comentó al medio británico Alessandro Speciale, especialista en temas del Vaticano.
La mayoría de las propiedades de la Santa Sede se encuentran en Ciudad del Vaticano y en el centro de Roma.
El Vaticano también alquila palazzos (edificios) a veces a empleados por un precio menor al del mercado y, en otras ocaciones, a amigos de los obispos. Muchos de los inmuebles que posee son propiedades que pasaron a su control “por personas sin herederos”, así lo estipulan en sus testamentos.
La Santa Sede posee un cuarto de los edificios que se encuentran en el centro de Roma. Solo en 2006, añadieron a su inventario inmobiliario 8.000 propiedades que heredaron y que le ha generado una ganancia de 6.000 millones de dólares.
Hace unos días durante su visita al Centro Astalli, en Roma, el papa Francisco dijo que los conventos vacíos no debían transformarse en hoteles de lujo, que generan ganancias para la Iglesia, sino que debían destinarse a acoger a refugiados.
Aunque el fin de la Iglesia católica es “espiritual”, basado en la salvación de las almas, la sede que la alberga cuenta con riquezas materiales cuyas estimaciones se sitúan en unos 12 .000 millones de euros (15.582 millones de dólares).
La riqueza del Vaticano ha sido un tema polémico en un mundo en el que existe inacción frente a los 850 millones de personas que a diario sufren de hambre y desnutrición.
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